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México D.F. Domingo 11 de mayo de 2003
RESERVAS RUSAS AL PLAN PARA IRAK DE LOS OCUPANTES
La
propuesta de Estados Unidos para la reconstrucción de Irak presentada
al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) fue recibida con reservas por Rusia. Presentada el viernes pasado
por Colin Powell, secretario del Departamento de Estado, con el apoyo del
primer ministro inglés, Tony Blair, fue objetada por el viceministro
de Relaciones Exteriores del gobierno de Vladimir Putin, con el argumento
de que "hay partes que no están suficientemente claras".
La propuesta de Washington pretende que se levanten las
sanciones contra Irak establecidas después de la guerra del Golfo,
salvo en lo que se refiere al armamento (que Bagdad compraba a rusos y
franceses) para permitir en cambio el comercio, y plantea, además,
crear un fondo de asistencia a Irak administrado por las fuerzas angloestadunidenses
y formado con los fondos provenientes de la venta del petróleo iraquí.
O sea, quiere que los iraquíes paguen los desastres causados por
los ocupantes y, además, permitan buenos negocios a éstos,
convertidos en administradores de los recursos del país que invadieron.
En el proyecto de la Casa Blanca, por supuesto, la ONU prácticamente
tiene papel alguno en Irak.
Rusia, y también China, ambos miembros del Consejo
de Seguridad con derecho a veto, se unen ahora a Francia al exigir que
sea la ONU la que controle y dirija el proceso de reconstrucción
de Irak. Intentan así evitar la colonización directa del
país por el dúo Washington-Londres, y unen su oposición
al proyecto estadunidense a la voluntad de reconstruir la unidad del Consejo
de Seguridad negociando y no sometiéndose a la voluntad estadunidense.
El fondo del problema reside en que Rusia, gran país
exportador de hidrocarburos (gas y petróleo) y principal proveedor
de Europa en ese ramo tan vital, no acepta ser excluida del negocio petrolero
iraquí y, más en general, teme la manipulación del
petróleo de este país por parte de Estados Unidos como arma
contra sus competidores (Rusia, el eje francoalemán, China) y contra
los países productores de petróleo.
El bloque de hecho que se está consolidando se
opone a legalizar la ocupación colonial y rechaza la situación
de facto creada por las tropas estadunidenses, que dividen Irak en regiones
bajo su mando y pretenden ocuparlo durante años.
Además de las crecientes dificultades que Estados
Unidos enfrenta con una cada vez más inminente resistencia islámica
a la ocupación impulsada por quienes dentro de Irak la iban a apoyar,
tropieza con dificultades diplomáticas. Aunque Washington cuenta
con fuerzas militares suficientes para desconocer de hecho a la ONU, necesita
una cobertura legal para mantener la ocupación de un país
soberano. Sin embargo, ésta se dificulta porque la mayoría
de los miembros del Consejo de Seguridad objeta la invasión.
De modo que el NIET ruso expresado como reserva, más
el NON de París siguen enfrentando a los vencedores para que la
ocupación de Irak, totalmente ilegítima, no adquiera jirones
de legalidad. Estados Unidos sigue estando solo y al desnudo. En bien de
su propia soberanía, la diplomacia de los países independientes
debería trabajar para que permanezca en esas condiciones hasta que
se restablezca la independencia de Irak y la legalidad internacional.
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