Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 15 de marzo de 2003
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Cultura
DISQUERO

Pablo Espinosa

Inicio del Festival de México en el Centro Histórico

Una música que cura


EN EL UNIVERSO de la música antigua destellan orquestas-astro como es el caso de la New London Consort que dirige Philip Pickett y cuya visita inminente propicia celebrar una de entre sus numerosas y siempre preciadas grabaciones: Vivaldi. Gloria (Decca). Nos brinda, como lo hace Fabio Biondi en los volúmenes reseñados hace unos días en este espacio, una visión refrescante del deleite según el Cura Rojo Vivaldi. Reúne dos partituras religiosas: Dixit Dominus y el Gloria RV 588, ambas con sus respectivas Introduzioni con número de catálogo no contiguo. La mirada, mejor dicho, la escuchada de conjunto es gloriosa, en particular el track siete con respiración vegetal de instrumentos de cuerda y las cuerdas vocales de dos sopranos que remiten al sentido de lo angélico. Una música que, como dice Wynton Marsalis, cura todos los males, los del cuerpo, los del alma, los del espíritu. La New London Consort se presentará este domingo en la Sala de Conciertos Nezahualcóyotl con un programa monumental: las cuatro Suites Orquestales de Bach, mismas obras que tocará también el lunes en Bellas Artes para inaugurar el Festival del Centro Histórico, que ya cambió de nombre pero aún carga con su leyenda negra ganada a pulso de ser un festival para ricos con intentos (logrados ya) de apertura. Por lo pronto, la evidencia también de que el Estado se desentiende de sus obligaciones es la diferencia abismal en el precio de los boletos para el mismo concierto: en la Sala Nezahualcóyotl, este domingo a las seis de la tarde, el boleto más caro cuesta 200 pesos, con opción de descuento a 100 para estudiantes y maestros de la Universidad Nacional Autónoma de México, mientras que en Bellas Artes cuesta mil pesos. Pasu. Todo se ha perdido, menos la autonomía universitaria.

Lo nuevo de la New London Consort


EN EL TERRENO de las grabaciones, empero, no existen los que se interesen sólo porque el boleto cueste caro y puedan lucir sus atuendos y sus joyas y esperar impacientes a que termine, ya, el concierto para irse a la cena, que es lo que más les importa. Los públicos de concierto también tienen rostro. El universitario, que llena constantemente la Sala Nezahualcóyotl, va a escuchar música, tose menos que el bellasartiano y disfruta la mejor acústica que se puede tener en muchos lugares del planeta. En los años 60 hubo una moda chida de conciertos públicos a manera de happenings: había quienes (entre ellos mi maestro Raúl Cosío Villegas) se ponían un frac, tomaban una batuta y dirigían una orquesta imaginaria mientras sonaba un disco. No existen a la fecha, que se sepa, quienes se vistan de lujo para escuchar un disco. Lo que sí hace uno es vestir el alma de gozo cuando escucha joyas como ésta: Songs of angels (Decca), la más reciente grabación de la New London Consort y que reúne obras del abate Gautier de Coincy (1177-1236), escritas cuando experimentaba visiones divinas, como lo hacía también nuestra favorita de favoritas, Hildegard von Bingen, y también poseían tal don, el de divisar lo divino, el de convivir con los mismísimos angeles, Aureliano de Reome, Richard Rolle y Henry Suso. Este conjunto de obras, que ejecuta la New London Consort, ofrece otra mirada (distinta, menos sublime todavía que la que guarda Hildegarda) a propósito de la visión de aquella época y sus maneras de entender lo angelical. El sonido de la New London Consort, por lo pronto, es arcangélico.

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