Paco era un caso perdido; "me orino en
la bandera" del equipo, le comentó a Oscar Pérez
Palencia, Abreu y el Conejo, entre las 11 bajas
en Cruz Azul
Los jóvenes aceptaron las nuevas condiciones
y harán frente al torneo local y la Libertadores
Para Baldi, Davino, El Loco y Jiménez
"sólo había de una sopa: la rescisión del contrato"
MIGUEL ANGEL RAMIREZ
"Yo me orino en la bandera de Cruz Azul", respondió
Francisco Palencia cuando su compadre Oscar Pérez le hizo ver que
para ellos era el momento de envolverse con la bandera de los Cementeros
y dar todo por ella.
Esto no sólo lo escuchó el popular guardameta;
llegó a oídos de la directiva. Paco era desde entonces
una causa perdida, pero ayer dolió en la institución que
el Conejo apareciera entre los 11 jugadores que aceptaron la rescisión
de contrato.
Como los jugadores no se comprometieron a ganar ninguno
de los 30 puntos que restan por disputarse en el torneo local, la directiva
que encabeza Guillermo Alvarez Cuevas decidió ayer apretar en serio
las tuercas.
Citó
a todo el plantel en las instalaciones de La Noria para que de una vez
firmara su finiquito o aceptara las nuevas reglas. El que estuviera de
acuerdo debía trasladarse al estadio Azul, donde se encontraba el
equipo de la primera A para entrenar bajo las órdenes de Enrique
Meza, por si había necesidad de echar mano de ellos en el juego
contra Pumas.
Trascendió que la charla en La Noria estuvo lejos
de ser cordial; hubo reproches, porque los jóvenes le hicieron ver
a Palencia, Sebastián Abreu, Sergio Almaguer y compañía,
que ellos apenas estaban empezando y no habían tenido la oportunidad
de hacer un capital.
Se concretó la división del grupo y empezaron
a llegar noticias al estadio de que podían contar con cuatro jugadores,
10, y cuando el número llegó a 14 se lo notificaron a Meza
para que cambiara de planes con los de la primera A.
Como en el barrio
Al hacer su aparición en el estadio Mario Ortiz,
Yosgart Gutiérrez, Iván Moreno, Gerardo Blanco, Miguel Angel
Gómez, el auxiliar Horacio López Salgado y otro ayudante
empezaron a armar una posible alineación en plenas escaleras. No
importaba si estaban en ritmo o en condiciones de jugar; había que
completar el cuadro.
Meza empezó a trabajar hasta que en La Noria se
conoció que 11 jugadores dijeron no a la nueva propuesta de la directiva
y aceptaban su rescisión de contrato, aunque sólo siete tenían
la oportunidad de continuar en el plantel.
Benito Pardo, director deportivo de la institución,
informó que algunos elementos podían elegir entre dos opciones
(recibir la liquidación o aceptar las modificaciones), pero para
otros únicamente "había de una sopa: la rescisión
del contrato". No quiso revelar los nombres ni para cuántos era
esta oferta.
Sin embargo, trascendió que los que estaban en
la lista negra eran Abreu, Flavio Davino, Daniel Baldi y Gilberto Jiménez,
pues todos tienen algo en común: estaban a préstamo en el
club. Como sólo llegaron a crear problemas y ya no serían
tomados en cuenta la siguiente temporada, era mejor acelerar su salida.
De los siete futbolistas restantes se confiaba que Oscar
Pérez demostrara su cariño por los colores y se quedara,
al igual que Melvin Brown. Sin embargo, ambos terminaron uniéndose
a Miguel Zepeda, Pablo Galdames, Julio César Pinheiro, Sergio Almaguer
y Palencia.
Paco, a quien el club le aguantó que viajara
constantemente a España para ver a su novia, fue de los que no quiso
saber nada de la prensa al concluir la reunión en La Noria. Pinheiro
no siguió sus pasos y fue el primero en anunciar que 11 jugadores
ya estaban "fuera de Cruz Azul".
Explicó que fue una cuestión de dignidad
y que confiaba en que no fueran catalogados de "conflictivos". Insistió
en que había un contrato firmado con anterioridad y sólo
pedían que fuese respetado.
Para él existe gente honesta en el medio, que ignorará
las versiones de que ningún club los contratará en solidaridad
con la gente de Cruz Azul.
Agregó que ojalá todos hubieran seguido
"en el mismo barco". Sin embargo, comprendió la situación
de "14 chavos", quienes argumentaron que no se sentían preparados
para afrontar una situación así.
Sebastián Abreu, por su parte, dijo que después
de lo de ayer se levantará de su cama y podrá mirar a quien
sea, pues actuó con dignidad y convicción. Resaltó
que nadie les puso una pistola a los directivos cuando se firmó
el contrato, y por eso no tenían razón ahora de desconocerlo.
Consideró que en todo el mundo es así y
por eso han recibido muestras de apoyo.
Plan D
Pese a las rabietas que anduvo haciendo en las tribunas
del estadio Azul, al concluir las negociaciones Benito Pardo no sólo
dijo que estaban preparados para este desenlace, sino lo aplaudió.
Estimó que ahora habrá un ambiente sano;
"no se verán vedetismos". Agregó que "la directiva
queda muy contenta", porque de ahora en adelante "se podrá ganar,
perder, pero habrá entrega absoluta".
Los casos de Oscar Pérez y Melvin Brown, reconoció,
los dejaron muy tristes por todo lo que representaba el primero, a quien
se le dio "el trato de símbolo", y porque a Melvin hasta tuvieron
que intervenir hace poco para que la Federación Mexicana de Futbol
le pagara lo que le correspondía por su participación en
la selección.
Informó que el contralor del club, Carlos Alonso,
se encargó de las liquidaciones en La Noria, y él de las
modificaciones al contrato con los que se quedaron.
Explicó
que los jugadores ganarán ahora con base en los resultados. Se llevarán
el "ciento por ciento de su salario" si ganan 23 de los 30 puntos por disputarse
en el torneo local.
Confía en que podrán hacer frente a la Copa
Libertadores, aunque la liga local prácticamente la dan por perdida.
Anunció que la próxima semana se reunirán
con Meza para ver los refuerzos que necesitarán la siguiente temporada;
los 10 partidos restantes de este torneo piensa que deberán tomarlos
"de pretemporada".
El nuevo técnico cementero no hizo dramas. Aseguró
que se puede trabajar con el grupo de jóvenes que quedó y,
pese a ser algo inusual, es un "interesante reto" para él.
-¿Ese es su plan B?
-No, este es el D, bromeó.
Por último, aunque todavía existía
una ligera esperanza de que alguno de los 11 jugadores metiera reversa,
confesó que no buscaría a nadie. Comentó haber hablado
mucho y las palabras "se las lleva el viento"