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México D.F. Viernes 16 de mayo de 2003
ECONOMIA MORAL
Julio Boltvinik
Sedeso: medidas contradictorias
Método de identificación inútil:
"no tienen refrigerador, ergo: necesitan alimentos y educación"
La economía moral es convocada a existir como resistencia
a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede
equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de
la gente
EN LA ENTREGA ANTERIOR prometí continuar
analizando uno de los seis trabajos que se reportan como parte de la evaluación
del Oportunidades.1 Se trata del realizado por Graciela Teruel
y Luis Ruvalcaba Peñafiel.2 Hice notar que no es una
evaluación, como reconocen sus propios autores, debido a una indigestión
informativa y a causas desconocidas que no permiten la utilización
plena de la información levantada para lo cual se gastó mucho
dinero proveniente de los impuestos que pagamos todos (encuestas que entrevistan
a más de un millón de hogares). Al final de la columna hice
notar la disparidad en los métodos de identificación de los
pobres que reina dentro de la Sedeso. Por una parte, el Comité Técnico
propuso un método de medición de la pobreza sólo basado
en los ingresos de los hogares. Por la otra, el Oportunidades utilizaba,
utiliza y seguirá utilizando (al parecer) un método que incluye
diversos indicadores, pero no el ingreso. Es decir, la antípoda
del método del comité. Cuando la Sedeso mostró sus
intenciones de definir un método oficial de medición de la
pobreza, aplaudí pensando que significaría que el método
sería obligatorio para todo el gobierno federal. Pero no es así,
el Oportunidades sigue usando el mismo método que usaba antes, contradictorio
al del comité.
DOS SON LOS METODOS involucrados en la selección
de beneficiarios en el Oportunidades. Por una parte, primero se seleccionaron
las localidades en las que actuaría el entonces Progresa. Se preseleccionaron,
antes de la aplicación de los métodos de selección
según indicadores sociales, localidades menores de 2 mil 500 habitantes
que tuvieran escuela y clínica en un radio de 5 kilómetros
a la redonda. De este universo se seleccionaron, al menos al principio,
únicamente localidades que quedaron clasificadas por Conapo en muy
alta y alta marginación. El índice de marginación
incluye las siete variables que se presentan en la segunda columna del
cuadro anexo. En las localidades así seleccionadas, se levantó
un censo (se le llamó encuesta, la ENCASEH) y, para seleccionar
qué hogares serían o no beneficiarios del Progresa se aplicó
un procedimiento de identificación de pobres que he llamado Método
de Normas Reveladas de NBI (necesidades básicas insatisfechas).3
Ruvalcaba y Teruel explican así el método seguido,
dando como fuente "Documentos internos de Oportunidades", lo que significa
que el método con el cual se decide si alguien es beneficiario del
Oportunidades, el programa más grande de lucha contra la pobreza
del gobierno federal, es secreto (o por lo menos no público): "La
identificación de los beneficiarios se realizó en dos etapas.
Primero se evaluó la condición de pobreza de los hogares
(sic) comparando su ingreso per cápita con el costo de la Canasta
Normativa Alimentaria de Coplamar. Sin embargo, considerando que la pobreza
no es un problema unidimensional, se utilizó además un enfoque
multidimensional (sic). Por lo tanto, la segunda etapa de identificación
de beneficiarios consistió en el uso de una técnica multivariada
que permitió la incorporación de características del
jefe del hogar, sociodemográficas, de la vivienda y de equipamiento
del hogar (sic). Se elaboraron puntajes o ponderadores por variable, los
cuales se incorporaron a través de un índice mediante una
calificación final con la que se identificó a los beneficiarios
del Programa" (pág. 7).4 En pies de página añaden
que la técnica multivariada usada fue el análisis discriminante
y que la misma técnica se usó para definir el punto de corte
en el puntaje total del hogar para distinguir beneficiarios de no beneficiarios.5
La lista de indicadores del hogar se incluye en la tercera columna
del cuadro. Como apreciará el lector, es un universo de variables
muy diferentes al usado para calcular el índice de marginación
con el que se seleccionaron las localidades. En la presentación
audiovisual de los resultados de la "evaluación", Rubalcava proporcionó
algunos de los ponderadores de dichos indicadores, incluidos entre paréntesis
en el cuadro.6 Por último, el cuadro incluye la única
variable utilizada en el método de medición de la pobreza
propuesto por el comité técnico y adoptado oficialmente por
la Sedeso, el ingreso.
EL METODO DE IDENTIFICACION de beneficiarios del
Oportunidades se manifiesta de inmediato como inútil para medir
el impacto del programa. Sin embargo, nuestros autores no se percatan.
Como se aprecia en el cuadro, los indicadores importantes para decidir
si un hogar se le considera beneficiario o no beneficiario, en el procedimiento
de identificación del Oportunidades son la posesión de bienes
durables, baño con agua, acceso a seguridad social de uno o más
miembros del hogar y el nivel educativo del jefe del hogar. No tener refrigerador,
lavadora, vehículo o baño con agua, no contar con ningún
afiliado a la seguridad social, y que el jefe del hogar tenga un bajo nivel
educativo, son los criterios básicos para ser beneficiario del Oportunidades
(Véase cuadro). En ninguna de estas dimensiones actúa el
Oportunidades, cuyo objetivo es eliminar el círculo vicioso de la
pobreza, aumentando el capital humano de los (hoy) niños pobres,
para que en el futuro, cuando formen nuevos hogares, no sean pobres. Busca
elevar la educación de los menores, mejorar la nutrición
de toda la familia y la salud de madres y niños. Aquí tenemos
otra lista alternativa de indicadores, radicalmente distinta a las otras
tres listas del cuadro, misma que se presenta en la columna 1 del cuadro.
Si Oportunidades funciona bien aumenta la escolaridad de los menores, mejora
la nutrición y la salud, pero el método de identificación
de los pobres en este programa no incluye ninguno de estos indicadores.
En cambio, no mejora el equipamiento doméstico, las instalaciones
sanitarias, el acceso a la seguridad social, el nivel educativo del jefe
del hogar ni ningún otro de los indicadores utilizados por el programa
para identificar a los pobres. Una escisión total. Así, si
con los recursos del ramo 33 una localidad donde opera Oportunidades es
dotada de agua y sistema de eliminación de excretas, la mayor parte
de los hogares de esa localidad quedaría excluida del Oportunidades
si estuviera funcionando la recertificación. Pasaría lo mismo
si los parientes que viven del "otro lado" les traen de regalo en Navidad
un refrigerador, una lavadora o un vehículo.
EN EL CUADRO SE CONSTATA, adicionalmente, la incoherencia
entre el sistema de indicadores usados para seleccionar localidades y el
usado para seleccionar hogares beneficiarios. En efecto, entre las dos
listas centrales sólo coinciden dos indicadores (marcados con asterisco)
y un tercero está relacionado, pero no es el mismo (marcado con
+). Los otros 10 indicadores usados para seleccionar beneficiarios son
totalmente ajenos a los usados para seleccionar localidades. Ninguno de
los dos listados de indicadores tiene relación alguna con los objetivos
del programa ni con el método de medición oficial de la pobreza
de Sedeso. Ni los ingresos de este último método, la educación
de los menores, la nutrición o la salud tienen nada que ver con
los indicadores usados para seleccionar localidades o beneficiarios. La
incoherencia de seleccionar a un hogar porque no tiene lavadora o refrigerador
como beneficiario de programas de alimentación, salud y educación,
sería semejante a la del médico que seleccionase a los pacientes
para aplicarles insulina midiéndoles la presión arterial.
Para colmo de males, las ENCRECEH y las ENCASEH no captan los ingresos
percibidos por el hogar proveniente de las transferencias del propio programa,
a pesar de que captan todas las demás fuentes de ingresos. De esta
manera no se pueden analizar las siguientes simples asociaciones (entre
otras): la relación entre los ingresos recibidos del programa y
su situación de pobreza, para identificar si en verdad se están
otorgando las transferencias a los más pobres y la importancia de
estos ingresos en el ingreso total del hogar; la relación entre
lo que los hogares dicen que reciben del programa y lo que el programa
dice que reciben o que deben recibir, que daría indicaciones de
focos rojos en materia de ineficiencias o corrupción.
1. A Rolando Cordera le disgustó mucho la primera
parte de mi columna de la semana pasada y me lanzó ataques, sin
argumentos, en La Jornada del domingo 11. En mi columna me precio
de manejar argumentos y evidencias (de ahí el carácter con
frecuencia cuantitativo de su contenido, que al parecer también
le molesta). Es legítimo estar en desacuerdo con mi interpretación
sobre las intenciones de una parte del gobierno federal al llevar a cabo
la ceremonia inaugural de la Conferencia Internacional Mejores Prácticas
de Política Social en Los Pinos con la presencia del Presidente
de la República, conferencia en la que Cordera participó,
ignoro en qué calidad. Pero de ahí a insultarme reiteradamente
a lo largo de su texto, poniendo en duda mi ética intelectual y
mis motivaciones, hay un salto enorme. Aprovechar el viaje para insinuar
que ataqué la "probidad intelectual de los miembros del Comité
Técnico" porque critiqué severamente su trabajo, es confundir
la crítica académica y racional con el ataque personal. El
prestigio que tengo y que me honra, me lo he ganado a lo largo de años
de defender lo que creo, sin más límites que el respeto a
los demás. Por ese respeto, me niego a entrar en un intercambio
de insultos.
2. El documento revela que no es una evaluación,
y sugiere el desastre informativo que prevalece en Oportunidades
desde su título: "Análisis preliminar sobre el cambio en
variables demográficas y económicas de los hogares beneficiarios
del Programa Oportunidades". Sin embargo, la contradicción salta
cuando además se lee en la portada un título general que
llevan los seis documentos: "Evaluación de resultados de impacto
del Programa de Desarrollo Humano Oportunidades".
3. Véase, por ejemplo, Julio Boltvinik, "Tipología
de los métodos de medición de la pobreza. los métodos
combinados", Comercio Exterior, vol. 53, núm. 5, mayo 2003,
pp. 453-465.
4. Los sic intercalados en el texto tienen los
siguientes sentidos. El primero y el segundo muestran un error de los autores
que más tarde corrigen (pág. 40), ya que el método
del Progresa/Oportunidades no usa el ingreso como indicador para identificar
la pobreza del hogar. Lo usa sólo como punto de partida para revelar
las normas de NBI que separan los pobres de los no pobres. Por eso le he
llamado "normas reveladas de NBI". El tercer sic es porque la forma
en que está redactada la frase le atribuye a la técnica estadística
la incorporación de los indicadores del hogar que se enumeran, cuando
en realidad es el investigador el que hace la selección inicial
aunque después la técnica pueda ayudar a eliminar algunos.
5. Véase Julio Boltvinik y Fernando Cortés,
"La identificación de los pobres en el Progresa", en Enrique Valencia
et al. (coords.), Los dilemas de la política social,
U de G, UIA, ITESO, Guadalajara, 2000, pp. 31-61. Como los documentos oficiales
sobre el método siempre han sido secretos, en este trabajo nos tuvimos
que basar en una ponencia que Gómez de León presentó
sobre el asunto.
6. Fueron tomados apuntando a toda velocidad en la presentación
y pueden tener algún error, pero tales ponderadores no están
incluidos en el documento disponible.
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