El escultor vasco padeció censura en
el franquismo
Falleció Jorge Oteiza, ''el biólogo del
espacio''
AFP, DPA Y REUTERS
San
Sebastian, 9 de abril. El escultor vasco Jorge Oteiza murió
este miércoles a los 94 años en un hospital de San Sebastián,
donde permanecía internado desde el pasado 30 de enero a causa de
una neumonía. Oteiza y su colega Eduardo Chillida, fallecido el
pasado agosto, son considerados los escultores más innovadores de
la posguerra.
Oteiza nació el 21 de octubre de 1908 en Orio,
Guipúzcoa; estudió medicina, pero la abandonó para
dedicarse al arte escultórico en hierro y piedra, cuyas obras se
encuentran en distintas partes del mundo.
Antes de comenzar la Guerra Civil española (1936-1939)
viajó a Sudamérica, donde vivió 12 años e impartió
clases en Buenos Aires, Bogotá y Perú. Regresó a España
en 1939, en plena dictadura franquista y se dedicó a la restauración.
En la década de 1950 diseñó un grupo de 14 apóstoles
para la Basílica de Aranzazú, una de las más importantes
del País Vasco, pero fue prohibido por no corresponder a los códigos
morales establecidos por el régimen de Franco.
Su firma artística fueron las formas geométricas
y se llamaba a sí mismo ''biólogo del espacio". Como forma
básica de sus trabajos se encuentra el cubo y el elemento principal
de su obra, el vacío, a lo que el artista describía como
''desocupación del espacio". Algunas de sus obras más conocidas
son El odiseo, La piedad y La ola.
Durante décadas Oteiza y Chillida mantuvieron fuerte
enfrentamiento. El primero consideraba que Chillida copiaba su obra e inclusive
publicó una serie de poemas en El libro de los plagios. Sin
embargo, los dos escultores vascos se reconciliaron con un abrazo, en Hernani,
en 1997.
Férreo opositor de ETA
Oteiza abandonó la escultura en 1959 porque, dijo,
''no puedo aportar nada nuevo" y a partir de entonces se dedicó
a la poesía y la arquitectura. El artista no fue indiferente a la
situación del País Vasco y en los años 60 perteneció
a la organización separatista vasca ETA, aunque después condenó
sus actividades armadas y se convirtió en uno de sus más
férreos opositores.
Donó sus obras a Navarra, donde se creó
en 1996 la fundación que lleva su nombre, en Alzuza, sitio en el
que se expone prácticamente la totalidad de su trabajo.
La Fundación Príncipe de Asturias, premio
que Oteiza recibió en 1988, lamentó la muerte del artista.
''Por su escultura, sus ensayos de arte, estética y antropología,
su obra poética y su búsqueda constante de nuevas perspectivas
para la integración y redefinición de las artes, la vida
de Oteiza es un ejemplo de pasión creadora", expresó en un
comunicado.
Los restos del escultor serán velados en el Palacio
de la Música de Zarauz y este jueves será sepultado en el
cementerio de Alzuza, en Navarra, junto a su esposa.