México D.F. Sábado 3 de mayo de 2003
En 2002, invirtió 14 millones de dólares
para comprar pistolas a la República Checa
México, trampolín de droga hacia el norte
y puerta de armas ligeras hacia el sur: ONG
La venta de armas es vital al imponer una hegemonía
política y militar, asegura González Gálvez
JOSE GALAN
México adquirió en 2002 cerca de 14 millones
de dólares en armas ligeras -pistolas y revólveres- a la
República Checa, 5 millones de dólares más que en
2001, según informes de la industria militar de ese país.
En su mayoría, el arsenal fue destinado a cuerpos de seguridad y
policías estatales, y en menor medida al Ejército.
De
acuerdo con reportes de la oficial Radio Praga, México y Colombia
son los países latinoamericanos que más han incrementado
la compra de armas checas. Hoy en día hay legalmente registradas
en México 346 mil 419 armas, es decir, una por cada 297 habitantes,
según el programa de informática nacional en materia de seguridad
pública, aunque cifras extraoficiales hablan de hasta el triple
de armas ligeras sin ningún tipo de registro, es decir, ilegales.
De acuerdo con Radio Praga, los convenios y contratos
de transferencia de armas son "claros y transparentes" y evitan la venta
de armas a terceros. Según cifras de la Organización de las
Naciones Unidas, durante los años 90 el gasto militar de México
representó 96.5 por ciento del gasto público en educación
y 116.4 por ciento respecto del gasto en salud, es decir, México
destinó más capital a la adquisición de armamento
que a los servicios sanitarios para su población. Es más,
en ese periodo México gastó 0.4 por ciento del producto interno
bruto en armamento, cifra mayor al gasto en desarrollo de ciencia y tecnología.
Actualmente en México el gasto público militar
por habitante es de 12.3 dólares y por cada mil habitantes tiene
1.9 militares.
Expertos como el embajador emérito Sergio González
Gálvez aseguran que el comercio o la transferencia de armas es fundamentalmente
una forma de hegemonía política y militar, y una manera en
que los países productores financian el desarrollo de su propia
industria militar.
Diversas organizaciones no gubernamentales (ONG), como
la británica International Alert, sostienen que así como
México es un punto importante de contrabando de drogas hacia el
norte, también tiene un papel destacado en el tráfico de
armas hacia el sur, y que la proliferación ilegal de armas, sobre
todo pequeñas y ligeras -muchas veces importadas legalmente y que
luego aparecen en el mercado negro o en bandas de delincuencia organizada-,
ha crecido en los años anteriores y ha contribuido para la comisión
de asaltos, secuestros y homicidios. La violencia provocada sobre todo
por las armas pequeñas legales e ilegales tiene como blancos a los
grupos más desprotegidos de la sociedad: niños, mujeres,
incapacitados y pobres.
Según la Red Internacional de Acción sobre
Armas Pequeñas (IANSA, por sus siglas en inglés), las armas
pequeñas se utilizan para matar a más de medio millón
de personas cada año en el mundo. La fácil disponibilidad
de este tipo de armas, coincide con International Alert, se liga a los
altos niveles de crimen violento, violencia doméstica, suicidios
y accidentes.
La investigación de las organizaciones no gubernamentales
sugiere que las armas pequeñas, como las adquiridas el año
pasado a la República Checa, y que caen en manos incorrectas, provienen
de muchas fuentes: lo público y lo privado, el Estado y lo civil;
lo lícito y lo ilícito, lo nacional y lo internacional.
El hecho es que en México, como en otras partes
del mundo, la mayoría de las armas pequeñas comienzan su
existencia en la legalidad, sea por venta de los estados o directamente
entre civiles.
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