Destruyó a finales de los 90 cosechas de arroz y maíz modificados genéticamente
Espera Bové indulto para librar la cárcel
Ocho sindicatos le pidieron al presidente Chirac que otorgue el perdón al activista
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Paris, 19 de febrero. El activista francés José Bové, quien cobró fama mundial por su lucha contra la comida chatarra y la globalización, está en medio de una nueva batalla: un indulto presidencial que lo salve de tener que pasar más de un año en la cárcel.
En una carta enviada el miércoles al presidente francés, Jacques Chirac, ocho sindicatos franceses pidieron el perdón para Bové, quien destrozó cosechas modificadas genéticamente en una serie de protestas que realizó a finales de la década de los 90.
Los sindicatos dicen que los ataques de Bové contra las cosechas de prueba de maíz y arroz en 1998 y 1999, por los cuales el activista fue sentenciado a 14 meses de prisión, no deberían ser considerados actos de vandalismo sino un intento gremial para expresar la oposición de los campesinos a las cosechas modificadas genéticamente.
"Esta acción tuvo impacto en todo el mundo porque se hizo eco de preocupaciones legítimas entre los ciudadanos sobre la globalización y nuestras economías. El mundo vio a Francia y al francés como defensores de una idea de la humanidad, del medio ambiente", argumentaron los sindicatos en su misiva.
Bové, campesino con grandes bigotes y fumador de pipa, catalogado por algunos como el Robin Hood francés, pasó seis semanas en prisión el año pasado por atacar un restaurante de la cadena de comidas rápidas McDonald's, en protesta por los aranceles impuestos por Estados Unidos en respuesta a una prohibición de la Unión Europea para importaciones de carne estadunidense tratada con hormonas.
En la carta a Chirac los sindicatos dijeron que el encarcelamiento de Bové por su protesta contra las cosechas modificadas genéticamente arruinaría su reputación de ciudadano que expresa las preocupaciones que comparten personas en todo el mundo.
Aunque el más alto tribunal francés desestimó en noviembre una apelación presentada por Bové, una corte en la sureña ciudad de Montpellier tiene previsto decidir a finales de febrero cuándo debe cumplir su sentencia de 14 meses de prisión. Sólo un indulto presidencial puede evitar que vaya a la cárcel.
Las cosechas modificadas genéticamente son algo común en Estados Unidos, pero Francia y otros países europeos son reticentes a permitirlas. Las encuestas reflejan una gran resistencia pública a la aplicación de la tecnología en las cosechas.
Quienes la apoyan dicen que aliviará las necesidades de los más pobres en todo el mundo, pero los que la rechazan dicen que podrían dañar a los seres humanos y a la flora y fauna al provocar una diseminación descontrolada de genes modificados.
El perdón solicitado por Bové es apoyado por muchas personas. En enero, un grupo de actores, científicos y políticos franceses destrozó un campo de prueba de cosechas modificadas genéticamente cerca de París en apoyo al activista.