Eric Lázaro, joven gay cubano, fue diagnosticado VIH positivo en 1999 a los 26 años de edad. Luego de una severa depresión, que lo llevó a permanecer dos años internado en el sanatorio Santiago de las Vegas, decidió abandonar su reclusión en ese lugar para dedicarse a ayudar a otros en su misma condición a "aprender a vivir con el virus", como le enseñaron a él. Desde entonces, comentó a Letra S durante un receso del Foro 2003 de VIH/sida realizado en La Habana el pasado mes de abril, se desempeña como "facilitador" del taller Aprendiendo a vivir con VIH/Sida, que se imparte en los diversos sanatorios de la isla.

"Es muy grato para mí ver cómo la gente con VIH se levanta y lucha por su vida; hace proyectos y deja a un lado la angustia. Muchas personas me han dicho que soy una muestra palpable de que sí se puede continuar con una vida de prosperidad y anhelos, incluso con VIH.

"Aunque vivir con VIH en Cuba ya no significa muerte, a mucha gente todavía le cuesta trabajo enfrentar su vida por la carga sicológica que implica saberse seropositivo, por eso yo me he preparado mucho para darle a esa gente las herramientas que le permitan salir adelante y aprender, como yo, a vivir con el virus. Debo decir que mucho ha dependido de mis ganas de salir adelante y del empeño que pusieron en mí el personal del sanatorio donde estuve, pero también se lo debo al sistema de salud de mi país, que realmente se ha preocupado porque las personas que vivimos con VIH tengamos todo, no solamente los medicamentos y atención médica, sino también calidad de vida.

"Mi vida como homosexual en Cuba no tiene complicaciones, mi familia sabe que soy gay, que vivo con el virus y me respetan. En mi ámbito social es lo mismo. Creo que los tiempos han cambiado y los homosexuales nos hemos ganado un lugar de respeto en la sociedad, pues también contribuimos con esfuerzos al bienestar y progreso de nuestro país. Por eso creo que es muy bueno que las campañas de prevención del VIH que ha emprendido nuestro gobierno estén tomando en cuenta a la población de hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH). Ha sido un gran acierto pues, para mí, como gay que vive con VIH y para muchos otros, es muy importante sentirnos representados en las campañas educativas.

"Con pocos recursos, mucha creatividad, el trabajo desinteresado de mucha gente y, sobre todo, la voluntad política del gobierno, estamos luchando como sociedad contra la epidemia. De esa lucha yo formo parte y a ella me debo, por eso creo que soy un individuo feliz que espera que pronto tengamos una cura para este virus. Mientras tanto es necesario que sociedad y gobierno sigan luchando para que no se infecte más gente y procurar que quienes viven con el virus tengan una calidad de vida óptima."