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México D.F. Sábado 3 de mayo de 2003
CUBA: PREVENIR LA AGRESION ANUNCIADA
El
gobierno de Estados Unidos escaló su ofensiva contra Cuba, colocándola
en una lista de estados "terroristas", junto a la fantomática Al
Qaeda y, por supuesto, a los otros miembros del "eje del mal" inventado
por los fundamentalistas de la Casa Blanca. Además, calificó
a su gobierno de Al Capone y dijo que era una "aberración". Asimismo,
anunció su intención de ampliar la asistencia financiera
a los disidentes de la isla y establecer mayores restricciones a los viajes
y envío de remesas. Si tenemos en cuenta que ese país está
en una fase prelectoral y que el presidente George W. Bush espera relegirse
montado en el caballo del antiterrorismo y sostenido por el patrioterismo
ciego, esas palabras son ominosas.
Sería necio tomarlas a la ligera pues ese mismo
gobierno acaba de invadir y ocupar un país soberano, sin previa
declaración de guerra, pisoteando a la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) e inventando (y descartando, sucesivamente) pretextos
de todo tipo para justificar su invasión (armas químicas
y bacteriológicas que habrían amenazado la seguridad estadunidense
y la del mundo, que jamás se encontraron; acuerdos entre Saddam
Hussein y Bin Laden, que nunca se probaron; un armamento masivo que habría
amenazado a sus vecinos y que no existió sino en la imaginación
del inquilino de la Casa Blanca). Además, el Consejo de Seguridad
de Estados Unidos ha elaborado un plan para el dominio mundial; el ex director
de la Agencia Central de Inteligencia, James Woosley, ha declarado que
su país está combatiendo una nueva guerra mundial, la lista
de los "estados canallas" es al mismo tiempo la de los futuros blancos
de las intervenciones militares estadunidenses y, por último, se
han multiplicado los signos de tensión entre las autoridades de
Washington y de La Habana.
Esas amenazas contra un país latinoamericano que
ya fue invadido varias veces por Estados Unidos y parte de cuyo territorio
sigue siendo ocupado por esa nación, ha hecho que senadores de los
partidos Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática
se unan al llamado contra la preparación de una agresión
estadunidense a Cuba, al que se han sumado importantes intelectuales, como
Noam Chomsky y otros, que fue leído en La Habana por Pablo González
Casanova, y que adviertan al Poder Ejecutivo que no debe desdeñar
las advertencias del presidente cubano y, por el contrario, debe reactivar
a la ONU a partir del Consejo de Seguridad, para asegurar la paz y prevenir
las medidas unilaterales y los intentos de invasión a Cuba que prepara
el gobierno estadunidense.
Los senadores piden al gobierno que advierta a Washington
que México no aceptará la violación de la soberanía
de un país latinoamericano y llame a los responsables políticos
estadunidenses a permanecer en la senda de la legalidad internacional,
de la diplomacia y de la solución pacífica de las diferencias
entre los gobiernos, para no dañar a los pueblos -como ha sucedido
en Afganistán o Irak-, pretendiendo combatir a aquéllos cuando,
en realidad, se acaba con la independencia de los países agredidos.
Es de esperar que esta digna y sensata actitud de una
parte del Poder Legislativo mexicano sea emulada en otros parlamentos de
nuestro continente para que se alcen todas las voces, como una sola, en
contra de esta enésima versión de la Doctrina Monroe. Ni
México ni América Latina pueden aceptar una nueva invasión,
como la que sufrió Irak, en la puerta misma de nuestros países,
ni pueden esperar a reaccionar ante un hecho ya consumado sin perder su
independencia diplomática.
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