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México D.F. Viernes 16 de mayo de 2003
ƑLA FIESTA EN PAZ?
Leonardo Páez
Patrioteros e ineptos
LAS NOTABLES DIFERENCIAS profesionales y de organización taurina entre México y España han determinado la falta de reciprocidad y que por lo menos desde hace 50 años el intercambio de toreros resulte favorable a la península, que mal cubre un involuntario expediente internacionalista de su fiesta con algún diestro de Colombia o Portugal, mientras que la eficaz regionalización taurina latinoamericana sigue a la espera de promotores más imaginativos y menos colonizados.
ESTA AÑEJA DEPENDENCIA se traduce, más que en utilidades taurinas, en irreflexiva contratación de diestros peninsulares, que en la pasada década alcanza niveles alarmantes de entreguismo y de derroche sin rigor de resultados, gracias a arraigados vicios de organización, a una mediocre competencia, a una promoción obsoleta de toros y toreros, al frívolo manejo de las inversiones, a una comodidad sin precedente de las llamadas figuras y a una pobre rivalidad taurina entre éstas y los jóvenes.
EL CELO POR valorar, difundir y preservar lo propio, que en el caso de la fiesta brava de España adquiere rasgos de guerra santa, es uno de los aspectos que el hispanista de México no ha sabido adoptar, y encandilado por un falso cosmopolitismo taurino que mal encubre la falta de productos locales interesantes, se olvida, junto con los nacionalistas de matraca, de exigir y promover en su país lo que tanto admira en el otro.
MUSEOS, CONCURSOS, INVESTIGACIONES, congresos, editoriales, escuelas y otras formas de divulgación taurina, debidamente coordinadas a escala estatal y nacional, así como la urgente renovación de cuadros toreros que recupere el interés masivo por el espectáculo, siguen siendo en México asignaturas pendientes, tanto para falsos nacionalistas como para desbocados hispanistas.
ANTE UNA GLOBALIZACION inequitativa en la que unos debemos estar abiertos a todo y otros sólo a lo que les conviene, Ƒse puede aspirar a ser internacionalista y localista a la vez?, Ƒmexicanista lúcido e hispanista digno?, Ƒaficionado a la fiesta de los toros sin acusar complejos de inferioridad o autocomplacencias perniciosas?
LA FIESTA BRAVA de México, la fiesta solitaria, desde siempre ha padecido embates y prejuicios diversos, anteriores y más profundos que el demagógico proteccionismo animal, importado de países notoriamente más afectos a aniquilar pueblos y culturas que al arte del toreo. Vertientes políticas de un constitucionalismo superficial o de un neoliberalismo postrado y miope, de plano se desentienden del espectáculo taurino por una idea mal entendida de la autorregulación, habida cuenta de que ésta desaparece cuando no se sustenta en el profesionalismo responsable.
PRETENDER HIPOCRITAMENTE UNA reciprocidad taurina con España cuando no la hemos sabido tener con nuestros toreros jóvenes, sólo descubre a los falsos nacionalistas y pinta de cuerpo entero una ideología tan equívoca como chapucera.
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