A finales de este mes comenzarán las renegociaciones del tratado
Negligencias de México y EU causaron la crisis por agua en la zona fronteriza: Székely
El país abusó de los recursos y pospuso una y otra vez la revisión del acuerdo, admitió
CAROLINA GOMEZ MENA
Luego de más de dos años de "arduas" negociaciones diplomáticas, México y Estados Unidos comenzarán a negociar a fines de este mes el "enriquecimiento" del Tratado de Aguas de 1944, dio a conocer el embajador Alberto Székely, quien detalló que algunos de los puntos que se tratarán serán la "definición de sequía extraordinaria" y el uso sustentable del líquido por parte de ambos países.
Al dictar la conferencia La problemática del agua entre México y Estados Unidos, perspectivas actuales, a alumnos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el embajador reconoció que fue difícil vencer la "resistencia" estadunidense a dialogar sobre las entregas de agua y auguró que será una negociación "muy difícil" para México.
Lo explicó así: no sólo porque "defendimos el derecho internacional" en la invasión contra Irak y las relaciones se "deterioraron", sino, sobre todo, porque "por primera vez nos enfrentamos a una negociación sin tener ni la razón ni el derecho".
Agregó que durante los casi 10 años que ha durado la sequía "nos echamos nuestra porción (de agua) y la de Estados Unidos, en vez de observar el principio de distribución equitativa del recurso. Unilateralmente nos quedamos con el agua. Es decir, de repente, de facto, adoptamos la doctrina Harmon", aquella que durante años (desde principios del siglo XX) afectó al país, ya que Estados Unidos, como Estado ribereño aguas arriba no consideraba que tenía que compartir el líquido con los vecinos de río abajo (los mexicanos).
No obstante esta situación, el diplomático confía en que habrá un acuerdo satisfactorio para ambas naciones e hizo alusión a la doctrina, que aunque no está en los textos de diplomacia, es la que más le ha ayudado a México en sus diversas negociaciones con Estados Unidos, la que él denomina "doctrina cuchillito de palo". "El principio de perseverancia siempre nos ha traído buenos resultados, así que no me voy a desesperar" en la negociación que viene.
Sin embargo, para Székely es evidente que las "negligencias son mutuas" y en estas omisiones y errores México ha tomado parte, primero, porque aunque durante décadas insistió en que debía tratarse el problema del agua, permitió que siempre el asunto fuera postergado, y siguió ignorándose en 1992, cuando el río Bravo empezaba a mostrar escasez de agua, hecho que coincidió con la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y que en cierto modo disipó cualquier punto de acuerdo al respecto.
"1992 fue importante en la negociación del TLCAN, pues fue cuando ambos países empezaron a aplicar la manía bastante enfermiza de poner hasta arriba de la pirámide de jerarquía de intereses bilaterales el comercio y la inversión extranjera, y por lo tanto cualquier otro tema que pudiera irritar la relación bilateral o interrumpir las negociaciones, simplemente la pusieron a un lado, se soslayó", sostuvo.
A principio de los 70 los expertos alertaron a ambos países sobre el calentamiento global que reduciría notablemente (entre 75 y 40 por ciento, de aumentar un grado la temperatura global) los caudales de los ríos Bravo y Colorado, pero ambos gobiernos fueron "poco receptivos".
El embajador habló durante casi una hora ante poco más de 100 alumnos de esa facultad sus palabras fueron grabadas y ofrecemos fragmentos textuales las mismas.
Así, México prosiguió haciendo un uso desmedido del recurso hídrico, al grado que cuando se presentó la sequía, las presas de la frontera que antes estaban al 100 por ciento de su capacidad, bajaron, hasta "ahora que están a 19 por ciento", en tanto las presas internacionales han bajado hasta 94 por ciento".
Todo esto y la continuación en omitir tomar medidas, pese a la sequía, originó que cuando concluyó la administración de Ernesto Zedillo "teníamos una deuda de mil 650 millones de metros cúbicos de agua que deberíamos haber entregado en los dos ciclos anteriores". Y ahora, con el problema encima, "estamos pagando el precio del desdén" por no haber negociado.
En opinión del diplomático esta situación se vio acrecentada con la llegada a la presidencia, en 2000, de George W.Bush. "Esa es una herencia que recibe esta nueva administración, con la mala suerte de que llega a la presidencia de Estados Unidos un texano, es decir, del estado más perjudicado por el déficit de agua acumulado por México por no haber atendido el problema".
El tratado de aguas se firmó en Washington el 3 de febrero de 1944. En virtud de él el vecino país debe entregar a México mil 850 millones de metros cúbicos anuales y México a Estados Unidos un volumen que en promedio y en ciclos de cinco años consecutivos, no sea menor a 432 millones de metros cúbicos anuales". Este es un acuerdo "muy beneficioso" para México: "por cada litro de agua que damos del río Conchos, Estados Unidos se comprometió a darnos cuatro del Colorado".
Las negociaciones que empezarán a fines de este mes se prevé que se prolongarán hasta fines de año, y posteriormente se podría suscribir un plan binacional.