"Como decía el poeta, es preferible llenar
corazones con amor que tumbas con flores"
Resortes cumple 87 años con la esperanza
de que no haya guerra
Espera tranquilo a la Señora de negro,
aunque de la impresión cree que se le escapará un aaay
mamachiita Espera integrarse en breve al elenco de la telenovela
El mundo de los niños
RAMIRO GOMEZ LUENGO ESPECIAL PARA LA JORNADA
Acompañado siempre de su pareja favorita, la diosa
fortuna, Adalberto Martínez Resortes le hizo de nuevo el
feo a la huesuda y, tras sortear en menos de tres meses una operación
de próstata, y una neumonía, cumplió este 26 de enero
87 años con una sola esperanza: "que no haya guerra".
"No me importa quién quiera gobernar al mundo,
al fin y al cabo éste sólo le pertenece a Dios, pero ruego
para que la guerra no llegue y podamos disfrutar el único don que
tenemos: la vida."
Entrevistado por vía telefónica desde la
intimidad de su hogar, debido a que los médicos le han prohibido
estar en contacto con demasiada gente ante el temor de que pueda contraer
una nueva infección, Resortes agradeció el cariño
de todo el pueblo.
"Dios
me dio la fuerza para seguir adelante y debo agradecer todas las muestras
de cariño que recibí, pero sobre todo el apoyo y amor incondicional
de mi mujer Josefina, quien se ha convertido en mis ojos, mi boca y mi
mente, así como mi enfermera, claro."
Con una trayectoria profesional de 72 años, que
abarca 116 películas, así como incontables apariciones en
carpa, radio, teatro y televisión, El Chino, como le decían
de chamaco en su natal Tepito, actualmente sólo tiene una esperanza:
"que la gente de Televisa transmita mi película Hora y media
de balazos.
"Este filme contiene el mensaje que le quiero dar no sólo
a mi México, sino a todos los habitantes del mundo, porque después
de haber estado tan cerca de aventarme un danzón con la huesuda
se me hace una injusticia llegar a mi casa y enterarme al escuchar las
noticias que no aprendemos, que no podemos amarnos los unos a los otros
y que casi casi el único camino es sonarle al vecino."
La trama es de lo más sencilla, explica: un presidente
municipal, prepotente y corrupto como todos los que se creen poderosos,
decide apropiarse del pozo que surte de agua a los pueblos de la región,
a fin de venderla a precio de oro. "Es ahí cuando hace su aparición
el muchacho de la película, en este caso yo, que no sólo
logro meter en cintura al aprendiz de tirano y reparto el agua entre la
gente, sino que además me quedo con la muchacha.
"¿Moraleja? los viejos y los niños son los
únicos que sufren en la guerra, mientras que los jóvenes
ponen los muertos para satisfacer los caprichos de gente enferma y sin
escrúpulos."
Resortes, quien debe su apodo a su hermano Carlos,
que le puso así por la forma en que movía las piernas, prometió
solemnemente ya no salir a dar caminatas sin abrigarse, pero no pudo comprometerse
a dejar de recibir homenajes, los cuales le llovieron a finales de 2002,
" ya que si bien me agotaron, cansaron y extenuaron, la verdad es que sentí
muy bonito".
Confinado al interior de su casa por prescripción
médica, el Flaco Espontáneo pasa la mayor parte del
tiempo en su estudio, donde tiene un sofá cama desde el cual, rodeado
de sus más preciados recuerdos, mata el tiempo viendo las noticias
y leyendo el último libro del papa Juan Pablo II.
"Le juré a Josefina que iba a dejar de ser necio
por un rato, así es que no salgo ni al jardín, me tomo puntualmente
todas mis medicinas y sólo me permito un pequeño relax
cuando hago mis ejercicios de cla, cle, cli, clo, clu."
Invadido por la nostalgia, El Che che recuerda
que se inició en 1931, cuando debutó en la obra Emiliano
Zapata, escenificada en el viejo teatro Hidalgo, en la cual no duró
mucho debido a un pequeño error de vestuario que cometió
el mismo día del estreno.
"Tenía que disfrazarme de campesino morelense,
pero se me hizo fácil ponerme sombrero de charro y bigotes, por
lo que cuando salí al escenario me exigieron de inmediato que hiciera
mutis, ya que la gente estaba sacada de onda porque había dos Zapatas...
el protagonista y yo."
Uno de seis hermanos enteros, -y es que mi jefe
era muy inquieto y nos dio otros seis medios hermanos-, se declara orgulloso
de haber pertenecido al mejor gremio artístico que ha tenido México:
el de los carperos.
"Trabajé en todas las carpas habidas y por haber,
tanto en la capirucha como en provincia, pero iba acompañado de
otro muchacho, el cual tocaba el clarinete, y con quien tenía montado
un número de tap; nos conocían como Los Espontáneos."
Resortes destaca lo magnífico, pero al mismo tiempo
aleccionador que fue haber sido parte de lo que el llama el Sindicato Unico
de Carperos, entre cuyos miembros destacaron Cantinflas, Clavillazo,
Palillo, Borolas y Harapos, "ya que ahí te
forjabas al calor de las mentadas de madre de un público entregado
pero cabrón, que jamás te iba a dedicar un aplauso sólo
por compromiso.
"Luego de que nos separamos, me pasé un rato largo
trabajando como El Flaco Espontáneo, pero algo dentro de
mí me decía que ese nombre nomás no, por lo que le
pedí a mi hermano Carlos que me sugiriera algo, y que nace Resorte
Resortín de la Resortera, para servirle a usted aquí
y donde sea, pero no por donde quiera."
Fue en 1946 cuando Resortes entró al mundo
del cine al interpretar un breve papel en la película Voces de
primavera, dirigida por Jaime Salvador, lo que significó el
inicio de una vasta carrera que incluye filmes ya clásicos, como
Suerte te dé Dios, Baile mi rey, Hora y media de balazos, El
beisbolista fenómeno y Los albañiles, sólo
por hacer una brevísima semblanza.
"Todas las películas en las que he participado
guardan un significado especial para mí, independientemente de si
fueron buenas, malas o peores, pero estando en mi estudio no puedo olvidar
Los albañiles, la cual me valió recibir un Ariel,
que en estos precisos momentos me está guiñando un ojo."
En vida hermano, en vida
El rey del baile cuenta como uno de sus mayores
privilegios el saberse bien querido no sólo en México, sino
también en América Latina, España y el sur de Estados
Unidos, lugares que ha visitado constantemente para recibir homenajes que
considera inmerecidos, "puesto que sólo estaba haciendo mi trabajo:
divertir a la gente.
"Tengo un grato recuerdo del homenaje que se me hizo el
pasado 2 de diciembre en la Cineteca Nacional, no tanto porque fue mi última
aparición pública, sino por la regañiza que me puso
el doctor, ya que me acababan de operar de la próstata y debía
guardar absoluto reposo, pero ni modo que le fallara a mi pueblo."
Ese día, al hacer uso de la palabra frente a un
atestado auditorio, el Flaco Espontáneo insinuó que
si ya estaba de Dios acudir a su llamado, él lo acataría,
lo que suscitó un rotundo y emotivo no de los asistentes, haciendo
que las lágrimas rodaran por su rostro.
"Lo más lindo de tantas atenciones es que estoy
vivo para disfrutarlas, porque siempre he pensado que el poeta tenía
razón cuando decía que es preferible llenar corazones con
amor que tumbas con flores."
Aunque no puede retomar aún sus rutinas de baile,
que han sido para él el gran secreto de su enorme resistencia física,
el autor oficial de Así se baila el mambo muchachos, según
expresó alguna vez el mismísimo Dámaso Pérez
Prado, espera en breve reintegrarse al elenco de la telenovela El mundo
de los niños, "porque sólo muerto dejaré de trabajar".
"Estas dos semanas que me aventé hospitalizado
me sirvieron para meditar a lo grande acerca de lo que ha sido mi vida
y verdad de Dios que no tengo nada de qué arrepentirme, porque todo
lo hice de corazón.
"Más tarde que temprano vendrá la señora
de negro, pero la espero con el espíritu tranquilo, aunque puede
ser que de la impresión se me escape un ¡Aaaaay mamachiiiiita!"