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México D.F. Viernes 9 de mayo de 2003
Nuevo florecimiento de la compañía alemana
Berlin, 8 de mayo. El Deutsches Theater es, con el Berliner Ensemble, el pilar de las artes escénicas alemanas. Antes de que los nazis destruyeran la esperanza, la primera compañía había alcanzado su plenitud bajo la dirección artística de un genio, Max Reinhardt, cuyos diseños revolucionarios se conservan intactos en el escenario de este pequeño palacio que alberga dos salas, la mayor, donde se estrenó en septiembre de 2001 Emilia Galotti y que en breve llegará a 75 representaciones, y la también legendaria sede del Kammerspieltheater.
Merced a la reunificación luego de la caída del Muro, el Deutsches Theater vive un reflorecimiento. Desde hace dos años tomó el control el primer equipo artístico proveniente de Berlín occidental. Desde luego que bajo el régimen democrático la compañía nunca decayó, pues ha sido baluarte cultural y emblema de una sociedad. Junto al Berliner Ensemble, el Deutsches representó a la República Democrática Alemana y ha mantenido un ritmo de 350 producciones al año.
La política actual del Deutsches Theater, explica su director artístico, Bernd Wilms, consiste en desarrollar la continuidad de una compañía de repertorio que pone en escena por igual obras nuevas que de autores clásicos pero con propuestas modernas, como Emilia Galotti.
En el Deutsches colaboran grandes directores del teatro alemán actual, como Castorf, Kimmig, Petras, Ostermeier, y maestros de otros países, como el estadunidense Bob Wilson. En una visita al Deutsches Theater, concedida a La Jornada, apreciamos los diseños originales de Reinhardt y vimos un ensayo presidido por otra leyenda, Peter Zadek, quien prepara el montaje de Madre Coraje, de Bertolt Brecht, que se estrenará aquí en junio, en lo que constituirá el ingreso formal del teatro de Brecht al Deutsches Theater, pues antes era competencia exclusiva del Berliner Ensemble.
También podrá verse en breve por primera vez en la historia del Deutsches una obra de Heinrich von Kleist, dirigida por Nicholas Schmidt, en tanto Ostermeier prepara otro estreno espectacular, Gente sola (Leute allein), con el tema del nazismo. Entre otros temas fuertes que encara la compañía figura el encargo de una obra de teatro a un joven autor alemán acerca del grupo terrorista de los años 70, el Baden Meinhof.
Por lo pronto, Deutsches Theater se prepara para viajar a México. PABLO ESPINOSA, ENVIADO
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