México D.F. Miércoles 30 de abril de 2003
La ex candidata Elisa Carrió llama a votar por el gobernador de Santa Cruz
Carlos Menem y Néstor Kirschner, a la caza del voto independiente
Analista político vaticina que el ex presidente argentino perderá en la segunda vuelta
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 29 de abril. Ya con la vista puesta en la segunda vuelta del 18 de mayo, la primera en la historia de los comicios en Argentina, los dos candidatos presidenciales, ambos peronistas pero con visiones contrapuestas, se preparan para la caza del voto independiente que definirá el ganador entre el gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner, representante del ala progresista del Partido Justicialista, y el neoliberal ex presidente Carlos Menem.
Los resultados de las elecciones del do-mingo anterior revelaron los cambios en el mapa político, en el que aparecen visiblemente fracturados los dos grandes partidos, el Justicialista (peronista), que fue dividido, y la Unión Cívica Radical (UCR), herida de muerte en comicios en los que alcanzó me-nos de 3 por ciento, aunque dos disidentes de ese partido lograron el tercero y cuarto puesto en la lucha presidencial.
El peronismo ya no está detrás de un líder ni existe una figura fuerte preponderante. Menem sólo logró la cuarta parte de los votos emitidos y a sólo dos puntos se ubicó Kirchner, quien tiene mayor posibilidad de recoger los votos independientes.
Es cierto que el conjunto de los candidatos peronistas obtuvo el domingo anterior 60 por ciento de los votos, pero no todos los votos de Menem salieron del Partido Justicialista, ya que el apoyo de la ultraderechista Unión de Centro Democrática le añadió más de cuatro puntos.
Lo mismo sucedió en el caso de Kirchner, que obtuvo votos independientes y sufragios "útiles", lo que llevaría al peronismo en su conjunto y en sus tres divisiones a obtener no más de 47 o 48 por ciento.
Se dijo que Adolfo Rodríguez Saá, el caudillo de la provincia de San Luis, es quien más votos del peronismo real logró, pero ocupó el quinto lugar.
Han cambiado los sectores que conviven en el justicialismo, en comparación con aquellos que "pragmáticamente" manejaba el fundador del movimiento, el tres veces presidente Juan Domingo Perón. Ahora las posiciones están enfrentadas, en muchos casos sin retorno.
El otro partido tradicional, la UCR, se vio destrozado como nunca en su historia, arrastrando la herencia de la renuncia del gobierno de Fernando de la Rúa ante el estallido social de diciembre de 2001.
Los votantes radicales se dispersaron en un voto "útil" o de "castigo" al oficialismo, que dividieron entre el centroderechista Ricardo López Murphy, tercer puesto, y la centroizquierdista Elisa Carrió. También aquí la situación parece sin retorno.
Surgimientos políticos
Hubo nuevos surgimientos, como López Murphy, cuyos votos reales tampoco se sa-be cuántos son porque cosechó mucho del "voto útil" contra el menemismo, y Carrió, que por estas horas es calificada como la "ganadora moral" de los comicios ya que logró un cuarto puesto con una modesta campaña casi sin fondos.
Basta recordar su recorrido por el sur con un pequeño automóvil y un grupo de líderes de Afirmación para una República Igualitaria, durmiendo donde podía y hablando en los lugares más lejanos e inhóspitos.
Además, la diputada -que se hizo popular por su campaña anticorrupción- también debió enfrentar a lo que ya se llama aquí "periodismo canalla".
En este panorama, los votos representaron un mensaje de independencia del electorado, además de "corrientes de opinión diferenciadas y relativamente alejadas al interior del arco de opciones políticas", como señala un análisis.
El voto se incrementó en las últimas horas cuando muchos argentinos despertaron a la realidad de que la no participación en el proceso electoral no iba a contar como porcentaje, sino que iba a ayudar al candidato que saliera primero.
Para los analistas políticos, el hecho no-vedoso es que retrocedió el voto cautivo de las siglas tradicionales, aunque lamentablemente después del argentinazo, que expresó el rechazo a la clase política tradicional, ni siquiera comenzó a asomar una iniciativa que de alguna manera reflejara esta exigencia de cambios profundos.
Por esa razón, los candidatos de la segunda vuelta ya saben que no estarán luchando a brazo partido por tal o cual alianza con otras cúpulas partidarias, sino por ganar los votos de esos sectores que cortaron camino por su cuenta. Es otra novedad, y esto los obliga a cambiar y mejorar sus imágenes y sus propuestas de campaña.
Por otro lado, importantes observadores rechazan que los argentinos hayan optado por el retorno al pasado. "El mapa político plantea, por lo tanto, no sólo la conveniencia sino la necesidad de gobernar a través de acuerdos y consensos y de prestar atención a un espectro variado de opiniones y aspiraciones de la sociedad", señala un análisis sobre la situación del país.
Asimismo, más allá de lo que se pueda opinar del gobierno interino de Eduardo Duhalde, archirrival de Menem, éste logró mantenerse a flote en el marco de la más grave crisis de la historia, e incluso realizar las elecciones en orden y con insignificante porcentaje de votos en blanco o nulos.
Por ello, los candidatos apresuran estrategias para ganar a la gente, que ha mostrado que puede cambiar y decidir su voto incluso en pocas horas.
"Acá es primero contra segundo. No hay un sistema de alianzas de partidos porque la gente tiene mucha independencia para votar", reconoció Alberto Kohan, del co-mando electoral de Menen, quien hoy quedó fuera con otros importantes hombres del menemismo, al descabezarse ese grupo.
Precisamente ésta es considerada una es-trategia del ex mandatario para mostrarse con caras nuevas a su alrededor, luego que en su comité de campaña se vieran ex funcionarios acusados de corrupción mezclados con miembros de la farándula menemista. También Menem llamó hoy a un debate televisivo con su rival.
Kirchner, a su vez, advirtió que "no habrá compromisos de cargos" en las conversaciones para la segunda vuelta, aunque dijo que se incorporarán figuras de otras fuerzas a su futuro gabinete.
Y también, intentó separar su candidatura de la figura de Eduardo Duhalde, quien lo apoya, al asegurar que "no tengo condicionamientos del presidente".
El camino no será fácil, menos para el ex presidente Menem, a quien los sondeos de opinión anteriores a la primera vuelta mostraban como perdedor en caso de una segunda ronda electoral.
Además, como destaca el diario Clarín, "no hay posibilidades en este país de que pase lo que aconteció en Francia en la última elección: allí el socialista Lionel Jospin llamó a los suyos a votar en favor de Jacques Chirac frente a la amenaza del ultraderechista Jean Marie Le Pen, que se coló en la segunda vuelta. Y así, en efecto, ocurrió".
Ninguno de los candidatos que compitieron puede asegurar que si toman posiciones en favor de alguien en la segunda vuelta, sus votantes lo aceptarán.
Por eso, muchos comparan el "autismo" de Menem con el que mostró el ex presidente De la Rúa en los sucesos de diciembre del 2001, antes de su renuncia.
La encuestadora Graciela Röhmer pronostica que Kirchner se impondría a Me-nem por "no menos de 20 puntos", ya que el primero tiene mayor capacidad de captación del voto independiente.
Estima también que los que apoyaron a López Murphy no lo hicieron porque elegían a la centroderecha, "sino que al mismo tiempo fue una fuerte demanda de renovación de la política argentina, desde el punto de vista de principios éticos e institucionales".
Lo mismo sucedió con Elisa Carrió, pero en este caso ella recibió un voto más definido y sólido por ese nuevo espacio.
Por lo pronto, López Murphy dijo que anunciará su posición cuando haya un debate entre los candidatos, en tanto que Carrió pidió votar por Kirchner al considerarlo un "mal menor" frente a las mafias menemistas, en tanto que Rodríguez Saá decidirá el sábado su postura para la segunda ronda.
Es en este contexto de redefiniciones políticas -en el cual una de las apreciaciones más empobrecedoras de lo sucedido el pasado 27 de abril es aquella según la cual los argentinos han votado por el pasado, ya que existe un debate en la sociedad- donde todo se fragmenta para buscar un camino de reconstrucción, y esto originó por primera vez un voto independiente, según analiza el periodista José María Pasquini Durán.
Otro hecho que deberán analizar a fondo los sectores que propusieron sobre los políticos "que se vayan todos", es que la no discriminación entre los personajes más oscuros y algunos otros que han dado su pelea por la transparencia hizo que esos sectores perdieran credibilidad en la sociedad.
Poner en la misma bolsa a Menem, responsable máximo de la grave crisis política y económica que atraviesa Argentina y de graves casos de corrupción, con Carrió, que fue su acusadora, es muy grave.
Pasquini Durán, uno de los analistas más reconocidos en el país, considera que no se puede decir que los argentinos se decidieron por un retorno al pasado por varias de estas consideraciones, y además destaca la muy pobre elección de Menem, quien hasta último momento estuvo esperando ganar por una diferencia de unos ocho o 10 puntos, aunque antes había pronosticado que iba a recibir 40 por ciento de los votos.
Además, dijo, la gente decidió votar y elegir, en vez de protestar con votos en blanco o impugnados, y que no es lógico pensar que en un año se podía construir una identidad política, como tampoco sucedió en Italia con la campaña "manos limpias", que destruyó a varios partidos políticos corruptos.
Allí no se construyó de inmediato una al-ternativa política, pero la realidad fustigó a todos los partidos, incluyendo a "los de izquierda, lamentablemente tan envejecidos como los otros."
Muchos creyeron -señaló Pasquini Du-rán- que iban a ser los representantes de todo lo que estaba surgiendo, lo que no correspondía con la realidad, porque no se trató de la "toma del Palacio de Invierno".
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