México D.F. Viernes 9 de mayo de 2003
Los dirigidos por Bruce Arena estuvieron más
cerca de la victoria
No hubo revancha ni gol; el Tricolor empató
0-0 con Estados Unidos
La selección mexicana sólo tuvo iniciativa
y algunas buenas triangulaciones
Con los cambios los jugadores terminaron desdibujados
y sin oportunidad de anotar
AGENCIAS
Houston, 8 de mayo. La incompatibilidad de caracteres
entre el Tricolor y el gol se mantuvo esta noche y eso, como muchos
saben, es causa de divorcio. Por tal motivo a la selección mexicana
se le esfumó cualquier aire de revancha con su similar de Estados
Unidos, pues el duelo amistoso concluyó 0-0 en el abarrotado estadio
Reliant.
Muy revolucionado, sin que nadie pusiera orden, fue el
arranque del partido, hasta que al minuto 16 la principal arma del cuadro
estadunidense empezó a relucir. Fue el clásico contragolpe,
que no pudo capitalizar Beasley, al mandar su disparo por arriba de la
meta defendida por Oswaldo Sánchez.
Por
su parte, México solamente logró romper el cerco defensivo
de EU, con base en algunas triangulaciones y con la picardía de
elementos como Jesús Arellano. Al minuto 21 El Cabrito y
Luis Pérez hicieron una buena combinación por el sector izquierdo,
pero el centro de Arellano no pudo ser conectado ni por Juan Pablo Rodríguez
ni por Bautista.
Casi inmediatamente, al minuto 22, una buena triangulación
de los mexicanos terminó con un disparo de Jesús, que obligó
a un buen lance del portero Howard para mandar el balón a tiro de
esquina.
La selección mexicana tenía la iniciativa,
monopolizaba el control del balón; sin embargo, no tenía
sorpresa con tantos toques de pelota para acercarse al área enemiga.
En cambio su rival con pocos trazos provocaba angustia entre los seguidores
del Tri.
Estados Unidos concluyó mejor la primera parte.
Al minuto 38 vino un centro desde el sector izquierdo, McBride cabeceó
en el área y dejó en inmejorable posición a Beasley.
Para fortuna de los visitantes el estadunidense no pudo conectar bien con
el balón y desperdició la oportunidad.
Y antes de que el árbitro Peter Prendergast, de
Jamaica, decretara el descanso, vino otro contragolpe de los anfitriones.
McBride se quitó magistralmente al zaguero Duilio Davino, pero su
disparo pasó a un lado del poste derecho de la meta mexicana.
Para el complemento siguió sin aparecer alguien
capaz de gobernar el partido, aunque Estados Unidos estuvo más cerca
de mejorar su balance de enfrentamientos con México, en la era del
entrenador Bruce Arena.
En esta segunda parte entró Coby Jones y fue un
dolor de cabeza para los mexicanos. Al 67 le puso un buen servicio a McBride,
pero éste no pudo rematarlo.
La respuesta de México se dio tres minutos después.
Al Cabrito le dieron un gran pase cuando entraba por la banda derecha,
pero no le pegó al balón como venía, y al pretender
controlarlo desperdició la oportunidad.
Fue la única oportunidad que realmente tuvo la
selección mexicana en este periodo, porque el equipo se fue desdibujando
poco a poco con los cambios realizados. Se fue Arellano, Bautista y Bravo,
y con ellos prácticamente la posibilidad de terminar con la sequía
de goles.
Los estadunidenses, en cambio, lucieron mejor al final.
Y su gran llegada fue cuando Jones envió un servicio al minuto 84;
Chris Klein le ganó el salto a su marcador y se anticipó
al portero Sánchez. Desafortunadamente para él su cabezazo
pasó por encima del travesaño.
Fue un gran susto para los mexicanos. Y la mayoría
de los casi 70 mil aficionados que abarrotaron el Reliant Stadium de la
calurosa ciudad de Houston, se quedó con las ganas de tomar revancha
por la derrota sufrida en octavos de final de la Copa del Mundo de 2002,
cuando Estados Unidos los dejó en el camino con un humillante marcador
de 2-0.
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