México D.F. Sábado 3 de mayo de 2003
Senadores piden ampliar el comercio con Cuba; empresarios siguen exportando
EU se apresta a endurecer su política anticastrista, afirman funcionarios
La Fundación Nacional Cubanoamericana se opone a la restricción de viajes y remesas
JIM CASON CORRESPONSAL
Washington, 2 de mayo. El gobierno de George W. Bush tiene la intención de ampliar la asistencia financiera a disidentes cubanos y las restricciones a viajes y envío de remesas, como parte de un paquete de medidas para responder al reciente encarcelamiento de activistas políticos, informaron funcionarios estadunidenses.
Pero mientras la Casa Blanca promueve medidas para castigar aún más a Cuba, esta semana senadores favorables a ampliar los vínculos comerciales con la isla presentaron una iniciativa para levantar todas las restricciones a los viajes entre Estados Unidos y el país caribeño.
A la vez, grupos empresariales reportan que continúan exportando alimentos y medicinas a Cuba. Así, el debate en torno a la política hacia la isla en las cúpulas estadunidenses no registra consensos.
Sin embargo, se espera que alrededor del Día de la Independencia de Cuba -el 20 de mayo-, Bush anuncie algunas nuevas medidas contra la isla, entre las cuales se contempla incrementar el financiamiento a los grupos disidentes y las restricciones a viajes y remesas.
No obstante, estas medidas han provocado algunas reacciones inesperadas entre los sectores anticastristas en Estados Unidos. Dennis Hays, director de la oficina de Washington de la Fundación Nacional Cubanoamericana (CANF, por sus siglas en inglés), declaró a La Jornada que su organización sigue apoyando el embargo, pero se opone a más restricciones a viajes y remesas.
En reuniones con altos funcionarios de la Casa Blanca este jueves, representantes de la CANF cabildearon en favor de mayor asistencia a disidentes en Cuba y un incremento en la señal de Radio y Tv Martí, informó Hays a La Jornada.
Aunque aún hay voces en este país -específicamente el Consejo de Libertad de Cuba en Miami- que promueven la suspensión de viajes y remesas, el nuevo énfasis de la política estadunidense parece ser aumentar el apoyo a los disidentes y continuar buscando el aislamiento internacional de La Habana.
Roger Noriega, ex asesor del senador Jesse Helms y designado próximo secretario asistente de Estado para el Hemisferio Occidental, informó al Congreso esta semana que la Casa Blanca considera un esfuerzo multilateral por conducto de la Organización de Estados Americanos y otras instancias para "acelerar la inevitable transición democrática en la isla".
Noriega sugirió buscar que "más países alrededor del mundo interactúen con los disidentes". Esto, de hecho, coincide con los esfuerzos de la CANF para instar a legislaturas en varias naciones latinoamericanas a promulgar documentos que pidan la libertad de los activistas políticos recién encarcelados en la isla caribeña.
La Casa Blanca también está considerando ampliar la asistencia financiera a grupos anticastristas. "Estados Unidos está gastando este año 5.7 millones de dólares para apoyar a la sociedad civil en Cuba", explicó esta semana Curtis Struble, secretario asistente de Estado para el Hemisferio Occidental en funciones, al Consejo de las Américas. "A pesar de la represión, estamos comprometidos a gastar más en 2004", agregó.
Pero críticos como el profesor Roberty Pastor, de la Universidad de Emory, sostienen que gran parte de esos fondos jamás llegan a Cuba, y más bien son entregados a simpatizantes del gobierno de Bush en Miami. Pastor afirma que el embargo es inefectivo y que suspenderlo haría más para promover la democracia que cualquier otro cambio de política hacia la isla.
El catedrático, funcionario en el gobierno de Jimmy Carter, espresó esta semana en un foro en Washington que está a favor de la suspensión total del embargo y que a cambio Estados Unidos debería demandar que los países latinoamericanos actúen de manera "más agresiva" para promover la apertura política en Cuba.
"Deberíamos ir ante Argentina, Chile, México y Brasil y decirles: 'deseamos trabajar con ustedes y estamos preparados, como parte de un acuerdo, a levantar el embargo si ustedes están dispuestos a encontrarnos a medio camino y apoyar los derechos humanos y la democracia en Cuba'", dijo.
Pastor no está solo. El economista conservador Milton Friedman, David Rockefeller y el ex director de la CIA Frank Carlucci, así como el general Jack Sheehan, ex comandante de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, se han manifestado por ampliar el comercio con Cuba. En abril, el veterano columnista conservador William F. Buckley también pidió el fin del bloqueo.
Aunque líderes empresariales han expresado su preocupación por los recientes sucesos en la nación caribeña y algunas delegaciones comerciales han cancelado viajes a la isla, las empresas estadunidenses continúan exportando a La Habana.
"Ninguna empresa ha suspendido sus tratos con Cuba", indicó John Kavulich, presidente del Consejo Comercial y Económico Estados Unidos-Cuba, integrado por 70 por ciento de las empresas estadunidenses que exportan alimentos y medicina al país caribeño.
Pero es improbable que esas voces influyan en el gobierno conservador de Bush. La mayor preocupación ahora, según algunos analistas, es la posibilidad de otra crisis migratoria entre ambos países.
"Hay más planes de contingencia sobre cómo manejar una crisis de migración que por cualquier otro escenario relacionado con las relaciones Estados Unidos-Cuba", declaró Peter Hakim, presidente del Diálogo Interamericano, en entrevista con La Jornada.
Recientemente el jefe de la Sección de Intereses de Cuba en Washington advirtió que el gobierno estadunidense está intentando detonar otra crisis migratoria con La Habana, la cual tendría consecuencias políticas graves en Estados Unidos, particularmente para el hermano del presidente Bush, Jeb, gobernador de Florida. Un ex funcionario estadunidense comentó a este diario que creía que el jefe de la Casa Blanca haría todo para evitar tal problema.
Con todo, otros analistas creen que la responsabilidad está en manos de Cuba y que Fidel Castro se equivocaría si permite que estalle este tipo de crisis.
"Si Cuba realiza otro Mariel -advirtió la analista Susan Kaufman Purcell de la Américas Society- habría graves consecuencias. ƑEstoy pidiendo una invasión? No. Pero estoy diciendo que por primera vez esto se convierte en una posibilidad".
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