México D.F. Sábado 10 de mayo de 2003
Leyeron obras de Thomas Mann y Bertolt Bretch, autores prohibidos por los nazis
Escritores alemanes recordaron la quema de libros ocurrida hace siete décadas en Berlín
DPA
Berlin 9 de mayo. Escritores alemanes recordaron hoy en Berlín el 70 aniversario de la quema de libros de la noche del 10 de mayo de 1933, fecha de referencia en la represión intelectual durante el nacionalsocialismo, que propició el exilio en masa de los principales pensadores del país.
En un acto celebrado en la Academia de las Artes de la capital y al que asistió el presidente alemán Johannes Rau, como conferenciante principal, literatos como Christa Wolf, Rolf Hochhuth o Peter Haertling leyeron obras de algunos autores prohibidos por los nazis, entre ellos Thomas Mann, Karl Marx, Sigmund Freud y Bertolt Brecht.
Rau consideró que la quema de libros, que en 1933 tuvo lugar en muchas ciudades alemanas, y el ''éxodo de los espíritus libres" supusieron una catástrofe para la sociedad de Alemania ''que tuvo efecto durante décadas y que se puede apreciar en parte hasta hoy". Al mismo tiempo, dijo no comprender por qué las personas no reaccionaron ante la destrucción de las obras.
''ƑQué llevó a catedráticos y escritores a participar de forma activa en la expulsión de sus colegas judíos y socialdemócratas de sus cargos y funciones?", se preguntó el jefe de Estado.
Acción contra el espíritu antialemán
La trágica fecha, pocos meses después de que Hitler se convirtiera en canciller, quedó inmortalizada en un monumento del escultor israelí Micha Ullmann, en la antigua Plaza de la Opera de la capital alemana, principal escenario de la quema de libros ordenada por el ministro de Propaganda, Joseph Goebbels.
En el centro de dicha plaza, situada frente al edificio principal de la Universidad Humboldt, se puede ver a través de un cristal en el suelo una gran biblioteca con estanterías blancas en las que habría espacio para 20 mil libros, justo el número de obras que se calcula fue quemado en la noche del 10 de mayo. Sin embargo, las estanterías están vacías.
En el lugar en el que se efectuó la ''acción contra el espíritu antialemán", en el suelo, hay dos placas con una cita de la tragedia Almansor, del poeta judío Heinrich Heine (1797-1856): ''Sólo fue un preludio. Allí donde se queman libros, se queman finalmente también personas". La frase, escrita en 1820, es considerada en Alemania una verdadera profecía.
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