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México D.F. Sábado 3 de mayo de 2003
Hoy, segunda marcha informativa desde las 15
horas en la Alameda Central
Buscan ONG abrir el debate sobre la despenalización
de la mariguana
Destacan los organizadores ventajas industriales y terapéuticas
de la planta
MARIA RIVERA
La lucha contra las drogas es una guerra que ni tiende
ni está destinada al éxito, dice el escritor William Burroughs
en su libro Drogas, la prohibición inútil, pero, reconoce
más adelante, pleno de ironía, "en política el que
algo no esté funcionando es la mejor razón para seguir haciéndolo".
Sin embargo, hay quienes rechazan abiertamente el discurso
enarbolado por las buenas conciencias, que no encuentran más respuesta
al asunto que la estigmatización o la penalización, proponiendo
a cambio un debate público en torno al consumo de drogas como la
mariguana, basado en argumentos científicos, no manipulados o tendenciosos,
que contemple el respeto a los derechos individuales de los usuarios.
En este contexto, grupos de la sociedad civil -Asociación
Mexicana de Estudios del Cannabis (Ameca), el multiforo Alicia, La Cucaracha
Sound System, el colectivo Tierra y Libertad, Vive con drogas.com y Hem
México- hacen un llamado a la ciudadanía a participar en
la segunda marcha por la despenalización de la mariguana, que se
celebrará este sábado a partir de las 15 horas alrededor
de la Alameda Central y que tendrá tres paradas informativas: en
la primera se darán a conocer los usos industriales del cáñamo,
en la siguiente se hablará sobre el empleo medicinal de la cannabis,
y en la última se abordará el marco legal que prevalece en
el país.
Los ejes de la movilización son: alto a la desinformación,
a la hipocresía y a la intolerancia.
Responsabilidad individual
Una
de las organizadoras de la manifestación, Sara Cantera, de Ameca,
explica que son un grupo de universitarios que genera información
sobre la mariguana, con el propósito de derribar los mitos que existen
en torno a ella, y proponer su despenalización para usos médicos,
industriales y personales en mayores de edad, apelando a su responsabilidad
individual.
Desde su punto de vista, no existen argumentos que sustenten
la clasificación de la planta como droga dura, que genere adicción
o violencia. "Sin embargo, existen muchos intereses de por medio para que
se la considere de esta manera, hay grupos políticos que se verían
afectados con la despenalización. Será una batalla difícil
y larga para que se abra el debate, pero creemos que la sociedad civil
tiene la obligación de exigirlo, de decir 'nos están informando
mal' y que la legislación actual es ambigua y se presta a manipulaciones.
"Queremos establecer contacto con legisladores para trabajar
de manera conjunta alguna iniciativa que se debata en el Congreso. Hay
algunos interesados, pero realmente no saben cómo entrar al tema.
Sabemos que no se puede decir de la noche a la mañana 'ya no se
va a castigar a quien porte cannabis' y que hay que ver cómo
se regula, a partir de qué edades, qué pasa con la producción
o la distribución. Pero si en otros países se ha logrado,
¿por qué aquí no?"
Julio Zenil, de Hem México, empresa que se encarga
de difundir los usos industriales del cáñamo desde hace cinco
años, señala que muchas personas no conocen que de esta planta
se puede hacer papel, tela, plásticos y combustibles, y que mientras
en México se considera ilegal en todas sus formas, en los países
industrializados se permite su cultivo y explotación. Recuerda,
por ejemplo, que en el pasado su uso estaba muy extendido, que inclusive
las primeras biblias impresas por Gutenberg así como la Constitución
estadunidense están hechas de este material.
"También en este punto hay intereses creados que
tratan de evitar el cultivo de la planta. Se habla de que en la prohibición
intervino desde la industria farmacéutica, en particular los fabricantes
de analgésicos, hasta la petrolera y los productores de fibras sintéticas,
porque del cáñamo se pueden producir combustibles y textiles."
Apunta que pese a que la cannabácea que se utiliza en la industria
no tiene ninguna relación con la empleada en el consumo personal.
"Son distintas cosas, tanto por sus usos como por la forma de cultivarse.
El cáñamo tiene muy poca sustancia activa, las que producen
resinas son las plantas hembras, mientras que para producir cáñamo
se requieren únicamente plantas macho."
Entre las principales razones para despenalizar la mariguana
está la de reducir la violencia producida por el narcotráfico,
así como la distorsión de la economía que genera el
tráfico ilegal, argumenta. "En México el olor de la mariguana
está asociado con delincuencia, por eso se niega información
fidedigna a los jóvenes, sin embargo, se les permite el consumo
indiscriminado de alcohol y tabaco. Lo que nosotros estamos proponiendo
es salirnos de la estigmatización. La gente tiene derecho a la información,
y si decide consumir cannabis que lo haga con pleno conocimiento
de causa.
"La ganja (mariguana) forma parte del ritual del
reggae, del nyabingi, sesión de meditación
alrededor de los tambores, esencial para abrir las puertas hacia una comunicación
con la divinidad", explica Zopi, integrante de la banda musical
Rastrillos. Además, tiene una parte rebelde que cambia la percepción,
de ahí que grandes músicos como Bob Marley o Peter Tosh la
usaron. Se sigue utilizando en este sentido, pero ha perdido mucho del
ritual y ha devenido más bien en moda."
Pero además de su uso ritual, el músico
considera que la despenalización de la cannabis podría
poner fin al negocio del narco y contribuiría a la disminución
del consumo de drogas duras. "Hace días escuché que Marcelo
Ebrard decía que la despenalización incrementaría
el consumo, cuando en otros países se ha demostrado que es al revés.
Además, el consumo está ahí, es un hecho. Pero los
funcionarios no quieren hablar de la realidad y tampoco explican que lo
que se ha incrementado es el consumo de cocaína, o peor aún,
de piedra, mientras que el de mariguana ha disminuido. Están manipulando
la información en torno al asunto."
Intentos de control
De acuerdo con datos proporcionados por Ameca, desde los
debates del Congreso Constituyente de 1917 hubo intentos por controlar
sustancias que entonces se utilizaban como medicamentos, como opio, éter,
cocaína, morfina y mariguana. Sin embargo, hasta el 15 de marzo
de 1920 se publicaron en el Diario Oficial una serie de limitaciones
para quienes deseaban importar opio, morfina, cocaína y heroína,
además de que se estableció que el comercio de estas sustancias
sólo podría hacerse en establecimientos que vendieran medicamentos.
En estas disposiciones se incluía una estricta prohibición
al cultivo y comercio de la mariguana y la adormidera.
En julio de 1923, durante el gobierno de Alvaro Obregón,
se prohibió terminantemente la importación de opio y su extracto,
así como de la cocaína, heroína y morfina, con "sus
sales y derivados".
En el Código Penal de 1929 y en el Reglamento Federal
de Toxicomanía de 1931 -que consideraba a los usuarios de drogas
una combinación de enfermo y delincuente- se definen por primera
vez los llamados delitos contra la salud (en esa época existía
un conflicto entre la Secretaría de Gobernación y el Departamento
de Salubridad Pública, pues mientras la primera buscaba criminalizar
a todos los involucrados con algunas sustancias, el segundo pretendía
un entendimiento del fenómeno).
En cuanto a los tratados internacionales, en 1930 la Sociedad
de Naciones creó la Comisión del Opio para controlar la producción
mundial de estupefacientes, a la que se sumó México, y en
1988 se estableció el Convenio de las Naciones Unidas contra el
tráfico ilícito de estupefacientes, Convención de
Viena, acuerdo que se revisa cada cinco años. El 12 de abril de
2003 se revisó este convenio y se decidió continuar con las
mismas políticas.
Burroughs concluía en forma pesimista su aproximación
hacia el tema de las drogas: "Viejo dinero limpio y nuevo dinero sucio
se están dando la mano por debajo de la mesa. Y el viejo, usado
y fracasado enfoque policiaco continuará escalando a expensas de
cualquier búsqueda de tratamientos o investigaciones".
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