Luis Javier Garrido

El retroceso

El retroceso que se está viviendo en todo el mundo, tras la invasión a Irak, en materia de derechos individuales y sociales es muy grande, y ese tema no parece estar en el centro del debate.

1. El nuevo orden mundial definido por el equipo de George W. Bush en Washington durante los dos años anteriores, y que supone un replanteamiento no sólo a) de las relaciones internacionales (para consagrar la supremacía de Estados Unidos sobre la ONU), y b) una imposición cada vez más atrabiliaria del esquema económico y social neoliberal (para entregar el control de los recursos estratégicos del planeta a determinadas trasnacionales de origen estadunidense), entraña también c) una redefinición del papel de los estados nacionales, que ya han sometido su política económica y social a los dictados de los organismos financieros internacionales, y que, luego de la invasión a Irak, están siendo sometidos cada vez más en todo tipo de decisiones internas y, sobre todo, d) una serie de restricciones a los derechos fundamentales de las personas y de las colectividades.

2. La Casa Blanca, en nombre de una supuesta "lucha contra el terrorismo", ha definido toda una política mundial de restricción de los derechos individuales y sociales que se creía adquiridos para siempre, y lo más grave es que esto se hace con la complicidad de casi todos los gobiernos. "Los terroristas son los otros", parece decir Bush como un personaje del Huis Clos (A puerta cerrada) de Sartre: es decir, todos aquellos que no están en favor de sus políticas, y se arroga impunemente la prerrogativa de decidir su futuro.

3. La decisión de José María Aznar (presidente del gobierno español) de "solicitar" a Bush la inclusión de Batasuna en la lista de "organizaciones terroristas" que está fabricando el gobierno estadunidense (El País, 7 de mayo), ilustra las gravísimas consecuencias que puede tener tal tendencia, pues al reconocer el jefe de gobierno español por esta decisión aberrante su incapacidad para enfrentar por la vía de la política la problemática del País Vasco, no parece querer resolver un problema interno de su nación que sólo compete a los vascos y a los españoles, y así lo entendió la Casa Blanca al dar su beneplácito a esta desvergonzada solicitud (8 de mayo).

4. El discurso de intolerancia de Washington se encubre como todo mundo sabe en una supuesta defensa de los derechos humanos y de las libertades civiles y políticas, pero el nuevo orden mundial que se busca imponer desde la Casa Blanca, el Pentágono, el FMI y el Banco Mundial pretende sobre todo anteponer las prerrogativas de las corporaciones a los derechos de las personas, y por eso ya no duda en atacar abiertamente dichos derechos.

5. Los nuevos teóricos del monetarismo no han dudado en lanzar una nueva escalada, en la que creen que es una "cruzada" en defensa del capitalismo ante los riesgos de una crisis económica mayor en Estados Unidos, como lo han asentado varios analistas en The New York Times, y muchos se olvidan de éste, como los artistas y escritores que en absoluta sintonía con los gobiernos de Washington y de Madrid publicaron un manifiesto sobre las próximas elecciones en el País Vasco (7 de mayo) culpando a una sola de las partes de lo que acontece.

6. La serpiente, sin embargo, termina por morder su propia cola, y un documento de 2003 de la Comisión Europea informa que en los meses pasados los derechos fundamentales de las personas han sufrido un serio menoscabo en buena parte de los propios países europeos al modificarse los marcos legales de éstos con el argumento de que es necesario tal "retroceso" en favor "de la seguridad" (El País, 6 de mayo). Y lo más significativo es que estas medidas se asemejan de manera notable a las adoptadas por el gobierno de Bush en Estados Unidos, y afectan tanto a los derechos individuales (las garantías procesales, la confidencialidad sobre datos privados, nuevas restricciones a la libertad de expresión, medidas discriminatorias contra los inmigrantes y los marginados) como a los colectivos, pues los países europeos están aplicando cada vez más los programas que los organismos financieros ensayaron en Latinoamérica: limitación a los derechos de los trabajadores, reducción de la seguridad social, supresión de derechos a los hijos de inmigrantes, privatización de las instituciones de educación y de salud.

7. El retroceso que se está produciendo tras la invasión de Irak en lo relativo a los derechos fundamentales de las personas y de las colectividades es universal, y se manifiesta tanto en Estados Unidos como en los países europeos. En España, el gobierno de Aznar ha llegado al extremo de proponer que se pueda detener sin mayor justificación a cualquier persona "susceptible de cometer actos terroristas" y "antes de la ejecución de una acción terrorista". En Alemania, los sindicatos compararon en 2003 el plan de recortes sociales del gobierno socialdemócrata de Gerhard Schroder con los que hizo el nazismo (6 de mayo), y lo hicieron el mismo día en que el presidente brasileño Lula da Silva, ante la creciente ira popular y las críticas de un sector del PT, defendía en Río y en Brasilia una iniciativa legal suya para recortar las pensiones de los jubilados en aras de "la macroeconomía".

8. La demagogia sobre los derechos humanos se ha tornado universal y no extraña que recurran con mayor frecuencia a ella los gobiernos que más los violen. El de Vicente Fox, que se ha opuesto al reconocimiento de los derechos de los pueblos indios, y ha tratado con mayor intensidad que los de Salinas y de Zedillo de nulificar los derechos constitucionales al trabajo, a la tierra, a la salud, a la educación y a la seguridad social, ahora desdeña los derechos de los migrantes, y ello no puede justificarse sólo por Irak. Luego de una entrevista con el secretario Colin Powell (7 de mayo), el canciller Luis Ernesto Derbez, reconoció que la prioridad de la relación bilateral México-Estados Unidos la constituye "la lucha contra el terrorismo" y que los derechos de los migrantes mexicanos van al último.

9. Los gravísimos retrocesos que se han dado en lo poco que va del nuevo siglo no se explican sin embargo nada más por las decisiones de políticos desequilibrados. Bush no es sólo "el asesino en serie" de Texas, como lo llamó Susan Santag en declaraciones hechas en Nueva York a la prensa española, en las que lanzó al mismo tiempo un llamamiento a "seguir resistiendo" a las políticas del gobierno de su país (7 de mayo). Es también, y sobre todo, por el momento, la cabeza visible del proyecto económico y político que un grupo de extremistas del Partido Republicano, vinculados a los grandes intereses, impone al mundo para consolidar la supremacía estadunidense, impulsar el neoliberalismo en un momento crítico y satisfacer los intereses de un grupo de grandes consorcios.

10. Y todo ello con la oposición de muy amplios sectores en todo el mundo, pero con la pasividad de los gobiernos de casi todos los países, lo que plantea una cuestión central del nuevo siglo: la representatividad de los gobernantes es casi nula y los pueblos tienen que hallar otras vías para oponerse a lo que está pasando.