.. |
México D.F. Domingo 11 de mayo de 2003
El 5 de mayo reunió a 100 mil personas
en Dallas
Por falta de apoyo, Celso Piña negocia salida
de MCM-Warner
ARTURO CRUZ BARCENAS ENVIADO
Dallas, Texas. Celso Piña negocia actualmente
su salida de la disquera MCM-Warner por diferencias con el personal de
prensa de la trasnacional, que en la pasada entrega de los premios Lo Nuestro
no lo apoyaron para que estuviera en la ceremonia de entrega del codiciado
galardón, donde ganó en dos categorías. En medio de
eso, el músico regiomontano se ha presentado con éxito en
escenarios de México y Estados Unidos, destacando la actuación
del pasado lunes ante más de 100 mil personas en el Texas Stadium,
en el festival del 5 de mayo.
El público, oriundo de varios estados de la República
mexicana, aplaudió a Los Invasores de Nuevo León y su clásico
por estos lares Total ya se fue; pasa El Recodo, otrora banda de
viento, de la que nada queda y que hoy es más bien una amalgama
de ritmos que hacen ver lejos lo que conceptualizó Cruz Lizárraga,
llamado El muchacho alegre de Mazatlán. Suben Los Tucanes
de Tijuana, que encienden los ánimos con sus rolas repetitivas
pero pegajosas: Puro tucanazo y Espejeando.
Todo
va más que bien, pero la gente empieza a repetir un nombre: "¡Celso,
Celso!". Una y otra vez. Ante el coro de anhelantes, el representante del
Jerarca del cerro de la Campana, como también se le conoce
entre los chavos banderos del cinturón de pobreza y olvido de la
próspera Monterrey, Rubén Mojica, recomienda a Piña
ir por todo y llevarse rabo, orejas y patas.
La algarabía sube al máximo. Sube el acordeonista
y su acordeona. El instrumento puede ser bisexual. Responderá,
si se le sabe tocar, sacar brillo. El músico con cinco lustros de
trayectoria entra recio: Cumbia sobre el río, Cumbia de la paz,
La sampuesana.
El Texas Stadium acepta la música vallenata, colombiana.
En Texas hay mucha raza regia; sabe de Celso. Muchos lucen, presumen, sus
camisetas de los Rayados de Monterrey y de los Tigres de la Universidad
Autónoma de Nuevo León. El concierto duró unas ocho
horas.
Y en Aguascalientes...
Así, Celso Piña refrendó en Dallas
el buen momento por el que atraviesa con su grupo Ronda Bogotá,
demostrado días antes, en el Teatro del Pueblo de la Feria de Aguascalientes,
donde logró el primer acto masivo en esa histórica plaza,
luego de que artistas de pop y rock apenas y consiguieron medio llenar
el espacio gratuito, uno de los pocos "libres" de la tradicional San Marcos,
que esta semana entró en la recta final.
En tierra hidrocálida, el llamado Rebelde del
acordeón concitó a 10 mil deseosos de bailar y cantar
El tren, uno de los temas que más le han funcionado de su
más reciente disco, titulado Mundo Colombia.
Miguel Lara, coordinador de las actividades al aire libre,
gratuitas, ha intentado llevar artistas de calidad, nada de imitadores,
de esos que se nombran "el mejor segundo Juanga", "el clon del Buki",
etcétera. Le falta lana. El billete de la Feria de Aguascalientes
está en el palenque, en el casino, en los negocios de la denominada
"cantina más grande del mundo".
En las instalaciones del Canal 6 de Aguascalientes, en
una entrevista, Celso se sentó en un banco alto. Dejó ver
sus calcetines: de color diferente. Así es el músico. Pero
cuando sube al escenario es otro. Ahí dominó al respetable,
lo hizo bailar, cantar. Miles alzaban los brazos y los movían de
izquierda a derecha. "¡Mira, cabrón, cómo los tiene!",
decía Lara, emocionado. Fue un acierto llevar a Celso. Una fila
larga de fans lo esperará para conseguir un autógrafo.
Suda Celso en el camerino. Está cansado. "Vayan por mí",
pide a los que lo acompañan. Un sorbo de agua, y a cumplirle "a
mi gente".
Así ha sido en otros sitios, como el concierto
de hace dos semanas en la Plaza de Toros México. Ante más
de 40 mil espectadores en el festival grupero de Radio Uno, Celso sumó
otro momento grato. Ya habían pasado muchos de los artistas que
hacen del grupero el movimiento musical número uno en México,
cuando Celso subió al escenario. Los chúntaros de
El Gran Silencio, de Monterrey, reconocieron la influencia del Acordeonista
de Hamelin, como le llamó Carlos Monsiváis.
Ya habían tocado, pero pidieron tocar "una, sólo
una", con su maestro. Accedió Celso. Cumbia poder. Fue la
fuerza de la música popular, del vallenato, de un músico
auténtico y con raíces sociales. ExCelso.
Este fin de semana, Piña seguirá su ruta.
Continúa la avanzada vallenata regia en Estados Unidos. El viernes
actuó en Houston y ayer estuvo en San Antonio.
|