GUIA ROJA
Jaime Whaley
El regreso de Melón
UNA BOLA DE melómanos y melónmanos
se dio cita el miércoles en nuevo abrebadero de la colonia Cuauhtémoc
con el doble propósito de escuchar buena música sonera y
zarandearse, aunque fuese en forma restringida, por un buen rato, pues
el siempre vigente Melón hizo su debut en ese sitio, en donde
sus seguidores esperan encontrarlo por un buen tiempo.
CON LA CASA llena, Luis Angel Silva, que tal es
el nombre de pila de Melón, conectó un palo de vuelta
entera y esto, para los no adentrados en el argot beisbolero, significa
que bateó de jonrón, pues lo que el músico haya hecho
luego de la función no nos incumbe.
LA
BUENA CAUDA de seguidores del montuno se aglomeró en torno a
la pista de la cantina La Nueva Cuba -de sabor isleño, pues, entre
otras cosas, se expende ahí la cerveza Palma Cristal- para presenciar
y aplaudir al legendario filarmónico oriundo de la Santa María
la Ribera, colonia a la que le canta, pues sabido es que de Nogal hasta
el Chopo y de San Cosme hasta Los Gallos, no hay segunda sin primera.
PERSONAJES VARIOPINTOS AHI coincidieron: Alberto
Ruy Sánchez, escritor; Jose Luis Cuevas, innecesario exponer que
es pintor, actividad que también ejecuta Marisa Lara, ahí
presente; el veterano sonero Julio del Raso; Lupita, habitue del
lugar e incansable bailadora; las hermanas Claudia y Germaine Gómez
Haro, promotoras culturales; Andrés Rosales, locutor e impulsor
de la música afroantillana; Rosita y Jaime, pareja que tiene un
puesto de comidas en un mercado de la San Rafael, pero que no pierde baile
alguno, y Manuel Negrete, a quien en Ciudad Universitaria conocen como
el licenciado. Hubo más convidados, estos por parte de Melón,
como el caso de Amalia Batista o de Juancito Trucupey, ambos
acompañantes irremplazables en toda presentación melonera.
EL BUEN MELON, que
surgió a la fama en 1958 acompañado del fallecido Lobo,
tenía ya rato de no pisar un foro capitalino, y en esta ocasión
lo hizo con el respaldo musical de Heredia, en la pailas; Vázquez,
en los bongoes; Ernesto, en el bajo; Posada, en el piano; Arturo Rios,
el único sobreviviente de aquel sexteto original de finales de los
años 50, en los coros, e hizo su presentación María
Emilia, una novel flautista que hasta se dio el lujo de estrenar una canción
de su autoría.
LA SITIERA, NIEBLA del riachuelo, Cosas del
alma, Que manera de quererte, Por seguir tus huellas,
y así con el resto del repertorio, una a una las interpretaciones
fueron cayendo para solaz de los oyentes y danzantes que de jueves a sábado
podrán repetir experiencia a partir de las 22:15 horas.
LA ACCION EN el lugar empieza desde temprano, pues
en el elenco figuran también Welfo y su salsa y la Sonora Sonora,
que se encarga de revivir los éxitos de la Matancera. La dirección
es Río Tiber 91, a una cuadra del Angel.