Exhibe obra en el convento del Desierto de los Leones
Los hábitos de las esculturas de Dana Aerenlund sí hacen al monje
DE LA REDACCION
Grandes obras de terracota y metal de una sorprendente colección de esculturas de Dana Aerenlund se exhiben, desde el 6 de abril y hasta el sábado 20, en el jardín secreto del convento dominico del Desierto de los Leones, Delegación Cuajimalpa.
En la obra de Aerenlund destaca la persona mediante la expresión de su ropaje: huipil o cofre, armadura o alhajero, entre otros hábitos que sí ''hacen al monje", como algunos que llevan al espectador a coronarlos con su propia cabeza frente a los espejos que duplican cada pieza.
Como si el marco de cedros centenarios con su capilla del Secreto, en ese convento dominico, donde los monjes se decían al oído a distancias permitidas, de esquina a esquina, frases inconfesables, fuera el sitio predeterminado para exponer las vestimentas a la apreciación del espectador, éstos les prestan su vida y movimiento a aquéllas, mezclándose y reflejándose en un juego estético que imaginó y creó la escultora.
El visitante, antes o después de ese juego con las vestimentas, podrá recorrer una galería de tres salones dentro del convento, en el que jóvenes artistas de distintos estratos sociales, capacitados en el curso Inventando tu tiempo, se presentan mediante interesantes autorretratos; además, con sus ejercicios plásticos, muestran la ''guerra y la paz" que imaginan y resienten por medio del Guernica y la paloma picassianos, deconstruidos y vueltos a construir en medio de la sangre o del cielo que les corresponde.