Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 21 de marzo de 2003
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Mundo
Aliados del ataque, los medios se someten al Pentágono

La censura en EU resulta más precisa que los misiles

Las voces árabes, ausentes en noticiarios y periódicos

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 20 de marzo. Durante la Segunda Guerra Mundial, la oficina de censura del Pentágono controló todo el contenido de la información en periódicos, revistas y radios de este país. Demandó a los periodistas ejercer una "autodisciplina patriótica", mientras que el vocero de la Casa Blanca sostenía que todo reportero estaba obligado a "creer" lo que decía su gobierno.

thousands_students_ua7No existe una oficina de censura oficial hoy, pero tal vez sólo porque no es necesaria. La cobertura de los medios estadunidenses sobre las primeras horas del bombardeo contra Irak ofreció pruebas amplias de que el férreo control del gobierno sobre la noticia es hoy día tal vez más completo que durante la Segunda Guerra Mundial. Los medios más influyentes del país, los noticiarios nacionales de televisión, transmiten ahora casi exclusivamente reportajes desde Medio Oriente por conducto de corresponsales que operan bajo el control total del Pentágono o simplemente dependen de filtraciones de la Defensa, la Casa Blanca y el Departamento de Estado. Estas limitaciones casi nunca son mencionadas.

El miércoles, por ejemplo, CBS Evening News trasmitió cuatro reportajes desde Medio Oriente: tres de ellos eran de corresponsales integrados con unidades de tropas estadunidenses en la región y sólo pueden enviar noticias aprobadas por el Pentágono. El cuarto fue esencialmente la imagen de una cámara de televisión fija en el centro de Bagdad, con la voz en off de un corresponsal de Skynews, de Inglaterra, que aún está en Irak.

Anoche, cuando las sirenas empezaron a sonar en Bagdad, CBS tuvo la mejor cobertura de todas las cadenas nacionales, pero dependió totalmente de filtraciones del Pentágono. Sólo NBS News, con Peter Arnett, y CNN, con el reportero inglés Nick Robertson, mantienen corresponsales en Bagdad, y la mayoría de los recursos de los noticiarios nacionales están invertidos en enviados que viajan con el Pentágono y operan bajo censura.

Los medios impresos no están mucho mejor. Cuatro de las cinco notas en la primera plana del Washington Post hoy fueron reportajes acríticos y narrativas que dependían de funcionarios estadunidenses. Tres de las cinco notas de la primera plana del New York Times surgían exclusivamente de fuentes gubernamentales, la cuarta era de color, sobre las reacciones de ciudadanos estadunidenses observando el inicio de la guerra por televisión, y otra más, en ambos rotativos, era de sus corresponsales que permanecen en Bagdad (el del Times intentó salir pero le fue imposible por la burocracia de Irak).

arrested_antiwar_ya4"Nadie sintió el deber de reportar sobre lo que se decía o pasaba en el otro lado, aun los múltiples lados del otro lado", escribió Danny Schechter, editor ejecutivo de MediaChannel. "No hay críticos de la guerra al aire. Ninguno. Ningún iraquí. Ningún periodista árabe". Había, como señaló Schechter, muchos ex generales estadunidenses contratados como "expertos" para describir el desarrollo de la batalla en la televisión, pero nadie de Médicos sin Fronteras u otros grupos humanitarios para expresar sus preocupaciones por las bajas civiles y la situación social.

Ningún programa de noticias o análisis periodístico monitoreado por La Jornada se preguntó por qué en esta era de "bombas de precisión", fueron necesarios unos 40 misiles crucero y dos bombas de 2 mil libras para destruir un solo sitio en una vecindad. Enviar ese mismo número de misiles al centro de Washington provocaría la destrucción de por lo menos seis cuadras, no exactamente un resultado consistente con lo que significa la palabra "precisión" en inglés o español.

La censura, claro, es un término con implicaciones negativas. Así, durante la Segunda Guerra Mundial, reportó el Wall Street Journal recientemente, el control de los medios fue trasladado a algo llamado Oficina de Información de Guerra. Pero un año después de los ataques contra Pearl Harbor, la oposición a la guerra se estaba elevando y para mediados de 1942, al menos 30 por ciento del público estaba contra el conflicto. La oficina referida emitió descripciones de las atrocidades cometidas por los militares alemanes y japoneses y cómo los aliados utilizaban "bombas de precisión", que sólo destruían las cosas malas mientras que el enemigo realizaba bombardeos indiscriminados.

son_should_rdaHoy el gobierno tiene la Oficina de Comunicación Global, que coordina el flujo de información oficial, establece "puntos" que ofrecen una guía de cómo hablar sobre los temas del día, y coordina conferencias de prensa realizadas en puestos de comando en Medio Oriente y Washington. Sin embargo, parte de la facilidad de controlar a los medios hoy es el resultado de la televisión y su necesidad de imágenes.

Los noticieros nacionales, los locales y los canales de noticias 24 horas necesitan una imagen por cada nota. "Es lo que guía la nota", explicó un productor de noticiarios de televisión. Durante la anterior Guerra del Golfo, el Pentágono descubrió que si difundía las imágenes, sus notas dominarían el ciclo de noticias. Una hora después de que se realizó el primer ataque con misiles crucero contra Bagdad este miércoles, el Pentágono ya estaba proporcionando video a los noticieros de televisión para mostrar cómo se disparaban desde las naves. Los militares estarán proporcionando video todos los días.

Además, hay más de 500 corresponsales de las principales organizaciones de noticias viajando con las tropas estadunidenses en Medio Oriente y las dramáticas imágenes que han enviado, grabadas en baja luz o con cámaras de visión nocturna, mostraban a los marines preparándose para el conflicto. De nuevo CBS News, que logró ser la mejor de las cadenas este primer día, tuvo tres reportajes separados enviados por periodistas "encajados" en unidades militares estadunidenses. Pero nadie reconoció que todas estas imágenes e información tenían que ser revisadas por las autoridades gubernamentales.

"La primera baja de la guerra es la verdad", declaró un famoso escritor hace mucho tiempo. Los medios estadunidenses han abandonado la objetividad que tanto elogian sobre muchos temas. Los reporteros de televisión anuncian la noticia de este conflicto casi en términos personales: "Nuestras tropas" se preparan para la batalla; "nosotros" hemos lanzado el primer ataque sobre Irak. Muchos necesitan expresar apoyo a "nuestras tropas".

Hasta el columnista Bob Herbert, del New York Times, en un texto alentando una mayor crítica a las políticas bélicas del presidente, se vio obligado a afirmar: "Espero que la guerra proceda bien, que nuestras tropas prevalezcan rápido".

Pero por lo menos Herbert, en contraste con la mayoría de su gremio, señaló que las empresas privadas estadunidenses, incluida una, otrora encabezada por el vicepresidente Dick Cheney, "están haciendo fila para cosechar las riquezas de la reconstrucción de las mismas estructuras que estamos en el proceso de destruir". Esa información se publicó hoy en páginas de opinión, no en las de noticia.

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