LETRA S
Mayo 8 de 2003

Abstinencia sexual, al margen de la realidad

Abstenerse o no abstenerse, es el falso dilema en el que al parecer el gobierno de Bush quiere colocar a la juventud estadunidense a la hora de decidir sobre su vida sexual. Desde que asumió la presidencia de su país, ha buscado imponer programas de educación sexual y prevención del VIH/sida basados sólo en la abstinencia, lo que han aprovechado sectores de la derecha religiosa en nuestro país y en otros lugares para impulsar programas similares. En la siguiente entrevista, el especialista William Smith hace una crítica a esta política de Bush y advierte del peligro que significa su exportación a otros países.



 
 
Antonio Medina

El presidente Bush ha declarado la guerra al sexo. En cuestiones de sexualidad, no quiere que en su administración se hable de otra cosa que no sea la abstinencia. Por eso ahora está condicionando todo apoyo a los programas de educación sexual, prevención de embarazos adolescentes y de lucha contra el VIH/sida a la promoción exclusiva de la abstinencia sexual. El condón ha sido proscrito y el celibato, enaltecido. Sin embargo, sus programas de "sólo abstinencia" han sido muy criticados por educadores y especialistas en sexualidad, por su ineficacia. Y es que detrás de esos programas hay una intención política difícil de ocultar. Uno de los más asiduos críticos a esa política es el politólogo estadunidense William Smith, director de políticas públicas del Consejo de Información y Educación Sexual de los Estados Unidos. Letra S aprovechó la participación del especialista de 27 años en el Congreso de Salud Reproductiva, organizado por el Instituto Nacional de Perinatología el pasado mes de marzo, para entrevistarlo sobre la pertinencia de estos programas que ahora amenazan con expandirse, a la par de los fondos en dólares, a otros lugares del mundo.
 
 

¿Están fuera de la realidad los programas de "sólo abstinencia"?
Absolutamente. Nuestra cultura está totalmente empapada de sexualidad. El sexo está en todas partes, en la música que escuchan los jóvenes y en los programas de televisión que ven. Pero las políticas en nuestro país, en particular las dirigidas a los jóvenes, dicen: "No debes ocuparte del sexo, no debes expresar para nada tu sexualidad hasta llegar al matrimonio." Lo que es un contrasentido porque, dondequiera que miren estos jóvenes, desde Britney Spears hasta las telenovelas y los anuncios publicitarios, todo, absolutamente todo, es sexual. Esto hace que las políticas oficiales que supuestamente buscan orientarlos para la toma de decisiones responsables, se mantengan totalmente al margen de la realidad. Esa es la razón por la que cada año tenemos 1.4 millones de casos de infecciones de transmisión sexual (ITS) entre la gente joven.
 
 

¿Y los condones no están accesibles?
Los jóvenes estadunidenses tienen un acceso muy limitado a los condones. En Estados Unidos sencillamente no puedes ir a un hospital o a una clínica y solicitarlos. No se pueden distribuir en las escuelas, porque muchos distritos escolares no lo permiten. Puedes ir a una farmacia y comprarlos, pero pronto descubres que no hay farmacias; encuentras tiendas de licores y cajeros automáticos, pero muy pocas farmacias, no como aquí en México, donde hay farmacias por todos lados. Además, para que una o un joven se decida ir a una farmacia a comprarlos, tiene que romper primero con el tabú de que el sexo no es para ellos. Se requiere para eso una persona joven con mucha confianza en sí misma, con buena autoestima y muy consciente de lo que está haciendo. En cambio, lo que los dueños de farmacias descubren cada día son cajas vacías de condones, cajas que los jóvenes han vaciado a escondidas. No por el deseo de robar, sino tan sólo para evitarse presentar esa mercancía en el mostrador. Entonces, lo mejor que pueden hacer los jóvenes es ir a una clínica de salud pública y correr con la buena suerte de que ahí tengan condones disponibles.
 
 

¿"Sólo abstinencia" es una política opcional o se trata de una imposición?
Los programas y mensajes de abstinencia sexual antes del matrimonio solían confinarse a la educación sexual, pero con este presidente toda la estructura de las actividades preventivas en Estados Unidos tiene que ver con la abstinencia. Por ejemplo, si administras una clínica para el tratamiento del VIH, tienes que hablar primeramente de abstinencia. No se trata entonces sólo de las escuelas, sino de los centros de asistencia comunitarios. Y tratan ahora de imponerlo en las clínicas de salud pública. Y si obtienes fondos para la lucha contra el VIH tienes que evitar hablar de aborto y otros temas. Lo que les interesa es restringir lo más posible el tipo de información a la que los jóvenes puedan tener acceso. En el fondo, no les interesa otra información que no sea el imperativo de la abstinencia antes del matrimonio, y luego la obligación de fidelidad entre los esposos. No hay más. No quieren hablar de condones. No desean perder su tiempo en prevención.
 
 

¿Tienen alguna resonancia estos programas?
No lo creo. Para empezar, la gente soltera no figura en esta ecuación, pues se supone que no debe tener sexualidad alguna. En Washington D.C. realizamos estudios y analizamos los datos disponibles: la mayoría de la gente en esa ciudad es predominantemente negra. Observamos que 85 por ciento de las jóvenes afroamericanas habían tenido sexo antes de los quince años. En el caso de las latinas era de 82. Analicemos un caso interesante: el distrito de Columbia recibe un fondo de 1.7 millones de dólares para programas de abstinencia antes del matrimonio, pero si el grueso de las jóvenes de color comienzan a tener sexo desde los quince años, ¿por qué gastar tantos millones en un programa de educación sexual que no significa nada para ellas por la sencilla razón de que ya son sexualmente activas? Analizamos luego cuántas personas en ese distrito estaban casadas o permanecían solteras, y vimos que ¡cuatro de cada cinco personas era soltera! El programa sobre abstinencia es absurdo, totalmente fuera de la realidad.

Por otra parte, la mitad de los matrimonios termina en divorcios. La gente se vuelve a casar, y tiene que saber cómo protegerse. Aun cuando la gente joven hiciera lo que se supone debería hacer, según los criterios de Bush, y esperara hasta estar casada para tener sexo, aun así, debe saber cómo protegerse, su pareja podría estar divorciada o ser sexualmente activa. Necesitas además hacerte pruebas clínicas, pero si no tienes la información acerca de las ITS, no tendrás siquiera idea de la necesidad de estos exámenes.
 
 

¿Qué propósito político encierran estas políticas de abstinencia?
La derecha religiosa en Estados Unidos es una comunidad muy pequeña pero muy poderosa. Controla el Partido Republicano. Nuestro presidente perdió el voto popular. Este hombre no puede darse el lujo de perder ningún distrito electoral, pues si lo pierde no podrá elegirse de nuevo. Esta vez perdería realmente. Por ello tiene que complacer a todos los distritos que votaron por él, y darles algo. "Yo soy su hombre", es el mensaje. La abstinencia sexual antes del matrimonio es lo que él le está dando al ala derecha estadunidense. Es algo fácil y rápido, se trata sólo de dinero. Únicamente tiene que decirles: "Vean, aquí les he conseguido 100 millones de dólares más para programas de educación para la abstinencia, y además les facilito tener una voz en las Naciones Unidas para promover su agenda. Voten por mí la próxima vez."

A este programa de sólo abstinencia se oponen todas las instituciones de salud y la población misma, porque no es un mensaje de salud pública, sino un mensaje político basado únicamente en la moralidad y la religión. Y es una vergüenza que en la medida en que avancen estas políticas, y consigan exportarse, más gente joven en Estados Unidos y otras partes del mundo, tengan que padecer sus efectos. Estos programas son dañinos. La ciencia social nos señala que están socavando las prácticas contraceptivas, sin mencionar que la mitad de las infecciones por VIH ocurren entre gente menor de 25 años.
 
 

¿A qué países se exportan estas políticas?
Hay una razón por la que el secretario de Salud Thompson fue colocado a la cabeza del Fondo Global contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria: la inversión global para programas contra el VIH estará exclusivamente basada en inversiones para la abstinencia sexual. No se hará nada que vaya en contra de lo que el presidente Bush apruebe en materia de sexualidad. Empezamos entonces a ver que en el dinero del Fondo Global existe una restricción: si quieres algo, tendrás que participar en nuestro juego. Y parte de este juego significa programas globales de abstinencia sexual en África, por ejemplo. En Uganda se verifica un éxito enorme en el descenso de la incidencia del VIH, y esto se ha logrado a través de un programa llamado ABC, que significa Abstinencia, Fidelidad (Be faithful) y Condones. Una estrategia triple de prevención. Pero los defensores de la abstinencia sexual sólo admiten el primer factor, y alegan que el éxito de Uganda se debe a que la abstinencia se observa mayoritariamente. Insisten en decir: "La abstinencia funciona. Sólo debemos invertir en programas que la fomenten. Olvídense ya de los condones". Sin embargo, esto no es cierto. Los datos disponibles señalan que el incremento más fuerte de prevención se ubica en mujeres jóvenes que reportaron haber usado condones la primera vez que tuvieron sexo: 3 por ciento en 1996, y 53 por ciento en el 2002. El avance fue espectacular. Eso sí es un éxito, y una buena forma de reducir el VIH. Por supuesto, otra gente retrasó su inicio sexual. Pero debemos ver todo esto como un gran paquete de prevención, y si de ese paquete privilegias únicamente la abstinencia, lo que pones en peligro es la salud de las y los jóvenes.


¿Cuántos y quiénes se abstienen en México?

Si se promedian los tres rangos de edad establecidos en la Encuesta Nacional de Jóvenes 2000, más de la mitad de la población joven de México es sexualmente activa: 60 por ciento de los hombres y 50.4 por ciento de las mujeres entre 15 y 29 años de edad. Antes de los 20 años de edad la mayoría de los mexicanos no ha iniciado aún su vida sexual, pero conforme se rebasa esa edad los jóvenes son cada vez más sexualmente activos.

    ¿Has tenido relaciones sexuales?     15-19 años            20-24 años             25-29 años
                                                                              H             M                H               M                 H              M
                           Sí %                                      26.7            18             72.6             58               89.9            82
                           No %                                   72.4           81.2            26.4            41.3              9.1           17.4
 


¿Por qué se abstienen?

Entre los y las jóvenes que aún no tienen vida sexual, llegar virgen al matrimonio es una ilusión más de las mujeres que de los hombres. El miedo al sida, por el contrario, es una razón de mayor peso para ellos que para ellas. El temor a un embarazo es una razón compartida, así como la espera de la pareja ideal. La nota curiosa es la disparidad entre varones y mujeres que no lo han hecho tan sólo porque no se ha presentado la oportunidad. Su religión no cuenta para nada, ni para ellos ni para ellas.
 
 
 
Principales razones
Hombres
Mujeres
Promedio
Por miedo al sida
19.0
7.7
12.5
Por miedo a un embarazo
11.9
11.4
11.6
Porque no he tenido oportunidad
19.4
2.9
10.0
Porque quiero llegar virgen al matrimonio
5.8
40.1
25.4
Porque mi religión no me lo permite
2.5
2.6
2.5
Espero a la pareja ideal
25.8
23.7
24.6

Fuente: Encuesta Nacional de Jóvenes 2000. Instituto Mexicano de la Juventud, SEP.