México D.F. Viernes 9 de mayo de 2003
El 80% de nuevos registros en IMSS, de personas por abajo de esa edad
Difícil, hallar trabajo después de los 40
DAVID ZUÑIGA
Las personas mayores de 40 años enfrentan cada vez más dificultades para encontrar empleo. De acuerdo con un análisis del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), de 1986 a 2003 sólo 13.9 por ciento de los nuevos registros en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) han correspondido a personas de 40 a 49 años, y sólo 6.7 por ciento a los que tienen 50 años o más.
El CEESP detalla que 30.1 por ciento de los nuevos empleados tienen menos de 30 años; sin embargo, la mayor parte de los nuevos registros corresponde al grupo de 30 a 39 años, con 49.3 por ciento.
El documento señala que la principal razón por la cual los trabajadores maduros tienen más problemas para colocarse en el mercado de trabajo es porque no se actualizan en el manejo de técnicas y equipo moderno. Además, la preferencia por trabajadores jóvenes familiarizados con el uso de computadoras y equipo moderno suele ser más marcada en las empresas de nueva creación.
El análisis del CEESP cita un estudio elaborado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), según el cual la apertura económica en los países que formaban la desaparecida Unión Soviética aumentó la capacidad empresarial, garantizó los derechos de propiedad, abrió acceso a los mercados mundiales, facilitó la difusión del conocimiento y alentó la llegada de inversiones. Como resultado, la riqueza generada por el sector privado en esas economías aumentó de 25 por ciento en el periodo 1989-1994 a 50 por ciento en el periodo 1995-1997.
De acuerdo con los analistas del CEESP, existe una correlación entre la apertura comercial, la liberalización y las privatizaciones con el creciente desplazamiento de la mano de obra madura. De hecho, agrega, esto puede explicar por qué la población mayor, principalmente en Europa del este, se opone más a las reformas económicas y apoya a políticos que defienden actitudes estatistas.
Por ejemplo, en 1988 en los países bálticos una persona de 30 años tenía el doble de posibilidades de ser contratada que una de 50, las empresas creadas después de 1988 contrataban a un promedio de 48 por ciento de trabajadores menores de 30 años.
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