El clima electoral oscila entre el escándalo
panista y las ya conocidas prácticas priístas
Favorables expectativas para el PRD en el estado de
México
El partido del sol azteca espera arrebatar Tultitlán
a los blanquiazules y Valle de Chalco al tricolor
ISRAEL DAVILA, SILVIA CHAVEZ, JAVIER SALINAS Y RENE
RAMON CORRESPONSALES
Después de un proceso de selección de candidatos
que le permitió salir con bien de la contienda interna, el perredismo
mexiquense concurrirá el próximo domingo ante el padrón
más numeroso de todo el país -más de 8 millones de
sufragantes- para intentar dejar el tercer lugar en una elección
que será el prólogo de la jornada del 6 de julio venidero.
El método ecléctico que entreveró
la encuesta, la candidatura de unidad, el acuerdo entre corrientes y el
rescate de priístas y panistas escindidos, configuró el escenario
sobre el que se movió la selección de los aspirantes perredistas
a 124 alcaldías y 45 diputaciones locales. El avance en el oriente
mexiquense y la posibilidad de arrebatarle un gran municipio al PRI (Valle
de Chalco) y otro al PAN (Tultitlán, y eventualmente Ecatepec),
además de hacerse de al menos un tercio de las curules, resumen
las expectativas perredistas en estos comicios.
La elección del próximo 9 de marzo, más
que un laboratorio para los comicios del 6 de julio, cuando se renovará
la diputación federal, decantará a las tres principales fuerzas
políticas nacionales para la elección de 2006. Para el panismo,
el panorama se presenta entre escándalos e ilícitos que presagian
varias derrotas en territorios como Ecatepec, Atizapán, Tultitlán,
Toluca y Huixquilucan, entre otros. Y en cuanto al PRI, que conserva su
proclividad a recurrir a los añosos métodos de compra e inducción
del voto, tiene posibilidades de derrota en la cuna de los programas neoliberales
salinistas: Valle de Chalco.
La historia perredista de esta elección empezó
en octubre pasado, cuando el Comité Ejecutivo Nacional y el estatal
decidieron ensayar nuevas fórmulas para evitar las históricas
fracturas partidistas. A partir del análisis se determinó
que en 36 municipios se designaran candidatos de unidad, en 40 más
por plebiscito y en 48 "prioritarios" -que concentran 80 por ciento de
los 13 millones de mexiquenses- la selección recayó en el
Comité Ejecutivo Nacional, apoyado en las encuestas que harían
las empresas Alduncin y Parametría. Se aprobó también
la postulación de ex priístas y ex panistas.
Los primeros en conocerse fueron los 36 de "unidad", conformados
esencialmente por ayuntamientos rurales o aquellos gobernados por perredistas,
como Almoloya del Río, Villa Guerrero o Zacazonapan. Para la definición
se configuró una mesa con los dirigentes estatales y las corrientes.
Las principales corrientes están integradas por
el Grupo de Acción Política (GAP), encabezado por Higinio
Martínez; el Movimiento Vida Digna (Movidg), de Héctor Bautista
López; la Unión General de Obreros y Campesinos de México
(UGOCM), de Valentín González Bautista, y el Movimiento de
Lucha Nezahualcóyotl, de Emilio Ulloa, el cual perdió la
candidatura por ese municipio con Luis Sánchez.
En las postrimerías de noviembre se efectuó
el plebiscito en 40 municipios más. De ahí emergieron Antonio
Saavedra, para Acolman, quien ya gobernó en 1996; la diputada federal
María de los Angeles Sánchez, para Calimaya, un territorio
que perdieron los perredistas en 2000; Julio César Linares en Capulhuac,
y en el nuevo de Luvianos se lanzó a Antonio Duarte.
Cerca
de 20 por ciento fue integrado por ex priístas y ex panistas. Los
ex tricolores fueron lanzados en Almoloya de Alquiciras, San Felipe
del Progreso, Chapultepec y Rayón, Amatepec (Diego Barrueto), Valle
de Chalco (Miguel Luna), Huixquilucan (Alvaro Flores), Ecatepec (Marcela
González Salas), Villa Victoria (Raúl Velázquez),
Zinacantepec (Raúl Ramírez) y Temamatla (Jesús Moreno),
además de dos ex panistas: Hesiquio López por Toluca y Mario
Enrique del Toro por Tlalnepantla.
En el caso de los municipios "prioritarios", el comité
recurrió a las encuestas. Arturo Hernández en Tonatico, Crescencio
Suárez en Tejupilco, Raúl Carpinteiro en Chimalhuacán
y Francisco Robles Berlanga (hermano de Rosario) por Naucalpan. En este
último caso, la candidatura fue ofrecida al dirigente sindical de
burócratas, David Parra, pero no se concretó, aunque se pudo
aglutinar a los priístas inconformes por la designación del
neopriísta César Gómez.
En la elección de 2000, el PRD obtuvo 974 mil votos
por un millón 623 mil del PRI y un millón 835 mil del PAN.
La apuesta por el efecto López Obrador es en la zona conurbada
y Lázaro Cárdenas Batel es figura fundamental en municipios
del sur (colindantes con Michoacán), como Tejupilco, Luvianos, Zacualpan,
Tlataya y Amatepec, entre otros. Esperan mantenerse Neza, Los Reyes,
Chicoloapan y Amecameca, y ganar en Valle de Chalco y Chimalhuacán.
Nos abrirnos a las "nuevas corrientes democráticas",
explicó Víctor Manuel Bautista, líder estatal perredista,
en consonancia con las declaraciones al respecto de la dirigente nacional
Rosario Robles. Hay "candados" para los candidatos externos, apuntó.
Nezahualcóyotl y Texcoco conforman las "joyas de
la corona" perredista en el estado de México. Han refrendado un
voto cautivo que les ha permitido renovarse en la alcaldía, circunstancia
que hoy prevalece. Esa certeza y una contienda cerrada llevó a repetir
las encuestas aplicadas. Finalmente, Luis Sánchez -ex secretario
particular de Heberto Castillo- se alzó con la victoria en Neza,
e Higinio Martínez -quien fuera compañero de fórmula
de Rosario Robles en la contienda interna por la directiva-, será
el aspirante por Texcoco.
El ascenso en el voto perredista en la zona oriental de
la entidad ha sido directamente proporcional a la disputa interna, especialmente
en las zonas de sufragio cautivo. En esa región, el PRD desplazó
al PAN del segundo lugar electoral. Hoy le resta el triunfo sólo
en Chimalhuacán, Valle de Chalco, Ixtapaluca y Chalco.
No obstante, las encuestas no estuvieron exentas de conflictos.
La UGOCM y la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata (UPREZ)
se fracturaron y sus dirigentes abogaron por Emilio Ulloa, quien ahora
es candidato a una curul local y logró para sus partidarios una
sindicatura y tres regidurías.
En Valle de Chalco, municipio con más de un millón
de habitantes y otrora bastión del salinismo, está a punto
de ser ganado por los perredistas. Miguel Angel Luna, ex priísta
y ex secretario del ayuntamiento, es el aspirante del sol azteca. Aquí
los perredistas resintieron la protesta de los grupos de Eduardo Mucino,
la UPREZ, Leodegario Denova y Adela Juárez, del Movimiento Idea,
quienes quedaron fuera de la contienda.
En Los Reyes La Paz, gobernado por el perredista Dino
Ortiz Rodríguez, la mayoría de los ediles y directores de
área renunciaron al PRD y ahora compiten por el PT, porque la candidatura
a la alcaldía la ganó Mariano Muñoz Vega.
En relación con Chimalhuacán, el regidor
Daniel Mendoza renunció porque Raúl Carpinteiro se alzó,
por segunda ocasión consecutiva, como aspirante a la alcaldía.
Mendoza Bello y el dirigente local panista, Concepción Pérez,
así como otros líderes priístas que en su momento
simpatizaron con Guadalupe Buendía Torres -conocida como La Loba,
actualmente en la cárcel-, son los principales aliados de Gonzalo
López Luna, aspirante de Convergencia por la Democracia.
Carpinteiro encabezó la lucha civil y exigió
al gobierno de Arturo Montiel durante año y medio castigo para los
dirigentes de Antorcha Campesina, considerados copartícipes de los
hechos violentos de 2000 en los que La Loba fue protagonista.
En Ixtapaluca la situación es más complicada
para los perredistas, aunque hay expectativas por los escándalos
de los dirigentes cetemistas, acusados de asesinar e inhumar clandestinamente
a dos guardaespaldas de Adolfo Toledano -hasta hace unas semanas dirigente
regional de esa central obrera- y de su hermano Roberto, tercer regidor
del ayuntamiento. Además, tendrá que hacer frente a Antorcha
Campesina, una de las organizaciones priístas violentas.
En el sur de la entidad, al amparo de la figura del gobernador
Lázaro Cárdenas Batel en el colindante estado de Michoacán
los perredistas tienen elevadas expectativas de triunfo, circunstancia
que no ha estado exenta de enfrentamientos con los priístas.
En Tejupilco, el ex dirigente de la Confederación
Nacional Campesina local, Isael Villa Villa, se enfrentará a Crescencio
Suárez Escamilla. Una condición similar se vive en Amatepec,
donde el PRD postuló al ex priísta Diego Barrueta, quien
también fue desplazado por los priístas. Los del sol azteca
apuestan a retener Zacazonapan, Tlatlaya e Ixtapan del Oro.
Los atencos
San Salvador Atenco requirió un tratamiento especial.
El comité ejecutivo conformó un grupo evaluatorio que dialogó
con el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), principal organización
que se opuso a la construcción del aeropuerto en Texcoco. Los perredistas
ofrecieron la candidatura, pero el FPDT rechazó la invitación
y designó a Germán Núñez.
Tanto en Acolman como en Teotihuacán -y al parecer
Otumba- se prevé que el PRD repita sus triunfos. En el corredor
azul, los perredistas fincan sus expectativas en Huixquilucan, Tultitlán
e, incluso, Naucalpan. En el primero de ellos hubo inconformidad por la
designación del ex priísta Alvaro Flores Rojas, conocido
como el líder de Los rudos, un grupo de golpeadores que con
la fuerza mantuvieron posiciones políticas en el ayuntamiento. Incluso
el líder moral perredista en la región, Hilario García,
anunció que abandonaría a los perredistas.
En Naucalpan, Francisco Robles Berlanga, hermano de la
dirigente nacional, fue designado candidato, contra la opinión del
comité estatal, que buscó hasta el fin la candidatura del
líder de burócratas David Parra. Aquí la apuesta es
a la conjunción de los desprendimientos priístas como el
propio Parra y Luis René Martínez, inconformes con la designación
del joven César Gómez.
Con Juan Antonio Preciado hay cierto margen de certidumbre
para que el PRD triunfe en Tultitlán, otro de los ayuntamientos
del corredor azul marcado por un escándalo en los años
recientes, el del alcalde y actor José Antonio Ríos Granados.
De los resultados mexiquenses dependerá no sólo
el apoyo que el perredismo tendrá el 6 de julio, sino sus posibilidades
de acercarse a panistas y priístas y disputar, con margen de triunfo,
la gubernatura en un par de años.