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México D.F. Domingo 11 de mayo de 2003
La obra se presenta de viernes a domingo en el Helénico
La estética del crimen, indagación teatral en la que el público da el veredicto final
El espectador te da una página en blanco para que tú la traces: Silverio Palacios
MARIANA NORANDI ESPECIAL
El detective, como personaje ficticio extraído de la realidad policial, ha sido una de las figuras más inspiradoras de la literatura universal. El misterio de un crimen, la perspicacia de una investigación, las evidencias de un asesinato y la fiabilidad de los testimonios, hacen de este tipo de obras un juego enigmático en donde se pone a prueba el grado de intuición, razonamiento y observación del lector o del espectador. A esta prueba es sometido el público de la obra teatral La estética del crimen, de Paul Portner, que dirige Alberto Lomnitz en el teatro Helénico.
En la adaptación mexicana de Lomnitz y Ricardo Esquerra, el personaje del detective es sustituido por un mañoso policía defeño (Silverio Palacios) que acude a un salón de belleza de Polanco, propiedad del estilista Tony Deschamps (Carlos Corona), a investigar el asesinato de Isabel Prat, una famosa pianista española. El estilista, la peluquera (Mariana Jiménez), un anticuario de La Lagunilla que se encuentra en el salón (Enrique Arreola/Carlos Aragón) y una asidua clienta fresa (Gabriela Murria) son los sospechosos del crimen que el policía y su ayudante (Juan Carlos Medellín) tienen que investigar con la ayuda del público, el cual se convierte en testigo y jurado.
Con una escenografía minuciosamente diseñada por Jorge Ferro y Edita Rzeewuska, en donde se reproduce con gran exactitud y lujo de detalles un salón de belleza, la trama va convirtiendo al espectador en indagador del homicidio, el cual decide, basado en las pruebas que presenta el oficial de policía, quién cometió el asesinato. Veredicto al que los actores, haciendo uso de sus facultades histriónicas y rompiendo totalmente con la cuarta pared teatral, se tienen que ajustar de manera distinta en cada función.
Esta obra fue estrenada por primera vez en Boston en 1980 bajo el nombre de Shear Madness y desde entonces no ha conocido interrupción alguna. En nuestro país se había representado hace algunos años pasando desapercibida hasta que, ahora, bajo la producción de Lázaro Becker y Armando Jinich, se ha convertido en una de las comedias más exitosas de los últimos años.
El último grado de justicia
Dotada de un talentoso elenco y de un agudo e irónico humor, la obra posee un lenguaje fresco y actual, cuya adaptación se acopla perfectamente a la realidad del espectador mexicano, el cual se siente familiarizado con cada uno de los personajes. Aunque si hay un personaje que carga con el mayor peso del montaje, y cuya personalidad se vuelve el hilo conductor de la historia, ése es el del oficial José López, representado con gran maestría por Silverio Palacios: "para darle personalidad a este personaje partí de la observación. Observé a muchos policías y, sobre todo, a los que salen en el programa de televisión Policías. Es muy simpática y atractiva la manera en que estos policías representan el último grado de justicia y orden de nuestro país. Tienen un criterio de justicia muy especial, que parte de cómo Dios les da a entender las cosas, y cuando no saben cómo resolver los problemas, lo remiten al Ministerio Público".
A pesar de que el policía que interpreta Silverio es un personaje corrupto, poco preparado y torpe, en la piel de este actor se transforma en un ser entrañable que conquista al público desde que sale a escena. Según el actor lo más complicado de encarnar al oficial López "fue creerme el hecho de que soy un policía. En México nadie cree en la policía, incluido yo, entonces parto de la premisa que no creo en el personaje que interpreto. Eso fue difícil como actor".
Pero si existe algo realmente original y logrado en esta puesta, es el grado de improvisación y de interacción del elenco con el espectador. Silverio afirma al respecto: "la colaboración del público en esta obra es una página en blanco muy bonita que se extiende para que tú, como actor, la traces. El público, que es el que te da las pautas, siempre se entrega, y su colaboración es tan abierta y llana, que no puedes hacer otra cosa que corresponderle".
Si quiere pasar un rato divertido y poner a prueba sus dotes detectivescas, no lo dude y acuda este fin de semana al teatro Helénico a descubrir quién mató a Isabel Prat.
La estética del crimen: Teatro Helénico, Av. Revolución 1500, Col. Guadalupe Inn. Viernes 20:00, sábados 18:00 y 20:30, domingos 18:00 horas. Entrada 150 pesos.
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