México D.F. Viernes 9 de mayo de 2003
El 70% de las plazas generadas en lo que va
del sexenio son temporales
Mal pagados y efímeros, los pocos nuevos empleos,
revelan estudios
Entre cuatro y cinco salarios mínimos, el costo
de la canasta básica; 10 millones de mexicanos buscan en el subempleo
ingresos adicionales Las empresas escamotean el pago de tiempo extra
PATRICIA MUÑOZ RIOS
Diez millones de mexicanos tuvieron que incrementar su
jornada laboral en más de 48 horas semanales para completar sus
ingresos; cuatro de cada 10 trabajadores debieron buscar un doble empleo
con el mismo fin, y la mayor parte de los hogares sumaron dos o más
personas al mercado laboral para completar la canasta alimentaria, revela
un estudio del Centro Multidisciplinario de la Facultad de Economía
de la UNAM.
En
el mismo sentido, un informe del Centro de Reflexión Laboral indica
que las pocas plazas de trabajo que se han creado en el presente sexenio
presentan condiciones de bajo salario y no son permanentes, ya que de 10
empleos generados, siete fueron eventuales. Lo que indica que el poco trabajo
que se está generando es mal pagado y en condiciones de inseguridad
laboral.
Ambos estudios coinciden en que un importante número
de empleados fijos o eventuales laboran más tiempo del establecido
en la Ley Federal del Trabajo sin el cobro de horas extras, ya sea porque
tienen que cubrir plazas de despedidos o de personal faltante; o bien,
porque buscan fuera de su jornada laboral empleos por horas, por trabajo
determinado o por servicio, como mecanismos para elevar sus magros ingresos.
Establecen además que se requieren cuando menos
entre cuatro y cinco salarios mínimos al día para cubrir
los requerimientos de una canasta básica alimentaria, por lo que
las mujeres de familia, los hijos mayores u otros parientes tienen que
contribuir ahora al gasto. Un solo trabajador con ingresos medios no puede
ya, definitivamente, mantener a toda una familia.
El informe de la UNAM puntualiza que prácticamente
10 millones de mexicanos se vieron obligados a incrementar su jornada laboral
en más de 48 horas semanales, contra lo que establece la ley. Destaca
que esta cifra no es menor, ya que significa que casi uno de cada cuatro
trabajadores formales se halla en esa situación.
Según añade el Centro de Reflexión
Laboral, las cifras de desempleo en el país son muy altas, e incluso
para septiembre de 2002, 43.8 por ciento de los desempleados tardó
en promedio nueve semanas o más en encontrar una plaza. Además,
sectores que antes eran opción y fuente de mayores ingresos, como
la maquila, han perdido en este sexenio alrededor de 100 mil plazas de
trabajo.
Es decir, esta industria, que era una de las principales
generadoras de empleo, perdió 17 por ciento de su personal en el
primer trimestre del año pasado en relación con el primer
año de gobierno, lo que significó que más de 219 mil
trabajadores, en su mayoría mujeres, jefas de familia y único
o principal sostén de sus hogares, quedaron sin empleo.
En la investigación de la Facultad de Economía
se apunta al respecto que las pésimas condiciones del mercado laboral
han obligado a los trabajadores a aceptar la ampliación de su jornada
sin pago alguno, pero también se ha propiciado que casi una cuarta
parte de la población que tiene un empleo busque otras formas de
completar sus ingresos.
Así, quien tiene un trabajo de tiempo completo,
fuera de su horario se consigue un empleo adicional, eventual, sin prestaciones
y por honorarios; o bien, venden tanto en sus horas de trabajo como fuera
de ellas, e incluso prestan servicios de forma esporádica. Es decir,
se ha dado un fenómeno económico de ''mezclas'' de trabajo
formal con informal, con subempleo, el cual no se había presentado
de una manera tan generalizada.
El Centro de Reflexión Laboral precisa en este
sentido que este incremento de la jornada laboral tiene consecuencias tanto
en la calidad de la labor desempeñada como en la calidad de vida
de las personas. Prueba de ello es que en el primer año de este
gobierno, los ''riesgos de trabajo'' que se registraron fueron superiores
a los 413 mil 700 casos -es decir, 3.4 por cada 100 trabajadores-, así
como un elevado número de ''enfermedades de trabajo'', de las cuales
90 por ciento se registran en hombres y el resto en mujeres, y en su mayoría
son afecciones del oído y respiratorias, pero también hay
nerviosas.
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