ASTILLERO

Julio Hernández López

Las listas y los listos

Nuevas aventuras de lo que fue familia feliz
Las rupturas gordillistas, pretexto para futuras alianzas con el foxismo

CON UN TONO declamatorio de encendidos pasajes éticos y patrióticos (díme de qué fundación eres amiga y te diré a quién comienzas rudimentariamente a imitar; sin ceceo pero de vez en cuando con similares aires cursilones de inspiración divina y de idealista sacrificio), la primera profesora del país se dedicó ayer a denunciar que alguien se había pasado de tueste a la hora de confeccionar la privilegiada relación de candidatos priístas a las diputaciones de representación proporcional. Héctor Hugo Olivares Ventura fue el chivo expiatorio expresamente escogido (a sabiendas de que el gran dinosaurio aguascalentense tiene doctorado en acatamiento marcial de instrucciones superiores), aunque, en realidad y como lo puede advertir hasta un columnista astillado, la microrrebelión gordillista de ayer va dirigida contra el comandante en jefe de la operación agandalle, el licenciado Madrazo, que creyó llegado el momento de cobrarse cuentas pendientes ajusticiando a gobernadores que se la han pasado jugándole las contras (Arturito Montiel, en primer lugar, con las fantochadas de Isidro Pastor por delante, pero también otros como Miguelito Alemán, al que no le cumplieron el gusto de poner a su secretario particular en un buen lugar de las famosas listas), negándoles espacio a quienes frente a él habrían perdido (labastidistas, beatricistas y zedillistas) y dejando que asomara la orejita nuestro Menem local, que logró acomodar a una sobrina en ruta despejada hacia San Lázaro.

FRENTE A ESAS y peores trapacerías se alzó ayer la figura sin mácula de la heroína del magisterio nacional (šah, cuán orgulloso se debe haber sentido lo que queda de Carlos Jonguitud Barrios, al ver a su distanciada creación luchando por la democracia y la justicia!). Política de alturas todavía desconocidas por los enanos nativos, ni siquiera se habría metido a las batallas menores por la conformación de las tales listas, e incluso enterose de tales composiciones sólo en el momento en que estaban siendo leídas ante el Consejo Político Nacional que en seguida las aprobaría. Diose cuenta entonces de que no eran buenas, que les faltaba equilibrio, que hacían falta personajes de más valía, y entonces se lanzó a la denuncia pública.

ROBERTICO GOLPECITO (SU madrazo original le ha sido disminuido desde que a la presidencia del PRI llegó) estaría haciendo ajustes a las tales listas a partir de los enojos elbahistéricos y las amenazas de gobernadores a los que el siempre bien recordado Jorgito Castañeda calificaría de "ardidos". Robertico, que estaría inaugurando la etapa de los papidiputados mediante el procedimiento tramposo de acomodar a los vástagos amados en las suplencias de candidatos propietarios que luego dejarán sus curules ("invitados" por esos mismos progenitores poderosos a ocupar algún cargo administrativo) para que sorpresiva, impensadamente, los niños tomen posesión del juguete prometido.

PLEITO FUERTE QUE en momentos tiene olor a ruptura. Con un presidente del PRI que hasta ahora había navegado con banderas plegadas frente a sus adversarios internos que parecían estarle imponiendo candidaturas locales y ganándole cargos directivos estatales pero a los que quiso arrebatar el botín plurinominal en el momento postrero. Con una secretaria general respondona y activísima que a sus amplios haberes políticos anteriores suma ahora decenas de candidaturas que le son personalmente fieles y que la convierten no sólo en necesaria coordinadora de los venideros diputados federales de tres colores sino, además, en un factor real de poder al que cualquier desaire podría empujar a acelerar su proyecto nada secreto de formar un nuevo partido político (Martita, Jorgito, ella misma, la profesora de ambiciones desbordadas; Ƒquién podría ser candidato o candidata de esa fuerza magisterial escindida?), que de entrada tendría una cuantiosa fracción legislativa. Con un tempranamente deslegitimado sucesor designado a la secretaría general, el obediente Olivares Ventura al que la flamígera profesora ha quemado al responsabilizarlo del sainete de las tales listas. Con sectores deshilachados e inconformes (La Güera Rodríguez Alcaine a punto del infarto político porque le redujeron la cuota de candidaturas para honestos y populares líderes sindicales). Con una fachada de institucionalidad cayéndose a pedazos (al paso que van, pronto andarán en las mismas que el PRD), exhibiendo ya sin remedio sus fracturas internas, sus ambiciones ajenas a los intereses populares, sus pleitos por las prebendas.

LO BUENO ES QUE siempre habrá una primera profesora del país lista para aprovechar con astucia esas rupturas inducidas: de hecho, con los jaloneos de ayer, el Presidente de la República podría ponerse ya a celebrar una victoria electoral indirecta: la amiga Elba Esther, intencionalmente separada de la línea de mando de Madrazo, dueña de una cuota de diputaciones que podría definir cualquier votación en San Lázaro, le ha dado al foxismo sus primeras curules para el periodo 2003-2006. Gane el PAN el número que gane de asientos en San Lázaro, el Partido de la Guía para Padres de Familia tendrá lista una bancada solidaria, colaboracionista, que podrá sumarse a los blanquiazules para sacar adelante las propuestas del esposo de la presidenta de la Fundación Vamos a la Sucesión, aun cuando el PRI tradicional y su desgastado dirigente quisieran oponerse a las reformas estratégicas tan deseadas por el gobierno federal.

A FIN DE CUENTAS, háganse o no ajustes o cambios, pase lo que pase con el reloj en contra rumbo al registro formal de candidaturas ante el IFE, Ƒquién va saliendo más listo, o lista, con eso de las listas?

ASTILLAS: DIEGO FERNANDEZ DE Cevallos está crecido frente a la pifia declarativa del jefe de Gobierno que abrió pleito sin tener pruebas de lo que decía y luego se echó para atrás. Bravucón, soberbio (en el papel que mejor le sale), el barbado senador se está vacunando contra posteriores acusaciones por el tráfico de influencias, el influyentismo y el cabildeo tramposo que practican él y otros panistas dedicados al litigio con aroma de poder. Ninguna de esas pillerías puede demostrarse jurídicamente (aunque política y éticamente pueden y deben ser denunciadas), y de esa imposibilidad formal se ha agarrado retadoramente el jefe de uno de los principales bufetes "divinos" del país...

Fax: 5605-2099 [email protected]