Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 21 de febrero de 2003
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Espectáculos
Leonardo García Tsao

Los peligros de la emigración

La semana pasada ocurrió algo insólito en la cartelera capitalina: por pura casualidad, se estrenaron dos realizaciones de sendos cineastas chinos: Deseando amar, de Wong Kar-Wai, y Mátame suavemente, de Chen Kaige.

Aquí cabe abrir un paréntesis para aclarar, una vez más, la cuestión nominal. Los chinos escriben su nombre anteponiendo el apellido -monosilábico- a su nombre propio -bisilábico, por lo general. Entonces, hablar del cine de Kar-Wai se antoja tan confianzudo como decir el cine de Federico, para referirse a Fellini. La regla cambia, obviamente, cuando la persona anglifica su nombre, como John Woo o Edward Yang.

Por desgracia, la obra de Chen Kaige -o Kaige Chen, por decirlo a nuestro modo- no ha sido difundida en nuestro país. Antes de Mátame suavemente, su primer trabajo para una productora hollywoodense, sólo se había exhibido su obra maestra Adiós a mi concubina (1991) en una muestra y en cineclubes, sin el privilegio de una corrida comercial (al parecer, la Filmoteca de la UNAM compra películas para ese tipo de estrenos y luego las embodega). El resto de su filmografía permanece inédita aquí, lo cual es una lástima si consideramos que Chen fue el primer director de la llamada Quinta Generación del cine chino en conseguir prestigio internacional en 1984, gracias a su opera prima, Tierra amarilla, (cuya fotografía se debe a Zhang Yimou, quien tres años después se volvería su principal rival al dirigir Sorgo rojo).

Desde entonces, Chen ha mostrado sobre todo un llamativo virtuosismo formal en cintas tan diversas como El rey de los niños, La vida en un hilo y El emperador y el asesino (he traducido literalmente sus títulos en inglés; casi siempre el título chino es diferente al utilizado en occidente). Capacidad que quizá fue decisiva a la hora de ser contratado por Hollywood. Sin embargo, el pobre resultado demuestra qué tanto el realizador se encontraba fuera de su elemento. No en balde el estreno de Mátame suavemente se retrasó un año en algunos países de Europa y Asia, mientras que en el mercado estadunidense se difundió exclusivamente en video.

Basada en una novela de Nicci French sobre una relación signada por el sadomasoquismo, la película intenta ser un thriller erótico en el cual una ingenua gringa llamada Alice Loudon (Heather Graham) es seducida por el montañista inglés Adam Tallis (Joseph Fiennes) tras un encuentro casual en una calle londinense. La seducción precede de inmediato al coito apasionado y salvaje -lo que significa hacerlo en el piso y sobre una mesa, nunca una cama- y la chica decide abandonar a su aburrido novio futbolero, para colmo eyaculador precoz. Aunque hay antecedentes dudosos sobre Adam -su prometida murió en un accidente de alpinismo- Alice acepta su propuesta matrimonial justo después de que él le ha puesto una brutal golpiza a un frustrado ladrón.

Chen trabaja sobre la misma situación explorada por Hitchcock en La sospecha (1941), es decir, una mujer suspicaz del posible carácter homicida de su cónyuge, pero es evidente que el género le resulta ajeno. A media película se revela que Alice le ha contado la historia de su conflictiva relación a un policía (Ian Hart) y no a un sicoanalista, como debiera ser, pues la protagonista exhibe tan poca intuición (o materia gris) que necesita algún tipo de orientación sicológica. Para cuando ella le pide ayuda a su enigmática cuñada Deborah (Natascha McElhone), el público ya ha adivinado cuál es la verdadera naturaleza de un personaje que no cumple otra función en la historia fuera de ofrecer una resolución truculenta. Por cierto, el hecho de trabajar en un idioma extranjero le ha impedido al director modular a sus actores: Graham y Fiennes bordean el ridículo en su interpretación de una pareja entregada al sexo peligroso.

Si bien, Chen exhibe sus dotes técnicas a lo largo de Mátame suavemente, es demasiado formalismo para tan poca cosa. No se puede cocinar un churro como si fuera un pato a la Pekín. El espectador interesado haría bien en evitar este título y tratar de encontrar su obra previa, por lo menos en video.

Mátame suavemente

(Killing Me Softly)

D: Chen Kaige/ G: Kara Lindstrom, basado en la novela de Nicci French (seudónimo de Nicci Gerard y Sean French)/ F. en C: Michael Coulter/ M: Patrick Doyle/ Ed: Jon Gregory/ I: Heather Graham, Joseph Fiennes, Natascha McElhone, Ulrich Tomsen, Ian Hart/ P: The Montecito Picture Company. EU, 2001.

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