Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 21 de marzo de 2003
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Mundo

Inusitada violencia en represión; dos heridos graves

Aznar, "asesino", acusan cientos de miles de españoles; rechazan guerra

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Madrid, 20 de marzo Cientos de miles de españoles se manifestaron este jueves en las plazas públicas de las principales ciudades de este país al comenzar los bombardeos en, Irak bajo la consigna "no a la guerra" y la acusación de "asesino" contra el presidente del gobierno español, José María Aznar.

Al menos dos personas resultaron gravemente heridas a consecuencia de la represión desatada en esta capital contra los pacifistas que exigían la dimisión de Aznar.

El premio Nobel de Literatura, el escritor portugués José Saramago, declaró aquí que la postura del gobierno de Estados Unidos "es fundamentalista", y dijo que Aznar "no entiende que Washington necesita el control de Medio Oriente como puerta hacia Asia, y le hace el juego, es cómplice de una idea imperial y colonial.

"No podemos cerrar la puerta a la evidencia de que hasta ahora se nos ha querido convencer de que el enemigo de Occidente es el Islam", afirmó Saramago para explicar su opinión de que "fundamentalistas son los del Islam y fundamentalista es Estados Unidos y la postura de su gobierno".

"Ahora -continuó el escritor- debemos preguntarnos si lo que se ha levantado en los últimos tiempos en Estados Unidos no es igualmente enemigo del bienestar y de la paz en el mundo".

En las calles madrileñas, donde las agencias dieron cuenta de decenas de miles de manifestantes, el grito era el mismo que se ha escuchado las últimas semanas, "No a la guerra", sólo que hoy, ante la escalada bélica, los manifestantes llamaron "asesino" al presidente del gobierno y llenaron las calles con el unánime reclamo de "dimisión".

La policía, por orden del gobierno, disolvió con brutal violencia una protesta en Madrid que provocó dos heridos graves.

En Barcelona, 12 mil personas, en su ma-yoría estudiantes, participaron en las protestas contra la guerra. Sevilla, Valencia, Santander, La Coruña, Santiago de Compostela, Málaga, Palma de Mallorca, Tenerife, Extremadura, Valladolid, Oviedo, San Sebastián, Vitoria, Bilbao, Murcia, Cádiz, León y Pamplona, entre otras muchas localidades, fueron también testigos de movimientos antibélicos.

Gran parte de la sociedad española que se movilizó hoy recordaba con cánticos, pancartas y, sobre todo, desde la "memoria" la Guerra Civil (1936-1939), el último enfrentamiento bélico que sufrió este país.

En Madrid, como en Barcelona, Sevilla o Bilbao, se volvió a movilizar la gente en torno a dos plataformas civiles que han liderado la guerra social contra la guerra, el Foro Social y la Plataforma de la Cultura contra la Guerra, esta última formada por actores, directores y demás miembros de los ámbitos del cine, el teatro y la cultura.

Antes de la gran manifestación que atiborró de gente indignada la Puerta del Sol de Madrid, se registraron dos concentraciones, una en el Paseo del Prado y otra a las puertas del Congreso de los Diputados.

En la primera, miles de estudiantes decidieron protestar en silencio y cerrar el tráfico de una de las arterias madrileñas más importantes, el Paseo del Prado, lo que suscitó -para sorpresa de todos- la represión policial, que por orden de Aznar empezó a disparar gases lacrimógenos, balas de goma, golpeó con sus macanas a los pacifistas que, ensangrentados, mantenían incólume su grito de "no a la guerra" y asumían con más vehemencia y razones, su reclamo de "dimisión" y su exigencia de que Aznar "dimita" por su "ciega" inclinación "a la muerte" de la población iraquí.

Después de unos minutos de concentración, la policía inició un operativo que dejo perplejos a propios y extraños, ya que los jóvenes estudiantes que se manifestaban sufrieron en carne propia una represión irracional, de la que salieron, muchos, en-sangrentados y lesionados por unas fuerzas del orden público que no tuvieron ningún miramiento en reprimir la protesta.

Poco después, a las puertas del Congreso, los actores, directores de cine y teatro y políticos presentaron los documentos que acreditaban más de 2 millones de firmas que rechazan la postura del jefe de gobierno ante la guerra, por lo que reiteraron su reclamo: "Aznar se ha convertido en un asesino y por tanto debe dimitir".

Las consignas acusaban al mandatario derechista de ser también "neofascista" y "neofranquista".

Aznar reiteró su apoyo irrestricto a la escalada militar, que consideró era "necesario" y significaba "el último esfuerzo para que Saddam Hussein evitara las graves consecuencias para su pueblo", incluso se atrevió a sostener que los bombardeos eran "por el bien de la sociedad iraquí".

Repitiendo la retórica del presidente estadunidense, George W. Bush, Aznar afirmó que "Saddam ha rechazado la última oportunidad para el desarme", e informó que tres buques españoles salieron hoy de la base de rota, en Cádiz, para tareas "humanitarias" en un conflicto "legalmente justificado".

Todos los partidos de oposición rechazaron la postura del gobierno. El líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, señaló que el ataque a Irak "sin mandato de Naciones Unidas ni respaldo de la comunidad internacional" siembra "la semilla del odio en millones de corazones".

El dirigente de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, exigió la "dimisión" del jefe de gobierno por vulnerar la "legalidad internacional" y convertirse en un "nuevo criminal de guerra".

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