Llaman al G-8 a impulsar las negociaciones de Doha para la liberalización

Es necesaria más globalización, insisten organismos multilaterales

El FMI destacó lo perjudicial de la incoherencia de industrializados en el tema agrícola

KYRA NUÑEZ CORRESPONSAL

Ginebra, 13 de mayo. ''Lo necesario es más globalización, no menos'', lo contrario perpetuará y empeorará la pobreza, insistió el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Horst Koehler, para quien una ''mejor mundialización'' significa que los países pobres pueden participar en la globalización económica, crear empleos y mejorar el nivel de vida.

Los titulares del FMI, Banco Mundial y de la Organización Mundial del Comercio (OMC) -presentes en Ginebra en una reunión del consejo general de la OMC sobre coherencia- llamaron a los jefes de Estado que participarán en la cumbre del Grupo de los Ocho (G-8) en Evian, Francia, del primero al 3 de junio, a ''ofrecer la guía política necesaria para que las negociaciones comerciales -lanzadas en 2001 en Doha-, comiencen de nuevo a moverse antes de la conferencia ministerial de Cancún, en septiembre''. El proceso está bloqueado en cuatro áreas de negociación, incluyendo la agricultura.

El director gerente del FMI mandó también un mensaje a los manifestantes contrarios al G-8 y la globalización y les recomendó ''ir con cuidado'', en referencia a que en Evian, ciudad francesa fronteriza con Suiza, se desplegará un impresionante operativo de seguridad en el que participarán fuerzas policíacas de tres países; ''con la mirada abierta'' porque la institución ha cambiado y aprendió de las crisis recientes -citó como ejemplo la creación de un órgano de evaluación independiente cuyo próximo informe analiza las crisis de Argentina y de Corea-; y en la tercera parte de su mensaje a los opositores les recomendó: ''recuerden que nadie, ni el FMI, tiene todas las respuestas sobre la globalización''.

Sector agrícola, vital para el desarrollo

En un comunicado emitido al término de la reunión de la OMC, Supachai Panitchpakdi, director de esta organización; Horst Koehler, director gerente del FMI, y James D. Wolfensohn, presidente del Banco Mundial, afirmaron que ''en el seno del G-8 se necesita apreciar el valor de la liberalización del comercio mundial, en especial en el sector de la agricultura, de importancia capital para el desarrollo.

''Este es un momento crítico donde el compromiso político con el multilateralismo en la toma de decisiones políticas es más importante que nunca, a fin de permitir que todos los países del mundo compartan la prosperidad que ofrece la liberalización y que asegure un mundo más próspero y equitativo, estable y seguro'', expresaron los tres dirigentes de los pilares financieros internacionales.

En un acto de unión excepcional motivado por el bloqueo de las negociaciones comerciales del proceso de Doha, los titulares de las tres instituciones hicieron frente común para "estimular la aceleración de los esfuerzos negociadores y cumplir con el plazo para liberalizar el comercio en 2005 y llegar a Cancún con un paquete resuelto''.

Este día, ''a medio camino del recorrido de Doha y en vísperas de la conferencia ministerial en Cancún (septiembre) la cooperación del Banco Mundial y el FMI es importante'' porque, dijo Supachai, ''las tres instituciones coincidimos en que la liberalización comercial es indispensable, el acceso al mercado supone el alivio de la deuda y la consecución de las metas del milenio de reducción de la pobreza.

''El éxito de Doha puede desbloquear importantes flujos de recursos suplementarios hacia los países en desarrollo, mucho más altos que los generados por la ayuda oficial o como respaldo al pago de deuda'', añadió.

La reunión permitió una intensa discusión entre los titulares de las instituciones y las delegaciones comerciales de 146 países de la OMC sobre la mejor manera de integrar el comercio, el desarrollo y las finanzas. Los titulares de las instituciones financieras pidieron a los países ricos mejor acceso al mercado para las exportaciones de las naciones en desarrollo y a éstas poner la integración comercial como plataforma central en sus estrategias de desarrollo y reducción de la pobreza.

Wolfensohn destacó áreas de acciones prioritarias para mejorar la coherencia entre el comercio y el desarrollo: en el sector agrícola, en el trato especial y diferenciado en el seno de la OMC e integrar el comercio, el desarrollo y la comunidad financiera en las escalas nacional e internacional ''de una manera que nunca hemos hecho''. Señaló también que hay incoherencia en servicios, salud pública y en medidas antidumping. Nada se logrará, apuntó, sin un esfuerzo renovado de los gobiernos industrializados y de los que están en vías de desarrollo para unirse en la toma de decisiones porque ''la coherencia comienza en casa''.

Uno de los temas más controvertidos y de difícil consenso es la liberalización del sector agrícola. Ninguno de los Estados miembros de la OMC se declara en contra de la globalización, pero varios rechazan la desigualdad de sus beneficios para pobres y ricos o se niegan a aceptar la liberalización porque implica perder aranceles indispensables para su desarrollo.

El titular del FMI trató de convencerlos de lo perniciosa que resulta la incoherencia en la agricultura en los países industrializados: subsidios, protección y otros apoyos disfrazados. No se trata de un tema norte-sur aunque se reconoce el daño que ocasionaría a los países beneficiados de un trato preferencial o a quienes son importadores netos de alimentos.

''El éxito de Doha constituye la clave de la confianza para la economía y la cooperación mundial y es indispensable para el desarrollo pacífico de nuestro mundo'', aseguró Koehler, para quien el comercio ''es el vector estratégico de la lucha contra la pobreza''. Agregó que ''los ministros en Cancún deberán llevar el acuerdo (de Doha) a buen puerto'' ya que no es momento de pretextos o excusas para un resultado decepcionante.