México D.F. Viernes 16 de mayo de 2003
Su nuevo libro se compone de varios relatos cuyo espacio común es una cantina
David Toscana explora el fracaso y la esperanza fallida en Lontananza
El oficio de escritor no es el de narrar, sino el de crear efectos, el de seducir, expresa
ARTURO JIMENEZ
El fracaso y la esperanza fallida son explorados por el escritor regiomontano David Toscana en su reciente libro Lontananza, una serie de relatos independientes pero con elementos unificadores, como ciertos aires de novela y el espacio común de una cantina, la cual da su nombre a esta compilación.
A ese bar acuden a saciar la sed y compartir sus nostalgias personajes diversos: despedidos, oficinistas, poetas locales y muchos otros, todos marcados por la frustración de sueños y esperanzas.
El bar Lontananza se localiza en el centro de Monterrey y en tiempos pasados honraba su nombre porque estaba a las afueras, en lejanía, pero el Lontananza literario de Toscana (1961) está ubicado en uno y, a la vez, en varios lugares del norte del país.
Aunque dice no ser buen bebedor, este autor, reconocido por novelas como Estación Tula, comenta que una cantina le pareció el espacio adecuado tanto para abordar el tema del fracaso como para las conversaciones de los personajes, pues los textos se apoyan en buena medida en el diálogo.
Intenta ubicar esta compilación de textos, publicada por Editorial Sudamericana: ''Es un libro de cuentos o relatos, pero surgido a partir de un espíritu más bien de novela". Y comparte:
''No sé cómo enmarcar estos textos en algún género. Simplemente escribí las historias y si alguien las quiere leer como novela, bien, y si otros las quieren leer como cuentos, también."
Toscana confiesa incluso su escaso interés por el cuento, pues se asume más como novelista. Recuerda que el primer relato de Lontananza lo escribió ''con espíritu de novelista".
Ahí, dice, advirtió que deseaba abundar sobre la cantina, el cantinero Odilón y el tema del fracaso, ''triple unidad" que fue apareciendo en los textos siguientes y que logró su encadenamiento.
El oficio de crear efectos
-Después de la lectura de Lontananza queda la impresión de que predomina la desesperanza.
-Más que la desesperanza, diría que la esperanza fallida, porque en un momento dado los personajes sí tienen esperanzas, proyectos, pero eventualmente se desploman.
-El humor es otro ingrediente importante, pero muchas veces aparece en forma de sarcasmo, de acidez, de negrura.
-Sí. Inclusive es un humor, salvo en el texto sobre el poeta, más libre, en el que tiene que participar el lector y, según su sensibilidad, encontrar un motivo para sonreír.
''Aunque en realidad yo no acabo de entender bien el humor. Escribo como siento que se deben contar las cosas, pero el mecanismo del humor y de poner algo de manera deliberada para que sonría el lector, generalmente no lo entiendo.
''Hay como un filtro: al relatar cosas pasadas, aunque sean trágicas, adquieren un ingrediente de humor, que no necesariamente todo mundo percibe igual."
-Igual sucede con la nostalgia, otro elemento de estos cuentos, pues al evocarse el pasado se le da un sentido sublime o apologético, aunque se trate de algo ordinario.
-Sí. Como dice la frase: los recuerdos son mucho mejores que las realidades. Se trata de actos que modelas con el cerebro, que unas veces tiende a ser noble y condescendiente con ciertos hechos.
Para Toscana, las palabras tienen la virtud de transformar los hechos, aunque sin alterarlos. ''Lo que transformas es el efecto de los hechos en el lector. El hecho es el mismo, pero según las palabras elegidas, el efecto en el lector es distinto. Por eso el oficio de escritor no es el de relatar, sino el de crear efectos, el de seducir".
Manifiesta su desacuerdo con la separación realidad-literatura:
''A veces se separa lo que es tangible y lo que es ficción, como si fueran dos mundos: uno el verdadero y otro el falso, uno el palpable y otro el imaginario. Pero la mayor parte del tiempo vivimos en nuestras mentes, imaginando, creando cosas, suponiendo. Casi siempre estamos en el diálogo interno, el sueño, el plan. Y digo: si eso no es parte de la realidad, Ƒentonces qué es?
''Los personajes de estos relatos no sólo hacen, tocan y dicen, sino que tienen una vida mental en la que piensan en otras existencias para sí mismos que, en la medida en que las pueden elaborar, pueden convertirse en realidad. La imaginación a veces puede ser más rica que la llamada realidad."
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