México D.F. Lunes 19 de mayo de 2003
Reitera acusaciones contra Menem por sus "maniobras desestabilizadoras"
Kirchner prepara su gabinete y ofrece una gestión "gradual" en Argentina
Asegura el mandatario electo que no se recurrirá a más endeudamiento para abatir la pobreza
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 18 de mayo. Cuando falta una semana para asumir la presidencia argentina, Néstor Kirchner sigue preparando su gabinete, mientras prometió una gestión de gobierno "gradual", y habló sobre los grupos de poder económico y financiero, en momentos en que la derecha arremete en su contra con críticas de medios conservadores, que no digirieron bien su advertencia de que no sería "presa de las corporaciones".
Además, Kirchner volvió a acusar al ex mandatario Carlos Menem de haber realizado una maniobra desestabilizadora al abandonar la segunda vuelta electoral que debía realizarse justamente este domingo, en la cual todos los sondeos daban una abrumadora victoria a Kirchner. Si la segunda vuelta no hubiera sido impedida, "hubiéramos sacado más de 70 por ciento de los votos", dijo desde la sureña provincia de Santa Cruz, de la cual es gobernador, en declaraciones que fueron divulgadas en esta capital.
En entrevista publicada por el diario Página 12 este domingo, Kirchner prometió gobernar sin las "estridencias" a las que acostumbró el menemismo durante una década (1989-99), en momentos en que algunos medios ligados al ex mandatario pronostican que sólo gobernará "un año".
Cuando se le preguntó si no cree que lo que un gobierno no hace en los primeros meses luego no lo podrá hacer, consideró que "tenemos que salir de ese sentido traumático de la política", y aseguró que los postergados aumentos de tarifas que las empresas de servicios públicos, privatizadas durante el menemismo, van a ser menores de lo esperado.
"Va a haber una adecuación de tarifas, pero será mucho menor de lo que muchos piensan. Las empresas privatizadas tienen que ver también los niveles de rentabilidad que han tenido", en alusión a las fabulosas ganancias de éstas, luego de que sus propietarios actuales las adquirieron a precio de ganga.
Respecto de los poderosos grupos económicos y financieros, que habían apostado sus fichas a Menem o al otro candidato neoliberal, Ricardo López Murphy, recordó que desde 1976 (año que inició la última dictadura militar y una gestión económica neoliberal ortodoxa), éstos "han intentando tener más gerentes que presidentes, y han logrado que gobiernos avalados por la voluntad de la gente terminen siendo absolutamente funcionales a sus intereses". Pero "esto no los hace ni más buenos ni más malos, la responsabilidad última es siempre de quienes tienen que gobernar en la Argentina", subrayó.
Reconoció, no obstante, que estos grupos "presionaron fuertemente" para que no hubiera una segunda vuelta. "Ellos necesitan que uno esté lo menos legitimado posible."
Antes de la renuncia de Menem, Kirchner había advertido que no iba a ser "presa de las corporaciones", y más tarde sostuvo que la retirada del ex mandatario era "absolutamente funcional a los intereses de grupos y sectores del poder ecónomico" favorecidos durante los 10 años del menemismo.
Esto había provocado advertencias de los medios allegados a estos grupo. La víspera, la senadora Cristina Fernández de Kirchner había dicho a Página 12 que esas declaraciones debían ser interpretadas en el contexto del difícil momento que se vivía, con un ex presidente "jaqueando a un país durante 36 horas con su amenaza de renuncia a la carrera presidencia. Duro fue lo que Menem nos hizo vivir como argentinos, como sociedad, como militantes de un partido al que ambos pertenecemos formalmente. La confrontación fue de Menem, quien quería destruir no ya a Kirchner, sino al escenario democrático", opinó.
La senadora también aclaró que su esposo no será "preso" tampoco "de la dirigencia política que se dejó cooptar" por las corporaciones. Estas pugnan "por sus intereses. Pero los partidos que deberían ser los representantes del interés común, renunciaron a su papel de freno a las coporaciones".
Además defendió la posición de su esposo en defensa de una integración al mundo a partir de una integración regional como el Mercado Común del Sur, y con buen humor respondió a una pregunta sobre las "relaciones carnales" que sostenía Menem con Estados Unidos, como la definió entonces el canciller menemista: "Kirchner sólo tiene y tendrá relaciones carnales conmigo. Y basta. En diplomacia, las relaciones carnales no hacen a la seriedad de un país".
Por su lado, el analista y politólogo José María Pasquini Durán advirtió que "la intransigencia ideológica de esa derecha ultramontana y el laberinto de negocios sucios que se cometieron hasta provocar el asco de la opinión pública, no están dispuestos a ceder sin resistencia a las intenciones de democratizar los espacios republicanos y de reinstalar escrúpulos morales en el Estado".
Esos sectores -sostuvo- hacen caso omiso de que es la "mayoría de la sociedad la que exige tales condiciones para restablecer el contrato social en términos nuevos pero equitativos".
También recordó que en 2002 hubo unas 50 movilizaciones diarias en el país, mayoritariamente dirigidas contra el Estado: "ƑQué presidente, como no sea un dictador, puede seguir ignorándolas a riesgo de terminar como Fernando de la Rúa (quien renunció en 2001) o como Menem?"
A su vez, el presidente Eduardo Duhalde pidió prudencia a los ex candidatos presidenciales opositores, Elisa Carrió, de la centroizquierdista Alternativa para una República de Iguales (ARI), cuarto lugar en la primera vuelta, y López Murphy, del derechista Movimiento Federal Recrear, tercer lugar.
Ambos, con distintos matices, han aceptado la legitimidad del nuevo gobierno, pero con críticas a veces muy duras. Muchos militantes que están en el ARI han expresado su malestar por una declaración de Carrió -emitida sin consultar primero con el resto de su movimiento-, quien ante una pregunta sobre si ocuparían algún cargo a solicitud de Kirchner, dijo que "al que acepte hay que expulsarlo".
Sin embargo, pese a este escenario, en el que la derecha presiona además para no tocar las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, que permitieron la impunidad de los represores de la última dictadura y sobre cuya constitucionalidad debe decidir la Corte Suprema, se "ha hablado tanto de la debilidad de Kircher, que le abrieron el espacio para la fortaleza", opinó el peronista Julio Bárbaro, cuando varios sondeos hablan de un apoyo al mandatario electo de siete de cada 10 argentinos.
En tanto, Kirchner planea su gabinete con cautela y se niega a que trasciendan nombres. Lo que se conoció en estas horas es que el presidente electo acaricia un proyecto, que es el de la creación de granjas tipo kibutz, en alusión a las cooperativas agrarias israelíes, en un intento por erradicar la pobreza.
Uno de los asesores de Kirchner, el economista Carlos Abalo, dijo a la agencia on line Argenpress que se prepara un proyecto de granjas cooperativas dentro del plan de obras públicas y de reactivación económica que figura en el programa del presidente electo. El dinero para estos proyectos surgiría de una flexibilización de los pagos de la deuda externa y un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo, con cuya directiva ya se han realizado conversaciones.
Kirchner no habló en la entrevista publicada hoy sobre ese proyecto, aunque sí aclaró que para el plan de obras públicas para combatir la pobreza y el desempleo, que alcanzaron índices históricos en este país, no se acudirá a "más endeudamiento".
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