El big-voto llegó para quedarse JESUS RAMIREZ CUEVAS Con un espectáculo que aprovecha
la cultura televisiva de los jóvenes mexicanos, el PAN se propone
ganar el voto de este sector de la población en los próximos
comicios. Con este fin organizó a un grupo de jóvenes panistas,
elegidos por sus dotes artísticas, y ha montado un show
que será presentado en 28 estados del país. En los cantos,
bailes, sketches y mensajes optimistas, la directiva del blanquiazul
descubrió
"una nueva forma de hacer política", "atractiva" para el mocerío
electoral. La intención es ofrecer a los jóvenes una atmósfera
similar a la que prevalece en los foros de Televisa y Tv Azteca.
Retomando el éxito de espectáculos y reality shows, como Big Brother, La Academia y Operación Triunfo, el Partido Acción Nacional (PAN) quiere elevar su rating electoral entre la juventud, y para ello ha preparado un espectáculo político-musical que busca captar los votos de más de un millón de los 3 millones de jóvenes que sufragarán por primera vez en julio. En la experiencia participan 32 menores de 24 años, de los cuales sólo siete son mujeres. Todos bailan, cantan, actúan y platican sus "reflexiones políticas". "Es una nueva forma de hacer política, que combina la música y el baile con un lenguaje fresco y directo", explica Carlos Torres Torres, dirigente nacional juvenil del PAN. "Los jóvenes están cansados de la política tradicional", agrega. Es una apuesta electoral clara, afirma. De los 65 millones de electores registrados en el padrón, 18 millones son menores de 30 años, es decir, 28% del total. Y de ellos, unos 3 millones votarán por primera vez. Los panistas buscan repetir el fenómeno de la elección de 2000, cuando la mayoría de los jóvenes votaron por Vicente Fox. Según un análisis realizado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la UNAM, de cada 10 electores jóvenes de entre 18 y 29 años que votaron ese año, la mitad lo hizo por la Alianza por el Cambio, tres por el PRI y menos de dos por la Alianza por México, encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas. Si el perfil tradicional de los votantes panistas había sido la población urbana de mayor ingreso y educación, en los años recientes el acercamiento a los jóvenes se ha agudizado. El problema que enfrenta el PAN ahora es que el electorado urbano es volátil, particularmente el sector de los jóvenes: en 1997 se inclinaron por el PRD y la figura de Cárdenas Solórzano, pero en 2000 Fox y el PAN fueron depositarios de las preferencias. A partir de entonces, la presencia de los jóvenes creció en el blanquiazul. Hoy, la mayoría de los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional son menores de 35 años, en tanto que Acción Juvenil, la organización partidista que da cabida a este sector de votantes, aumentó su afiliación a 120 mil jóvenes, de los cuales 11 mil 131 son miembros activos, de acuerdo con datos de este partido. La intención del PAN, dice Torres, es incrementar la presencia de los jóvenes en la Cámara de Diputados. En la actual Legislatura, el PAN tiene 41 diputados menores de 35 años y en este proceso electoral postulará a 100 candidatos jóvenes (74 de mayoría y 26 de representación proporcional: 37 mujeres y 65 hombres), que representan 18% del total de las candidaturas. La noche ha caído en el parque municipal de Guadalupe, en la zona metropolitana de Monterrey, Nuevo León. Unas 400 personas esperan expectantes; la mayoría son familias panistas. Después de un rato de espera, el sonido ambiental anuncia: "¡Tercera llamada!.. ¡Con ustedes, el espectáculo más esperado: Juventour 2003!"El show va a comenzar" Una música estruendosa domina el ambiente, mientras las luces del escenario se encienden. Los 32 muchachos y muchachas salen a escena, toman su lugar y el baile comienza con un ritmo pegajoso. Contagian entusiasmo. Es evidente que no son profesionales, pero realizan su mejor esfuerzo. El animador principal y alma del Juventour 2003, Miguel Iruegas Martínez, El Pelón, un cholo de 25 años, anuncia: "Los invitamos a este viaje fantástico", mientras se escucha una canción inspirada en el viejo programa televisivo XE-TU, aderezada con frases ad hoc: "Qué onda, quihúbole, qué rollo, qué tal, como están, qué tal les va Ahora que estás aquí, hay mucha cosas que aprender Una manera distinta de hacer política. Ven, tenemos juventud y la queremos disfrutar". El Pelón sigue en su papel: "El Juventour 2003 es una locura del Comité Ejecutivo Nacional del PAN", que "tiene varios ingredientes": la música, la acción de los jóvenes, una nueva forma de hacer política y la participación "de quienes lo dejaron todo para estar con ustedes". Con un formato de teatro de revista, "inspirado en Palillo y Germán Dehesa", varios muchachos hablan de "las cosas que han cambiado con Vicente". "El cambio empieza en nosotros", es su mensaje central. Uno de los personajes afirma: "Los jóvenes no servimos sólo para pegar carteles ni repartir propaganda, también vamos a hacer el cambio". Todo esto da paso a Juventina, uno de los dos personajes virtuales del espectáculo, quien desde una pantalla gigante interactúa con el público. Más adelante aparecerá Juventino, la versión masculina. "Hace 63 años, dos hombres se tomaron de la mano e iniciaron un camino: Manuel Gómez Morín y Efraín González Morfín por eso queremos enamorarlos a ustedes", insiste El Pelón por el micrófono. El espectáculo continúa en el mismo tono: baile y coreografías al ritmo de temas rancheros, música electrónica, cumbias, hip hop, pop y rock. En la misma pantalla, jóvenes oriundos opinan sobre la paz en el mundo, sobre el cambio y sobre los políticos de hoy... Y al mismo tiempo, en varios sketches se destacan los logros del actual gobierno de Vicente Fox, el problema de la drogadicción entre los chavos y los valores familiares. En el cambio de una a otra escenografía son recurrentes los mensajes de la actriz Susana Alexander, el futbolista Manuel Negrete y el presidente nacional del PAN, Luis Felipe Bravo Mena. No faltan los spots televisivos del partido con su máxima propagandística: "Juntos hacemos el cambio". Es extraño que en un acto organizado por Acción Nacional las canciones sean un homenaje a un tipo de rebeldía, cuya mejor exponente sería, sin duda, la mismísima Gloria Trevi, otrora hija predilecta del estado de Nuevo León y ahora envuelta en un escándalo de explotación de menores; y que los diálogos y chistes que aquí se cuentan compitan sin rubor con los vertidos en algún programa de Adal Ramones, conductor del programa televisivo Otro rollo. Dos elementos evidentes en esta generación de jóvenes, educada predominantemente por la cultura televisiva. La propuesta política se queda, sin embargo, en la exaltación de los logros de la administración foxista y en reiterar que el "freno" al cambio en el país es (¿quién más?) la oposición. Los problemas de los jóvenes se abordan, de manera sencilla, sin profundidad alguna. El discurso es previsiblemente conservador, acorde con las tesis panistas, y temas como empleo, inseguridad, drogadicción, educación y familia sólo se enumeran. Otros, como sida, uso del condón, libertad sexual y de credos, represión a las expresiones culturales de los jóvenes, de plano se omiten. Todos, menos los jotos" ![]() El propio Luis Felipe Bravo Mena reconoció hace algunos días que su partido evitará, durante la campaña, abordar asuntos como aborto, diversidad sexual, uso del condón y métodos anticonceptivos (temas que fueron eliminados de la plataforma electoral original). "No nos da miedo, ni esas palabras ni los temas de preservativos, pero sí estamos cuidando que los candidatos a diputados se circunscriban a la plataforma federal". Esta actitud contrasta con las opiniones fuera del escenario de los participantes en el Juventour 2003, más abiertas y tolerantes, cuando no francamente enfrentadas a la postura oficial del PAN. Pero en el espectáculo nada se dice sobre estos temas. En el fondo, es una forma de autocensura que los jóvenes ejercen para no molestar a la nomenclatura panista ni a sus aliados tradicionales. Antes de finalizar la presentación, los chavos invitan al escenario a los candidatos a diputados federales y locales panistas, quienes reciben clases de baile. También son conminados a hablar sobre sus sueños y sus compromisos con resultados poco afortunados. El Pelón exhorta al público: "Fuera corbatas, no las permitan, queremos a gente como Maquío. Ya lo dijo Maquío: no queremos cambiar de dueño, sino dejar de ser perros". Antes de la despedida, se entona una canción contra de la guerra, a favor de la paz y de la libertad de creencias. Luego se pide a los asistentes sonreír y abrazar a sus vecinos. Todos ríen. A manera de colofón, El Pelón suelta una reflexión: "Cuántas cosas cambiarían en este país si dejáramos los machetes y los petardos en las protestas ciudadanas Lo que pasa es que son expresiones que surgieron cuando el PRI no escuchaba a nadie y la gente tenía que hacer eso para hacerse oír". Al final, todos se toman de la mano y se mueven al ritmo de una melodía que insiste en que "el cambio está en todos". Así termina el espectáculo político-cultural de los jóvenes panistas. La apuesta es grande y la estrategia, quizá, efectiva, pero los asistentes a este "mitin político" juegan el papel, más que de ciudadanos, de simples espectadores, donde los mensajes partidarios se vuelven parodias de sí mismos. Eso sí, a lo largo de dos horas está garantizado el optimismo a prueba de realidades, inconfundible en el presidente Vicente Fox. Al igual que en los shows que hoy inundan la pantalla chica, los 32 integrantes del Juventour 2003 fueron seleccionados mediante un concurso nacional de baile y canto convocado entre la juventud panista. Los elegidos pasaron un mes en el Distrito Federal para ensayar las coreografías y recibir capacitación política.Queremos ser la academia... A bordo de un autobús, se proponen recorrer 17 mil kilómetros en 65 días y presentarse en 28 estados. El trabajo será duro: en las noches presentarán el show en la ciudad visitada y en el día realizarán "trabajo de calle". Repartirán propaganda en calles y escuelas y dialogarán con la gente. Un trabajo extenuante. "Se busca recuperar la mística panista", afirma Francisco Santibáñez, encargado de la logística del Juventour. "Queremos rescatar la ética de los orígenes del panismo; primero hay que ser soldados para después ser gobernantes", precisa. Para reafirmar lo anterior, asegura que entre los jóvenes participantes podría haber futuros alcaldes, diputados y gobernadores. Miguel El Pelón Iruegas sale al paso de las críticas: "Van a decir que somos el Big Brother o La Academia, pero en el show presentamos diálogos sinceros. No nos asusta que nos digan que somos La Academia, pues sí, les decimos, el PAN quiere ser una academia de ciudadanos. Queremos que despierten todos. Somos jóvenes a los que nos duele la miseria, que no creemos en la indiferencia, que nos involucramos". Y, bajo esta premisa, el Juventour 2003 se ha presentado ya en Matehuala, San Luis Potosí, Ciudad Valles, Ciudad Victoria, Reynosa, Guadalupe, Saltillo y Chihuahua. En la mayoría de las ciudades la asistencia ha sido "aceptable", unas 2 mil personas en promedio, salvo en Guadalupe, Nuevo León, "que no resultó como se esperaba". El Pelón Iruegas, creador de la idea original, llama la atención con su cabeza rapada, su barba de candado y sus jeans guangos que se arrastran por el suelo.Por un país a todo dar No es un panista típico. Es un cholo, huérfano, que estuvo recluido en el Tutelar para Menores de Mexicali. De ahí fue adoptado por una familia panista que le brindó educación en una escuela de monjas. En sus primeros pasos por la política se ganó la confianza de los dirigentes locales del PAN y más tarde fue nombrado encargado del área juvenil del ayuntamiento. Desde ese espacio, El Pelón organizó conciertos, campamentos y misiones a pueblos alejados de la cabecera. De hablar fácil y convincente, Iruegas traduce los conceptos básicos del PAN al lenguaje de la banda: "Si el PAN habla de patria, nosotros decimos barrio; si ellos manejan subsidiaridad, nosotros amistad. Si el PAN habla de bien común, nosotros decimos todos somos lo mismo". Este cholo reconvertido por las enseñanzas cristianas y la formación panista cuenta que "los personajes y los diálogos del show nacieron de conversaciones con los taxistas del Distrito Federal". A diferencia de otros dirigentes del blanquiazul, El Pelón, además de hablar de las propuestas y valores del PAN, lo hace también de las bandas, del sida, de la libertad sexual, del derecho a ser diferente, de la invasión contra Irak. Como él mismo afirma, "soy el raro del PAN que lucha por la libertad y la apertura. Eso significa esta experiencia, abrir el partido a lo nuevo que representan los jóvenes". A ver si los dejan. En síntesis, dice, "con el Juventour 2003 queremos cambiar las formas acartonadas de hacer política, de la política encorbatada, de la demagogia y de la prepotencia de los políticos, y apostamos por la palabra sincera e inteligente para convencer y ganarnos el corazón de la gente". "No está reñida la creatividad con el contenido, ni la política con la música. No es entretenimiento lo que buscamos, sino la reflexión y el aprendizaje de los asistentes para tener un país a todo dar", dice. "Costó trabajo convencer al partido para hacer posible este sueño", explica Iruegas, mientras ensaya con los jóvenes participantes, en voz alta, el ritmo de uno de los números musicales: "pun, chaca, pun, chaca, chacapún, chacapún, chacapún, pun, pun, pun " Las onomatopeyas seguirán durante
todo el ensayo con su cadencia respectiva, al igual que el periplo del
Juventour
2003. El PAN, por su parte, intentará y reintentará presentarse
ante los jóvenes con el mismo espíritu impregnado en los
foros de Televisa o Tv Azteca, pues está convencido de que esa es
"la nueva forma de hacer política". ¿Será?
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