Critica ONG de Washington al presidente por "exacerbar las tensiones" con La Habana

Fracasa reunión Bush-anticastristas para aplicar más sanciones a Cuba

Diferencias entre la Casa Blanca y el exilio de Miami, que pide la intensificación del bloqueo

Grupos en el Congreso buscan levantar las restricciones de viajes y venta de alimentos a la isla

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 20 de mayo. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, condenó este martes a Fidel Castro y se reunió en privado con dirigentes cubanoestadunidenses y familiares de los disidentes recién condenados en la isla, pero su gobierno no anunció, como se esperaba en la cúpula política de esta capital, nuevas medidas contra Cuba.

La falta de consenso entre Mia-mi y la Casa Blanca sobre los próximos pasos a seguir para castigar el régimen cubano descarriló las intenciones de la administración Bush de anunciar una nueva política hacia la isla en este aniversario de la independencia cubana.

"Simplemente creo que no han decidido lo que desean hacer", explicó a la prensa un ex funcionario estadunidense que sigue de cerca este tema.

"Algunos grupos en Miami de-sean reducir las remesas y cerrar los viajes directos, mientras otros, como la anticastrista Fundación Nacional Cubano-Americana, se oponen a estas medidas", indicó a La Jornada.

"Mi esperanza para el pueblo cubano es que pronto puedan gozar de las mismas libertades y derechos que tenemos todos nosotros. No hay lugar para dictaduras en las Américas," declaró Bush a través de Radio Martí, emisora financiada por Washington.

"Qué Dios bendiga a los cubanos, quienes luchan por ser li-bres", afirmó el mandatario.

Mensaje presidencial

La Casa Blanca no permitió el acceso de los periodistas al en-cuentro con 11 dirigentes de la disidencia cubana, pero poco an-tes del acto el vocero presidencial, Ari Fleischer, dijo que "el mensaje del presidente en esta reunión con los líderes cubanos es que su país merece ser libre, que el pueblo cubano ha sufrido demasiado ya a manos de un tirano".

El diario Miami Herald publicó hoy que esta pequeña reunión contrasta mucho con el encuentro público a lo grande que la Casa Blanca celebró el año pasado para marcar el aniversario de la independencia de Cuba.

El Departamento de Estado confirmó de nuevo hoy que el gobierno del presidente Bush evalúa su política hacia Cuba, pero el problema para los funcionarios en Washington es que ni siquiera el influyente exilio cubano de Miami ha logrado un consenso sobre cuál debería ser la nueva dirección de la política bilateral.

Algunos sectores del exilio cu-bano conservador piensan que en respuesta a las largas condenas de cárcel impuestas a decenas de disidentes, Estados Unidos debería apretar aún más el embargo al re-ducir el monto de remesas que los cubanos residentes pueden enviar a sus familiares, y cancelar los vuelos directos entre ambos países.

"Es hora de que se tome alguna acción", declaró Ninoska Pérez Castellón, vocera del Consejo de Libertad Cubana en Miami, al Miami Herald. "No quiero escuchar más 'viva Cuba libre'".

Pero la Fundación Nacional Cu-bano-Americana, donde trabajaba antes Pérez Castellón, no está de acuerdo con esta propuesta.

"No creemos que Estados Unidos debiera suspender las remesas o reducir los vuelos charter", de-claró Dennis Hays, director de la oficina en Washington de la organización anticastrista.

Más bien, la fundación desea que el gobierno de Bush declare que es la política oficial estadunidense promover un "cambio de régimen" en Cuba, y preparar una acusación legal formal contra Fidel Castro por ordenar el derribo de dos avionetas estadunidenses que ingresaron en el espacio aéreo de la isla en 1996.

El problema para la organización, y al fin de cuentas para la propia Casa Blanca, es que hay una importante comunidad cubana en Florida que envía remesas a su país y ningún político desea acotar a ese influyente sector.

Planean más ayuda a exiliados

El senador John Ensign, republicano de Nevada, anunció hoy que presentará un proyecto para re-querir que Estados Unidos incremente la asistencia financiera a disidentes cubanos, de los 5 millones de dólares actuales por año a 50 millones.

Pero hay otros grupos poderosos en el Congreso que ya han introducido iniciativas que buscan levantar toda restricción a los viajes y ventas de alimentos y medicinas a la isla.

La Casa Blanca se ha opuesto a estas medidas, pero enfrenta a un número de legisladores republicanos de estados agrarios que favorecen aumentar las ventas a Cuba.

Mientras tanto, la Oficina de Washington para América Latina (WOLA) emitió hoy un memorando en el que critica al gobierno de Bush por "exacerbar las tensiones" entre ambos países.

"Una estrategia de confrontación con Cuba beneficia claramente la relación del gobierno con un sector doméstico clave -los cubano-estadunidenses de línea dura en el sur de Florida-, con el cual el presidente tiene una deuda por las elecciones de 2000, y con el que cuenta como elemento clave de su base electoral para 2004", declaró Geoff Thale, asociado de WOLA, en un escrito enviado a asesores legislativos, y agrega: "Pero la estrategia no be-neficia a nadie más".

Thale sugirió que el Congreso debería continuar apoyando un mayor acercamiento con Cuba, e instar al gobierno de Bush a "buscar maneras para reducir los niveles actuales de tensión entre am-bos gobiernos".