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México D.F. Sábado 3 de mayo de 2003

Luis González Souza

Cuba digna

El burro hablando de orejas. El gobierno de Estados Unidos asegura que el de Cuba es "una aberración" (La Jornada, 29/IV/03). Vaya desparpajo: un gobierno como el de Bush Jr., que llegó al poder tras una serie de trampas y malabarismos electorales tan grande que hizo obsoleta la mejor tecnología electoral priísta, es decir, un gobierno nacido de la aberración misma y que no ha atinado sino a más aberraciones, como la agresión a Irak, ahora se siente con los tamaños para acusar al gobierno castrista de Cuba como una "aberración".

Es hora de definiciones. Es lamentable pues que, precisamente ahora, personalidades de las filas de la dignidad y de la verdadera democracia, tales como José Saramago, Susan Sontag y otros más, se desgarren las vestiduras y caigan en el viejo y sucio juego yanqui del "divide y vencerás", so pretexto de las violaciones a los derechos humanos en Cuba. No, ya no es hora de falacias y triquiñuelas imperiales. Con la arbitraria guerra de Estados Unidos contra Irak nos basta. Sólo falta que a estas alturas de la crisis civilizatoria de Occidente sigamos entrampados en confusiones como la de ciertas violaciones a los derechos humanos y la de quién tiene las manos limpias para tirar la primera piedra, y del otro lado, la descarada política intervencionista de Estados Unidos, so pretexto de proteger mesiánicamente los derechos humanos en todo el mundo. Primero hay que ver si en verdad estos derechos son violados en Cuba, por qué y cuáles, y después habría que ver cuál es la instancia con la suficiente autoridad moral, y sin un ápice de afanes intervencionistas, que está en condiciones de juzgar la violación de dichos derechos.

Creemos que no caben las medias tintas. Tenemos claro que el mundo de nuestros días, sobre todo después de la artera agresión imperial contra Irak, más que nunca se divide entre rebeldes y dictadores, entre dignos y sumisos, y ya no sólo en explotados y explotadores. Y si hay alguien que en ese mundo de los rebeldes, de los dignos y de los explotados sobresale por su lucha ya histórica es precisamente la Cuba de Fidel. Por el contrario, si hay alguien que no sólo representa sino sostiene al mundo de los dictadores, de los sumisos y de los explotadores, ese es precisa y tristemente el plutocrático gobierno de Estados Unidos. De modo que es hora de parar los engaños, se trate de quien se trate.

No hay lugar ya a engaños: la cúpula política y empresarial estadunidense insiste en que es la elegida por el Señor para inculcar en todos los demás los supuestamente sacrosantos valores de la "civilización occidental". Torpemente, tal cúpula se siente con la autoridad moral y los arrestos suficientes para imponer esos valores por todos los medios, incluido el de la fuerza más bruta, más primitiva, que es la militar. Temeraria y estúpidamente o no, esa cúpula seudodivina no se ha hastiado ni con Afganistán ni con Irak. Ya tiene en la mira a sus siguientes víctimas: Siria, por supuesto Cuba, a lo mejor Corea del Norte (que sí tiene, y está dispuesta a usarlas, armas nucleares, y que como los tiburones, no se anda con ma... sticaciones verbales).

Afortunadamente aún quedan países tan dignos como Cuba. Y no toca sino a ellos decidir autónomamente cuándo transitarán o no a gobiernos que se rijan (y ojalá que lo hagan a tiempo) por principios leninistas de la organización revolucionaria tales como el de la dirección colegiada y rotativa. Afortunadamente también, el mundo de hoy mismo ya cuenta con sendos islotes de la rebeldía y la dignidad, tales como Vietnam y Cuba. Afortunadamente, por último, la artera y estúpida guerra de Bush Jr. contra Irak no sólo dio cuenta de asesinatos, masacres, bombardeos y tantas otras atrocidades por encima de los derechos humanos más elementales. Esa guerra también sirvió para encender más dignidades y más rebeldías por doquier. De hecho, debemos decir: rencendió. Porque estas rebeldías y dignidades ya habían sido de por sí rencendidas muy cerca de nosotros. Sí, tan cerca como las montañas del sureste mexicano: rencendidas y en serio, por el levantamiento de los indígenas zapatistas en enero de 1994. Inspirados siempre por éstos, en mayor o menor medida, incontables contingentes de ciudadanos, en todas partes del mundo, supieron y prefirieron decir, claro y fuerte: "šNo a la guerra!". Así lo hicieron desde San Cristóbal de las Casas, aquí en nuestra ya paradigmática Chiapas, hasta en Sydney, en la lejanísima Australia.

Acaso lo ideal y lo más oportuno en estos tiempos en que pariremos o no un mundo nuevo sería impulsar una defensa de Cuba digna tan vigorosa como la que se desplegó aquí en México a principios de los años 60 del siglo pasado, por el legendario Movimiento de Liberación Nacional.

Concluyamos: un nuevo fantasma recorre el mundo. Ya no sólo es el fantasma de una nueva sociedad, como descubrieran el viejo Marx y el no menos viejo Engels. Ahora también es el fantasma de la dignidad y la rebeldía. ƑPor cuál mundo optaremos: el de la dignidad o el de la neoesclavitud bushiana? Que cada quien ejerza su autonomía y tome su decisión. Sólo pedimos que sea una decisión clara y consciente.

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