México D.F. Miércoles 30 de abril de 2003
Como los priístas, el foxismo sólo reacciona bajo presión, sostiene el obispo de Saltillo
Pese al acuerdo, no es claro que el agro sea prioridad para este gobierno: Raúl Vera
"Estamos lejos de decir que tenemos una clase política con grandes visiones y proyectos"
DAVID CARRIZALES Y JOSE ANTONIO ROMAN CORRESPONSAL Y ENVIADO
Monterrey, NL, 29 de abril. Pese a la firma del Acuerdo Nacional para el Campo, el gobierno del presidente Vicente Fox "no da muestras claras" de tener al sector agropecuario como una de sus grandes prioridades, afirmó el obispo Raúl Vera López, miembro de la Comisión de Pastoral Social del Episcopado Mexicano.
Dijo que éste, como los gobiernos anteriores, ha respondido solamente cuando existen grandes presiones por parte de la sociedad o un sector de ella; así ha pasado con la supervisión de los procesos electorales, la rebelión indígena -todavía irresuelta-, ahora los campesinos y es muy probable que pronto sean los trabajadores y obreros.
Entrevistado en el contexto de la 75 asamblea plenaria del Episcopado Mexicano, que se celebra en el seminario mayor de esta arquidiócesis, el obispo Vera aclaró que la gran presión ejercida por los campesinos fue el motivo que obligó al gobierno del presidente Vicente Fox a sentarse a la mesa de negociaciones, pero eso no garantiza de ninguna forma el cumplimiento de los convenios. Eso ya lo vimos con los acuerdos de San Andrés, mismos que fueron firmados, pero no cumplidos.
Lamentó que el país se teja y reconstruya cada sexenio, con una falta de políticas y estrategias de largo plazo que impulsen el desarrollo integral del país. No podemos decir que tenemos una clase política con esa visión de Estado. "El país no está trabajando con programas de amplio proyecto; estamos inventando; se inventa todos los días. Es muy difícil llevar al país al éxito y al desarrollo. Tenemos una visión raquítica. Y estamos muy lejos de decir que tenemos una clase política que tenga grandes visiones y grandes proyectos".
El obispo de Saltillo, diócesis a la que llegó después de estar en la de Ciudad Altamirano, Guerrero, y la de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, consideró que "no será fácil" superar el rezago en el sector agropecuario, pues durante décadas, con la política de industrialización iniciada a mediados del siglo pasado, se dejó prácticamente en el abandono al campo mexicano, sujeto a los vaivenes políticos y utilizando a los campesinos como meros objetos electorales.
"El mismo proceso industrial que abandonó a la agricultura colocó al país entero en desventaja, porque lo que teníamos como posibilidad de desarrollo genuino y nuestro, sería el campo; en cambio, nos pusimos a desarrollarnos tecnológicamente dentro de la industria de la transformación, donde no teníamos ni técnicos ni tecnología, que junto con otras circunstancias externas dejaron al campo tal como está en estos momentos: sin vida".
Vera López insistió en que aun cuando se ha hecho propaganda a la firma del acuerdo para el campo, el gobierno del presidente Fox "no da la impresión clara" de que tenga al campo como una prioridad en sus políticas. "Más bien se percibe que se vio obligado a reaccionar por las circunstancias y las fuertes presiones a las que fue sometido su gobierno durante los últimos meses. Este gobierno ha actuado igual que lo hacían los gobiernos del pasado: sólo bajo presión".
Al igual que los otros, "me parece que éste tampoco tiene una visión de largo plazo, carece de una concepción de país a largo plazo". Así, ante una clase carente de visión de Estado, "se tiene a una sociedad que está despertando; como hicieron en su momento los indígenas, ahora lo hacen los campesinos, y poco a poco lo tendrán que hacer otros sectores sociales que están inconformes con su situación. Veremos cuándo lo hacen los obreros y trabajadores", dijo.
Sobre este último sector, el obispo Vera destacó la enorme incongruencia entre los salarios de los trabajadores y el costo de la vida, lo que obliga a grandes porciones de la población a vivir en condiciones de pobreza, aun cuando tienen empleo.
"Hasta ahorita nos hemos tejido por sexenios, además de que la participación de los campesinos y obreros ha sido una participación con fines electorales. Ha sido un control político terrible. El mundo obrero está desgastado, los trabajadores tienen sueldos que no coinciden con el costo de la vida", dijo el prelado, quien sostuvo que ante una situación así es previsible que las inconformidades se agraven.
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