México D.F. Miércoles 21 de mayo de 2003
Son "efectistas": Sánchez Rebolledo; alerta Rodríguez Araujo sobre los conservadores
Deploran analistas vacuidad de las campañas
KARINA AVILES
En una reflexión sobre el impacto de las próximas elecciones en el resto del sexenio, el especialista Adolfo Sánchez Rebolledo apuntó que el ciudadano se encuentra frente a campañas "efectistas", sin contenido, mediante las que es difícil pensar en una democracia representativa, mientras que el académico Octavio Rodríguez Araujo advirtió que no es cualquier cosa lo que está en juego, porque de ahí dependerá que el jefe del Ejecutivo cuente con una mayoría de diputados afín a sus políticas encaminadas a lesionar la soberanía nacional y a fortalecer la subordinación a Estados Unidos.
Rodríguez Araujo, profesor desde hace 37 años en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, habló sobre la importancia de no dejarse llevar por el "encantamiento" que pueden producir algunos líderes en la población: "Mañana puede venir un Mussolini y como nos encanta, lo votamos porque su discurso puede ser muy convincente".
En la mesa sobre las próximas elecciones organizada por La Jornada y Casa Lamm, el también colaborador de este diario recordó que pueblos alfabetizados, como el argentino, votaron por Carlos Saúl Menem varias veces y otros con cultura, como el alemán, eligieron a Hitler.
En el caso de México, expresó que Vicente Fox le hizo creer a la ciudadanía que él encabezaría cambios importantes para el país. "Mucha gente le creyó y hay quienes todavía le siguen creyendo. Este es el encantamiento", dijo.
El académico hizo especial énfasis en que pese a todas sus deficiencias, la teoría liberal de representación es lo que hay enfrente y si no es mejor y más representativa, se debe en cierta medida a la insuficiente participación. Destacó que las organizaciones son lo que las bases dejan que sean. "Si se permite que cada quien haga lo que se dé la gana en los partidos, también se dejará que los gobiernos hagan lo que quieran."
Propuso votar en las próximas elecciones por el o los partidos que en la Cámara de Diputados puedan contrarrestar mejor al Ejecutivo, cuyas políticas están subordinadas a los intereses del gran capital, al gobierno de Washington, y tienden a incrementar las desigualdades sociales y económicas.
"Si dejamos que las fuerzas conservadoras del país o sólo un sector de la sociedad elijan a los diputados, estaremos permitiendo que el aparato estatal, con más recursos que los de la sociedad o de la verdadera oposición, domine y gane en la próxima elección y se asegure una cámara legislativa afín", enfatizó.
En su turno, Adolfo Sánchez Rebolledo, también colaborador de La Jornada, expuso que lo que en estas campañas se ve es "un sordo y sucio golpeteo entre las fuerzas políticas amparadas en la trivialidad y la publicidad electoral".
Se trata, agregó, de campañas efectistas en las que cuenta el número de golpes al adversario. Ejemplo de lo anterior, que tiene la mira en 2006, es el paro de labores que encabeza el Sindicato Unico de Trabajadores del Gobierno del Distrito Federal, cuya intención es perjudicar la figura política de Andrés Manuel López Obrador, "quien tiene una alta aceptación" en la capital del país.
Otro ejemplo es la "aparición sospechosa de biografías" de la esposa del presidente, Marta Sahagún, las cuales no sólo tocan la vida privada, "violando los derechos constitucionales", sino que sacan de la discusión los temas fundamentales del país, como la soberanía nacional o la pobreza, aspectos que, por cierto, no aparecen en las campañas.
De tal forma que hay un "vacío de contenido" y parece "como si lo que se vendiera es un jabón u otro producto comercial". Por otro lado, abordó la importancia de la composición de la nueva Cámara de Diputados, y advirtió que el deseo de Elba Esther Gordillo de encabezar la fracción priísta "tiene enormes implicaciones para la democracia y para el futuro del Congreso", puesto que ella trabaja en alianza con el jefe del Ejecutivo.
Frente a un auditorio ávido de respuestas, Sánchez Rebolledo señaló que la cultura política de la cual se parte para construir la democracia es débil, pero si se piensa en una democracia fuerte los partidos son necesarios, lo que no significa que en un momento dado exista un candidato capaz de unir a sectores más amplios.
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