Recuperamos nuestro patrimonio, afirman

A punta de mazo y soplete maestros disidentes toman la sede del SNTE

FABIOLA MARTINEZ Y CLAUDIA HERRERA

Por cuarta vez en los últimos cinco años, integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ocuparon el edificio central del sindicato magisterial, ubicado en la calle Venezuela del Centro Histórico, tras repeler a una veintena de guardias de seguridad y hacer un boquete en la fachada a punta de mazazos y con un soplete industrial.

''Recuperamos el patrimonio de los maestros y la entrega del mismo no será pronta. Nuestros compañeros realizaron un trabajo limpio para derribar este búnker en el que se resguardaban los charros corruptos'', expresó Sergio Espinal García, líder de la sección 18 de Michoacán.

Además de Espinal, los dirigentes de la coordinadora en Guerrero, Víctor Echeverría; Pedro Ramírez, del Valle de México, y Víctor Andrade, de Zacatecas, confirmaron que la ''recuperación'' del edificio del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) fue un acuerdo central de la última reunión de la CNTE, por lo que rechazaron que los disidentes hayan sido los agresores en la gresca.

Señalaron también que no incurrieron en ningún delito, porque ''no se puede hablar de allanamiento en nuestra propia casa'', y decretaron entonces que ''a partir de este 15 de mayo se hizo realidad la recuperación del patrimonio que ha acaparado el charrismo encabezado por Elba Esther Gordillo''.

Sin embargo, por la noche, la dirigencia del SNTE manifestó su repudio a la ocupación del edificio y anunció que en las próximas horas va a presentar una denuncia contra los integrantes de la CNTE.

Javier Alvarez, secretario de Prensa y Propaganda del SNTE, se quejó de que el Gobierno del Distrito Federal no intervino para impedir los hechos de violencia, no obstante que desde el pasado 6 de mayo le solicitaron que resguardara las instalaciones. Acusó a la CNTE de montar actos de provocación y violencia que carecen de fundamento. Sin embargo, señaló que lo ocurrido no afecta al Comité Ejecutivo Nacional, porque el edificio ''no constituye el sindicato''.

Pese a las advertencias, al menos el punto número uno del plan de acción de los integrantes de la disidente coordinadora magisterial fue cumplido: ''recuperar'' -como ha ocurrido en cuatro ocasiones desde 1998- el edificio sindical, aunque ello no fue fácil ni rápido.

La batalla campal se inició poco antes de las tres de la tarde, mientras el grueso de los integrantes de la CNTE que viajaron al Distrito Federal se hallaban en las inmediaciones de la residencia oficial de Los Pinos. A esa hora empezaron a golpear la puerta principal del SNTE con mazos y de inmediato los empleados de seguridad no dudaron en arrojar hacia la calle todo lo que estuvo a su alcance para intentar repeler a los maestros.

Aventaron piedras, tabiques, petardos, estopas con fuego, agua, sacos de cal, cemento y hasta amoniaco. Con el plan debidamente armado, los de la coordinadora acercaron una camioneta de redilas con el emblema de Autógena Industrial en la que se transportó equipo de soldadura; empezaron a derribar parte de la pared principal del edificio para introducirse rápido uno por uno.

Entonces empezó la corretiza a los guardias, quienes terminaron rendidos encima de los tinacos de la azotea. Totalmente acorralados, seis de ellos lograron escabullirse al edificio contiguo brincando más de tres metros que separaban una azotea de otra, aunque algunos en la hazaña resultaron lesionados, uno de ellos con fractura en el brazo.

Los que quedaron, una docena, pedían clemencia ante los profesores encolerizados que de inmediato los tiraron al piso, les quitaron sus identificaciones y a algunos la camisa; no faltó el maestro que no pudo ser calmado por sus compañeros y propinó palazos a dos empleados del que denominaron ''grupo de choque'' de Elba Esther.

La toma o ''recuperación'', como insistieron los líderes, estaba hecha; poco importó la tos y estornudos colectivos de unas doscientas personas, incluidos los reporteros, que esperaban el resultado del plan de acción de los mentores. Rápido distribuyeron entre ellos cubrebocas y paliacates para intentar evadir la polvareda de cal y el olor a amoniaco.

El objetivo era seguir el plan. Unos minutos antes de las seis de la tarde, un grupo de maestros declararon la victoria desde la azotea al agitar palos e instar a sus compañeros a gritar sus consignas. Los acompañaban ejidatarios de San Salvador Atenco: ''šElba Esther, Elba Esther, tú también vas a caer... Luchar, vencer, las bases al poder... Charros del SNTE, la cuenta está pendiente... Este puño va a tirar al charrismo sindical!"

Casi al anochecer se organizó una conferencia de prensa; algunos maestros se instalaron de "guardia" en el estacionamiento destinado para los máximos dirigentes del SNTE; sellaron las puertas de todas las oficinas del inmueble con improvisados sellos de papel bond y advirtieron que, desde ayer, no darían ni un paso atrás en la recuperación de su patrimonio.

Los guardias no fueron presentados ante los reporteros y, una y otra vez, los profesores aseguraron que éstos ya habían sido liberados. "La entrega del edificio no será pronta, de eso estamos seguros", insistieron.