Piden recordar el no de millones de españoles a la guerra
Opositores niegan apoyo a la versión de Aznar sobre el acuerdo de la UE
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 18 de febrero. El gobierno de España y la oposición volvieron a enfrentarse hoy en el Congreso de los Diputados por el tema iraquí: el jefe del Ejecutivo, José María Aznar, pidió que se apoye el texto acordado la víspera por la Unión Europea, que según él recoge la postura de la carta de los ocho países que apoyaron a Estados Unidos, mientras las fuerzas opositoras transmitieron el mensaje de millones de personas que el pasado sábado salieron a las calles para decir "no a la guerra".
Un mensaje que, dijo la oposición, Aznar debe transmitir al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en la reunión que mantendrán el 22 de febrero en Texas.
Aznar presentó ante el Congreso de los Diputados un texto de resolución similar al que aprobó ayer la UE, que para él "coincide absolutamente" con la carta de los ocho países europeos en apoyo a Estados Unidos, aunque la misiva no fue mencionada en el texto, y en cambio sí fue criticada por Bélgica y Alemania.
Después de varias horas de agrio debate, el texto propuesto por Aznar sólo fue apoyado por el Partido Popular (PP, derecha, en el gobierno) y por sus socios, los nacionalistas catalanes de Convergencia i Unio (CiU), aunque éstos manifestaron su inquietud ante la "ambigüedad" del texto. De todos modos, aunque el jefe de gobierno no logró el consenso, su partido cuenta con mayoría absoulta en la cámara baja. El resto de las fuerzas parlamentarias -el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Izquierda Unida (IU), el Partido Nacionalista Vasco, Coalición Canaria y el Grupo Mixto (que congrega a nacionalistas catalanes, gallegos y vascos)- negaron su apoyo al texto, aunque con una abstención, mientras que IU y el Bloque Nacionalista Galego del Grupo Mixto votaron en contra.
En el segundo debate parlamentario en torno a Irak desde que inició la crisis,y durante el cual una docena de personas mostraron carteles contra la guerra antes de ser desalojados, Aznar cambió ligeramente su tono beligerante, pero no su postura, al insistir en que el régimen de Saddam Hussein es "el único responsable" de un eventual bombardeo contra su país, y reiterar que existen "conexiones entre el régimen iraquí y organizaciones terroristas internacionales", si bien no precisó ni las fuentes ni los documentos que acrediten tal afirmación.
Sostuvo también que la "paz es posible" siempre y cuando "el dictador iraquí respete las resoluciones de la ONU y permita trabajar a los inspectores en el desarme", y afirmó que la única forma de lograr esto es "la firmeza" con el régimen de Bagdad.
Gracias al cambio de última hora del formato del debate, en el que el gobierno permitió la réplica, el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, advirtió que el "gobierno no va a tener consenso si apoya un ataque unilateral, un ultimátum injustificado".
Rodríguez Zapatero también criticó a Aznar por haberse quedado solo en el seno de la UE al convertirse en un motivo de división, por su impulso a la carta de apoyo a Bush que signaron otros ocho mandatarios europeos, entre ellos el británico Tony Blair y el italiano Silvio Berlusconi. "Un gobierno responsable es el que va a ver a Bush y le comunica lo que pide la mayoría de los ciudadanos", dijo, y recordó que "hasta ahora no ha habido pruebas de que Irak esté en condiciones de ser amenaza inminente y grave".
Además, el líder de la oposición pidió a Aznar explicaciones sobre el uso por parte del ejército de Estados Unidos de las bases militares de Rota y Morón de la Frontera, que en días recientes han tenido intenso movimiento de aviones y soldados. Aznar respondió que "el uso de las bases españolas no ha sobrepasado los términos del acuerdo bilateral" firmado en 1991.
El líder del PSOE señaló además que "el pueblo español no apoya una guerra por beneficios, pues el pueblo español es decente", al referirse a la declaración hecha aquí la víspera por Jeb Bush, gobernador de Florida y hermano del mandatario estadunidense, quien sostuvo que a pesar de las dudas que despierta el apoyo incondicional de Aznar a Bush, éste traerá "beneficios que no se pueden imaginar ahora".
A su vez, el líder de IU, Gaspar Llamazares, acusó al mandatario de aliarse con la "extrema derecha estadunidense por puros intereses y por el petróleo", mientras el vocero del Partido Nacionalista Vasco en el Congreso, Iñaki Anasagasti, pidió a Aznar que pregunte a Bush por la situación del único español preso en Guantánamo, donde se encuentra recluido sin juicio ni proceso acusado por Estados Unidos de tener vínculos con Al Qaeda y el régimen talibán.
Durante el debate, por otro lado, el mandatario se negó a manifestar su posición ante el alzamiento fascista que desencadenó la Guerra Civil española (1936-1939) e impuso la dictadura franquista, cuando se lo pidió Llamazares.