OBSERVATORIO CIUDADANO DE LA EDUCACION
Comunicado No. 95
Vamos México y SNTE
Tergiversaciones de la participación social
El abuso de la representatividad
PARA QUIENES IMPULSAMOS y promovemos la participación
ciudadana en la educación pública, la firma reciente de un
convenio entre la Fundación Vamos México y el Sindicato Nacional
de Trabajadores de la Educación (SNTE) en torno a la Guía
para padres, y la controversia desatada constituyen un ineludible punto
de reflexión.
LA DISCUSION SE HA CENTRADO en su contenido, se
cuestiona su orientación valorativa y se critican sesgos en la información
que se ofrece como conocimiento, el código ético que se impulsa
y la visión de familia que se propone como arquetipo, así
como la falta de perspectiva pluricultural y la carencia de visiones alternativas
en temas que pueden ser controvertidos, como drogadicción o sexo.
El debate es importante, pero no está ausente el riesgo de censurar
el pensamiento conservador porque no coincide con el nuestro. Se argumentan
juicios de expertos en favor y en contra del contenido pedagógico
y la calidad educativa de la obra, y padres de familia de diversas condiciones
sociales se preguntan dónde pueden conseguir ese material de "distribución
gratuita" que, de acuerdo con la promoción de Televisa, les ayudará
a aprender lo que nadie les ha enseñado. Reservamos el análisis
del contenido de la Guía... para un futuro comunicado.
PARA OCE EL DEBATE debiera abrirse a otras vertientes
del problema que tienen que ver con la participación social en educación.
Consideramos que la mezcla de atribuciones legítimas de participación
con tres aspectos muy problemáticos, amerita la significativa reacción
de la opinión pública en contra del acuerdo: a) la
invasión parcial, pero decidida del muy delicado espacio público
de la educación nacional, que uno de los actores intenta manejar
como propio (el SNTE); b) el abuso de la representatividad otorgada,
y c) la mezcla poco ética de los planteamientos ideológicos
de los firmantes; estos tres puntos se refuerzan perversamente.
LOS ACTORES PRINCIPALES son parte de lo que se
conoce como organizaciones no gubernamentales, integrantes de un tercer
sector, más allá del Estado y del mercado: lo público
no gubernamental. En principio, tanto el SNTE como Vamos México,
independientemente de su orientación concreta como grupos de "la
sociedad civil", pueden firmar convenios entre sí; tienen la facultad
legítima y seguramente respaldo legal para hacerlo. Al sumarse Televisa
como difusora de la Guía, como parece ser el caso, tendríamos
un actor diferente: una empresa comercial, lucrativa y de intereses políticos
bien conocidos.
EL SNTE Y VAMOS MEXICO pueden firmar un acuerdo
para difundir una guía de apoyo a los padres de familia en la educación
de sus hijos conforme a un contenido propuesto y aprobado por ellos, y
no requieren autorización de la Secretaría de Educación
Pública (SEP). El artículo tercero y la Ley General de Educación
reservan en exclusiva la definición de los contenidos de la educación
constitucionalmente obligatoria (prescolar, primaria y secundaria en todas
sus modalidades y tipos) y la relativa a la formación de profesores
de esos niveles (educación Normal) a la SEP. Los demás contenidos
de cualquier otro nivel o modalidad no están reservados al Estado,
por lo que la Guía, a pesar de las molestias que provoque
su contenido, no invade el espacio de la educación reservada al
Estado. Su contenido constituye una "oferta alternativa" a otras que la
SEP ha definido y puesto en circulación con mucho mayor capacidad
técnica, visión nacional y perspectiva progresista, como
Los libros de papá y mamá o los módulos del
programa de Educación para la Vida. Otras alternativas las ofrece
Canal 11 en su emisión semanal Escuela para padres.
LO QUE NO PUEDEN hacer los firmantes es acordar
la distribución y difusión de la Guía por medio
de escuelas públicas ni comprometer a maestros del sistema educativo
nacional (aunque todos estén sindicalizados) a difundirla. No es
fácil disponer de locales adecuados para una empresa de la ambición
del acuerdo firmado: llegar a 23 millones de padres de familia. ¿Por
qué el SNTE no ofrece sus espacios académicos y sindicales
como la Fundación SNTE o la Biblioteca México, o los numerosos
edificios propiedad de delegaciones sindicales?
A LA OBSERVACION certera de algún maestro
acerca de cómo se pagarían las horas extra de trabajo los
fines de semana, corresponde el segundo gran punto de la invasión
del espacio público: en ningún momento pueden esos actores
pretender que el presupuesto de la educación pública se destine
a pagar horas extras a los maestros para difundir esa Guía
o que se modifiquen sus condiciones de trabajo. La invasión del
espacio público de la educación no va por la vía del
contenido conservador de la Guía, sino por la pretensión
del SNTE de manejar maestros y escuelas públicas como si fueran
de su propiedad y el acuerdo tácito de los otros actores de que
es el camino para difundir su propuesta por todo el país. No es
éste el único rubro en que el SNTE actúa como propietario
de la educación pública.
ESTE PUNTO SE RELACIONA con el abuso de su representatividad
por parte de los actores. Sobre la confusa legitimidad de Vamos México,
derivada del hecho de que su presidenta sea esposa del Presidente de la
República y utilice los "recursos de relación" que ello le
confiere (aunque no maneje ni los presupuestos ni los canales de distribución
públicos) se ha vertido mucha tinta, incluyendo las recientes advertencias
de su director general respecto de los peligros de una politización
de la fundación frente a sus intenciones declaradas de constituirse
como organización modelo del tercer sector. Muy confuso es también
el uso que hace Elba Esther Gordillo de su posición de secretaria
general del CEN del PRI, pues provocó reacciones en contra de miembros
de ese partido.
EN EL CASO DEL SNTE, este organismo sindical-profesional
ha manifestado desde hace tiempo interés en apoyar las llamadas
"escuelas para padres"; considera, con parte de verdad, que los resultados
en torno a la educación de los alumnos están influidos por
el apoyo que los padres dan a la educación de sus hijos. En fechas
previas a la firma del acuerdo que nos ocupa convocó a múltiples
actores a un acuerdo nacional que se realizó por etapas durante
enero y febrero; en la clausura participaron más de 10 mil personas.
Hasta qué punto el SNTE y sus invitados (entre ellos la Unión
Nacional de Padres de Familia y la Federación de Asociaciones de
Padres de Familia o algunos menos conocidos como el Colectivo de Hombres
para las Relaciones Igualitarias, AC) están abusando de la representatividad
que les confirieron sus agremiados compete responderlo, en primer término,
a los miembros de las diferentes organizaciones, pero representa también
un importante punto de reflexión en materia de participación
social: el momento en que los representantes se alejan de sus representados
y toman decisiones con fundamento en una representatividad que no tienen.
Este punto ha sido una constante en la mayor parte de nuestras organizaciones
y amerita profunda reflexión.
CIERTO QUE LA CONFUSION es el signo de los tiempos,
que derechas e izquierdas no tienen la consistencia ideológica que
las caracterizó a lo largo del siglo xix y el xx, y que al igual
que comparten aberraciones descubren coincidencias, pero precisamente la
falta de congruencia y de razones claras para impulsar conjuntamente la
convivencia plural de proyectos distintos, evidencia que el interés
del convenio no es el bien público, sino el logro de beneficios
políticos coyunturales. ¿Por qué el SNTE, congruente
con sus principios de defensa de la educación pública y laica,
no ofrece el mismo desinteresado y voluntario apoyo a las otras guías
mencionadas?
UN ULTIMO PUNTO de reflexión remite a los
vacíos que está dejando la acción pública y
que son ocupados por estos grupos de interés. La SEP hizo clara
en un comunicado su posición respecto del derecho de los firmantes
a promover otros contenidos para la formación de los padres. Respecto
de la difusión de la Guía entre los padres dentro
de las escuelas públicas aprovechando los fines de semana, aludió
a un posible convenio con el SNTE, que no se ha concretado y que se enmarcaría
en el Compromiso Social por la Calidad de la Educación, firmado
en agosto de 2002. Pero no ha informado con amplitud sobre las "escuelas
para padres" que se ofrecen semanalmente en muchas escuelas públicas.
Tampoco ha definido los alcances y límites de los Consejos de Participación
Social ni informado sobre los avances del Compromiso Social por la Calidad
de la Educación, ni parece reflexionar sobre el papel que deberá
jugar ante la desigualdad de intereses y poder de los diversos grupos sociales
participantes.
PARECIERA QUE LOS ACTORES con mayor capacidad de
organización y de participación ocupan los espacios públicos
sin miramientos y sin contrapeso, en favor de sus intereses. El espacio
de la participación ciudadana no es neutro, ni mucho menos intrínsecamente
positivo; es nuevamente un espacio social de posibilidad de democracia
o de posibilidad de manipulación, autoritarismo o incluso imposición
dictatorial de unos cuantos. Por esto se justifica un análisis minucioso
de los componentes del convenio y de los mecanismos de acción de
las organizaciones mencionadas por parte de otros organismos que defendemos
la participación social.
PREGUNTAS: ¿En qué medida la convocatoria
a la participación ciudadana abre espacio a la privatización,
definida como el uso de espacios públicos para la promoción
de intereses o, en este caso, de ideologías personales o grupales?
¿Cómo conciliar la legítima aspiración democrática
de construir un bien público sin exclusiones, sin un monopolio del
gobierno, pero enfrentando la saturación del "campo" por parte de
organizaciones y grupos que usan el ámbito educativo como plataforma
política y arena de disputa ideológica? ¿Qué
compromisos y acciones debemos impulsar quienes defendemos la participación
como nueva expresión democratizadora? La rendición de cuentas
también debe exigirse entonces a todos estos grupos
¿QUIENES SOMOS?
Nuestros comunicados aparecen en el primer y el tercer
viernes de cada mes en este espacio periodístico; se pueden reproducir
en cualquier medio indicando su procedencia. Todos los ciudadanos están
cordialmente invitados a sumarse a nuestra iniciativa.
Favor de enviar sus nombres con sus datos de localización e identificación
a: La Jornada Observatorio Ciudadano de la Educación, Apartado
Postal 20-423, San Angel, México, D.F. C.P. 01001. Fax: 55 54 86
55. Correo electrónico:
[email protected]
Visítenos en:
http://www.observatorio.org
Grupo de redacción (en orden alfabético):
Alejandro Canales, Pedro Flores Crespo, Ma-ría de Ibarrola,
Pablo Latapí Sarre, Humberto Muñoz García, Carlos
Muñoz Izquierdo, Roberto Rodríguez y Leonel Zúñiga.
Otros integrantes: 621 firmas de 32 entidades federativas.
Véanse en la página de Observatorio en Internet.