En su primer concierto presentó su disco
Siempre es hoy
Cerati logró una dulce enajenación con
sus fans, en el Auditorio Nacional
JUAN JOSE OLIVARES
Música, sólo buena música actual,
fue la que fluctuó la noche del viernes en el Auditorio Nacional,
durante la presentación de Gustavo Cerati, en el inicio de su gira
Siempre es hoy.
No cabe duda que el título del reciente disco de
este nuevo icono de la contemporaneidad musical de Latinoamérica
reflejó lo que ocurrió en el primero de los conciertos que
ofrecerá por el país.
"No
saben cómo me gusta hacerlo aquí", expresó Cerati
en algún momento de la noche, en la que los más de 9 mil
incondicionales seguidores cantaron, bailaron, y agradecieron que el artista
regalara, algunas versiones electrosas de rolas de Soda Stéreo,
como Danza rota o El rito.
El concierto fue una dulce enajenación del argentino
hacia sus fans, para que descubrieran las nuevas historias del disco.
De hecho, esas versiones sonaron mucho más ricas que las del cidí,
ya que, como nos tiene acostumbrados, Cerati se convierte en un músico
volcado sin limitaciones hacia sus guitarras y samplers.
Amo dejarte así, No te creo, Nací para
esto, Vivo y Artefacto fueron sólo algunos de los arreglos
de las piezas del nuevo material que Cerati y su banda (Flavius Etcheto,
Leandro Fresco, Fernando Nalé, Pedro Moscuzza, Javier Zucker y los
coros de la nenita Lolo) ejercieron como acción catártica-estética
para una de sus audiencias favoritas: la mexicana.
Hizo sólo un encore. Más que suficiente
para deleitar, alucinar y satisfacer a un público que sólo
necesitaba, quizá, la presencia de la figura patriarcal de uno de
los más influyentes músicos de rock argentinos (sin olvidar
a los garcías, spinettas, mestres, porchetos, etcétera...).
"Gracias por venir...", parafraseó Cerati con su
rola Puente, de su disco anterior, Bocanada. No pudo ser
más explícito. Gracias Cerati, fue el pensamiento del groso
presente.