México D.F. Viernes 9 de mayo de 2003
Están por entrar 3 mil soldados a desalojarlos,
dicen
Desconfían en Montes Azules del acuerdo con
lacandones
HERMANN BELLINGHAUSSEN ENVIADO
San Cristobal de Las Casas, Chis., 8 de mayo. "No
creemos la tregua que dicen el gobierno y los lacandones", declararon hoy
los representantes de las comunidades Nuevo San Isidro y Nuevo San Rafael,
en Montes Azules, en relación con el muy publicitado acuerdo entre
Pablo Salazar Mendiguchía y los representantes de la Comunidad Lacandona,
firmado ayer en Tuxtla Gutiérrez.
Negaron tener contacto con autoridades del gobierno, aunque
sí van a las comunidades enviados de la Procuraduría Federal
de Protección Ambiental (Profepa), de la Secretaría del Medio
Ambiente y de la de Marina. "No nos saldremos de nuestras comunidades",
reiteraron. "No queremos diálogo con el gobierno hasta que no cumpla
con la ley de derechos indígenas".
José Jiménez Cruz, de Nuevo San Rafael,
"del municipio de Maravilla Tenejapa", leyó una relación
de las agresiones y amenazas que las semanas recientes han recibido de
la Comunidad Lacandona, ante la presencia impávida de funcionarios
federales. Diversas comunidades asentadas en Montes Azules, dijo, "en estos
momentos nos encontramos amenazados de que nos van a desalojar. Ahora el
gobierno se ha quedado callado después de sus constantes amenazas
de desalojarnos. Ahora deja que actúen los caribes junto con otros
grupos de la llamada Comunidad Lacandona".
Rumores y coincidencias
Los
indígenas aseguraron haberse enterado hoy de que "próximamente
entrarán a Montes Azules 3 mil soldados y marinos". Se trata, en
todo caso, de un rumor que hoy se esparció en los pueblos de la
zona. Coincide, por cierto, con las "recomendaciones" hechas esta semana
por Conservation International y diversas figuras del PRI (como el presidente
en turno de la Cocopa, Agustín Trujillo Iñiguez), para que
se establezcan patrullajes y vigilancia en la reserva se la biosfera. La
línea dura gana terreno del lado de las autoridades. Se anuncian
"listas definitivas" de comunidades a desalojar en las próximas
semanas y se conocen versiones confiables de que se estarían preparando
operativos en el corto plazo, involucrando, cuando menos, a la Secretaría
de Marina y a la PGR.
De ser así, ¿estará el gobierno del
estado tratando de ganar tiempo al pactar una tregua con los "dueños"
lacandones y choles? (por la cual debió comprometerse, claro, a
conceder mayores espacios de gestión en la Reserva de Lacantún
entre otras "prestaciones", a estos reyes de las prestaciones que son los
lacandones. Al menos, el gobierno salazarista trata de evitar un pleito
fratricida que lo obligaría a intervenir judicialmente. Como sea,
lo único que aceptó la comunidad lacandona fue ampliar su
ultimátum de desalojo.
El documento leído por José Jiménez
Cruz esta tarde dice: "constantemente tenemos la amenaza de desalojo por
parte de Héctor Trujillo Gómez, delegado de la Profepa, quien
dice que nos van a correr de estas tierras, que ya tenemos orden de aprehensión
porque estamos asentados en la reserva, que la estamos destruyendo, pero
nosotros no estamos destruyendo, porque trabajamos de acuerdo con nuestra
cultura, cuidamos nuestro territorio.
"Nosotros no vendemos madera, como hace el gobierno, que
da permiso para que las empresas talen la selva; nosotros no queremos que
se acabe la naturaleza, por eso nos organizamos para trabajar con autonomía."
En su documento, los pobladores de Nuevo San Rafael y
Nuevo San Isidro proclaman: "ahí vamos a estar, dispuestos a entregar
la sangre por dignidad, por nuestros hijos que están creciendo.
¿Cómo vamos a confiar en un gobierno que no cumple los Acuerdos
de San Andrés?"
Agregan: "sabemos que el gobierno es responsable de los
enfrentamientos en las comunidades, después de amenazarnos con desalojarnos
con sus fuerzas armadas. El representante de la Comunidad Lacandona afirmó
que aunque el gobierno no resuelva el problema ellos pueden hacer lo que
quieran como pueblo lacandón, que no van a andar dando vueltas con
el gobierno. Uno de ellos dijo: 'ya estoy cansado de cuidar estas tierras,
porque el gobierno no me está pagando', que ellos van a resolver
como ellos quieran".
Mientras se acusa a los nuevos pobladores de Montes Azules
de "destruir la selva", en Frontera Corozal (comunidad perteneciente a
la Comunidad Lacandona), uno de los muchos incendios de la temporada, además
de consumir una buena porción de monte, mató a un comunero
chol que luchaba por apagar el siniestro. Esta tragedia revela cuán
delgadas pueden ser las líneas divisorias de los distintos bandos
indígenas en la selva.
En su documento de denuncia los pobladores amenazados
señalan: "en varias ocasiones los lacandones han dicho que son los
dueños de la selva. Entonces, ¿por qué dejan que el
gobierno la destruya dando permisos para talar árboles? (Nos dicen)
que ellos no llegan a provocar, que no llegan armados. Pero si siempre
llegan acompañados de la Marina y el Ejército", concluyen.
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