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México D.F. Viernes 9 de mayo de 2003
ASTILLERO
Julio Hernández López
Tres de jornaleros
Premios periodísticos, sindicalismo y asambleas
BAJO LA DIRECCION de la reportera Carmen Lira,
La
Jornada ha tenido en días recientes muy buenas calificaciones
en los terrenos periodístico, laboral y empresarial.
ESTE
MIERCOLES, POR ejemplo, los reporteros Gustavo Castillo y Enrique Méndez,
y el caricaturista Antonio Helguera, recibieron, con grandes merecimientos,
dos de las siete distinciones que asignó el Consejo Ciudadano del
Premio Nacional de Periodismo. Que los jornaleros hayan ganado más
de la cuarta parte de esos reconocimientos tiene, sin embargo, un valor
que va más allá de lo cuantitativo. En primer lugar, porque
fueron decididos por una instancia totalmente ajena al poder público
(a la que de cierta manera contamina la abierta campaña futurista
del rector de la UNAM, quien más que apellidarse De la Fuente pareciera
ser De la Pila Bendita). Tan diferentes son ahora los criterios de valoración,
que un personaje tradicionalmente reacio a recibir distinciones, como Julio
Scherer García, aceptó en esta ocasión ser premiado
por su trayectoria y, contra su también tradicional rechazo a hablar
en público, pronunció en la ceremonia oficial de entrega
un discurso que, no obstante, a fe de este astillador, careció de
contundencia inequívoca a la hora de juzgar a Fidel Castro (no,
pero sí, o sí, pero tantito) y resultó disperso y
breve en cuanto a lo que era de esperarse sería su tema central:
el ejercicio periodístico en los tiempos del cólera. Pero
además, los premios relacionados con los géneros de noticia
y de caricatura confirman que La Jornada mantiene un nivel periodístico
relevante: la información de Castillo y Méndez (dos reporteros
hechos en la brecha, trabajadores de la tecla que han avanzado gracias
a sus méritos personales) fija con precisión a La Jornada
como el medio que destapó la más importante noticia de los
tiempos modernos del cambio, el Pemexgate, que luego reavivó
con esperanzas de trueque apaciguador el asunto de los Amigos de Fox (del
que La Jornada también fue informador pionero). De los trazos
de Helguera poco hay que agregar a lo que diariamente pueden ver los asiduos
de La Jornada: como sucede con Magú, Rocha y El Fisgón,
Helguera (quien ya había sido galardonado mediante el sistema de
premiación abolido, lo que demuestra que su calidad es reconocida
con anteriores, actuales y futuros prismas) sabe captar con humor y finura
la esencia del debate nuestro de cada día (no ha de dejarse pasar
aquí la oportunidad de señalar una evidente falla del mecanismo
premiador ciudadanizado: juzgando a partir de los trabajos que le son enviados
y no de una mirada profesional sostenida, el comité de premiación
puede llegar a aberraciones ópticas como la cometida en esta ocasión,
de entregar el total de sus trofeos a la prensa escrita y dejar fuera al
cada vez más profesional, crítico, influyente e impactante
ejercicio que es realizado en medios electrónicos y que con frecuencia
supera los cartabones que la temporalidad y el estilo imponen a los diarios
y las revistas. Otra imperfección llevó, además, a
declarar desierto el género de artículo de opinión,
justamente en un año en el que, como en todo lo que va de foxismo,
en los medios ha habido apertura editorial evidente y cuando diversas plumas
se han expresado con lucidez y brillo notables).
SIGUIENDO CON EL recuento arriba enunciado, el
sindicato y la empresa de La Jornada firmaron y depositaron ayer
ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje de la ciudad de
México su contrato colectivo de trabajo. La peculiaridad de ese
acto consiste en que, desde su fundación, 17 años atrás
(uno después de la creación del diario), el combativo y reconocido
sindicato de trabajadores de La Jornada había carecido de
personalidad jurídica (lo que no había sido freno para que
sin contratiempo se realizaran las revisiones salariales y contractuales
del caso y se atendieran las gestiones sindicales sin necesidad de formalismos
legales). Ahora, en un sano proceso de institucionalización, el
sindicato buscó y obtuvo, como era natural, el registro ante las
autoridades laborales y, a partir de esa estrenada personalidad jurídica,
protocolizó junto con la empresa el contrato colectivo de trabajo
vigente.
EL 30 DE ABRIL pasado, en su edificio propio (hasta
2002 La Jornada había funcionado siempre en inmuebles rentados)
se realizó una asamblea ordinaria anual de accionistas que aprobó
los informes financieros correspondientes al año pasado, con especiales
notas de reconocimiento a la honestidad con que han sido manejados los
fondos de las distintas empresas del Grupo La Jornada, sobre todo a partir
de la auditoría especial que a pedimento de una accionista fue realizada
en meses anteriores. En esa misma reunión de accionistas fueron
elegidos los nuevos directivos del Consejo de Administración, quedando
don Ricardo García Sainz como presidente, la doctora Alejandra Moreno
Toscano como secretaria, y el columnista Enrique Galván Ochoa como
tesorero (García Sainz entró en sustitución inmediata
de la doctora Soledad Loaeza, que cumplió un breve pero intenso
interinato luego de la renuncia, un mes atrás, de Carlos Fernández-Vega
a ese cargo. A las tareas provisionales de la doctora Loaeza colaboró
con especial ahínco el consejero Gonzalo Martínez Corbalá,
quien fue relecto para un segundo periodo).
LA JORNADA, COMO se
ve (es decir, con hechos, más que con palabras), camina con firmeza
y buenos resultados, en momentos en que, como dijo la directora Carmen
Lira en su informe a los accionistas, otras empresas del ramo, por desgracia,
naufragan o desaparecen, o cuando los criterios editoriales son presionados
por intereses comerciales o políticos, por el terror, la censura
y la autocensura. Hoy más que nunca es necesaria La Jornada
y por ello resulta importante dar cuenta de su buena salud institucional.
ASTILLAS:ARTURO ALCANTARA Rojas es uno de los candidatos
priístas a las diputaciones federales de representación proporcional
que, por su buena ubicación en las listas plurinominales, llegarán
a San Lázaro. Alcántara Rojas, transportista del estado de
México, es también, junto con sus hermanos Roberto y José
Luis, uno de los beneficiarios del Fobaproa por la vía de Bancrecer...
Y por esta semana es todo. ¡Feliz descanso!
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