Cartonistas montan muestra de repudio frente
a la sede diplomática de Washington
Artistas y ONG pintan su raya ante el belicismo
del gobierno estadunidense
Edgar Cortez denuncia el cinismo de la Casa Blanca
Amnistía Internacional alerta sobre los derechos de 21 millones
de iraquíes que podrían ser desplazados por la guerra
MARIA RIVERA
Representantes de la comunidad artística del país,
así como organizaciones no gubernamentales (ONG), continuaron ayer
sus acciones de repudio al posible ataque estadunidense contra Irak. El
realismo es palpable. Pintores, actores, caricaturistas y ONG son conscientes
de que la solución de fuerza es inminente, pero no por eso renuncian
a la posición ética que ha unificado a los pacifistas del
mundo y que repiten una y otra vez: "¡no a la guerra, no en nuestro
nombre!"
Ayer al mediodía, frente la embajada de Estados
Unidos, Amnistía Internacional, el Centro de Derechos Humanos Miguel
Agustín Pro Juárez, la organización ambientalista
Greenpeace, así como miembros de la comunidad cultural "pintaron
su raya" ante los preparativos belicistas del país vecino. Mientras
los caricaturistas y pintores creaban una muestra colectiva de repudio,
el resto de las personalidades trazaron un mensaje simple, pero contundente:
"¡Guerra no!"
En los discursos centrales del acto, Edgar Cortez, del
Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, informó
que hace una semana el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados
recibió una notificación de Estados Unidos, de que haría
una entrega de 19 millones de dólares en previsión de los
efectos de un conflicto armado en aquella región. "Es un acto de
cinismo. Anuncian que van a dar ese dinero por el posible desplazamiento
de civiles que ellos mismos provocarían. Por eso decimos, no la
guerra, sí a la diplomacia, sí a la búsqueda de soluciones
dialogadas y sí a la paz."
El activista continuó: "No podemos permitir que
una sola voluntad, la de Estados Unidos, obligue a toda la humanidad a
ir a una confrontación bélica. El papa Juan Pablo II decía
hace unos días que la guerra no es resultado de la fatalidad, sino
el fracaso de la humanidad, y es verdad. Si ocurre, una de las principales
víctimas seguramente serán los derechos de hombres, mujeres
y niños en amplias regiones del mundo".
Carlos Gómez, director de Amnistía Internacional
(AI) en México, indicó Estados Unidos no es el país
que puede dar un mejor ejemplo en materia de respeto a los derechos humanos.
"Por eso pedimos ante la sede diplomática de ese país que
el presidente Bush no actúe en nuestro nombre ni con el argumento
de que quiere defender los derechos de la humanidad. Pedimos al Consejo
de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que en
sus resoluciones haga referencia específica a los 21 millones de
iraquíes que podrían verse afectados por una acción
militar. Y que así como hay personal para examinar un desarme de
Irak, también es importante la presencia de observadores derechos
humanos que garanticen que estas acciones se realicen en el marco del respeto
a las normas internacionales".
Gómez
hizo énfasis en el impacto humanitario que puede tener la guerra.
Recordó que en 1991 más de 2.5 millones de iraquíes
tuvieron que refugiarse en Irán y que en los conflictos armados
actuales nueve de cada 10 víctimas son población civil. "Es
importante que el mundo esté pendiente de los civiles que no aparecen
muy visibles en las resoluciones del Consejo de Seguridad. Por eso AI ha
enviado una misión a aquel país, aunque aún no logra
ingresar, sin embargo, algunos de sus integrantes están en Irán
a punto de cruzar la frontera. Hay que tener información de primera
mano".
A su vez, la organización ambientalista Greenpeace
recordó el costo de la guerra del Golfo y los posibles efectos de
un nuevo conflicto armado. En 1991 murieron 200 mil iraquíes y la
mayor parte de los suministros de agua y energía que fueron destruidos
aún no han sido reparados. Además, a consecuencia de aquella
confrontación la población civil tiene la alimentación
racionada, por lo que de producirse un nuevo enfrentamiento se desataría
una crisis. Tan sólo en disturbios y enfermedades por hambre se
prevén 250 mil muertos. Y, si la guerra se intensificara y se utilizaran
armamentos químicos o nucleares, posibilidad admitida por el presidente
de estadunidense, George W. Bush, y el primer ministro británico,
Tony Blair, la cantidad de víctimas podría elevarse a 4 millones
y la contaminación tóxica y nuclear afectaría varias
generaciones.
Entre los artistas plásticos que participaron en
la acción se encontraban los caricaturistas de La Jornada
Antonio Helguera y Rafael Barajas, el Fisgón. Mientras reproducía
el cartón recién publicado en este diario, donde se da cuenta
de la impecable lógica del presidente estadunidense: la sangre es
un recurso renovable, mientras que el petróleo no, Helguera explicó
que aunque es escéptico sobre el impacto de las manifestaciones,
no es posible dejar de participar.
"Lo único que podemos decir es que no en nuestro
nombre. Lo que quieren hacer es atroz. Por referencias sé que Irak
es un país más pobre que el nuestro, desértico, en
ruinas, y estos salvajes quieren experimentar ahí sus armas modernas
y hasta son capaces de lanzar una bomba atómica. Realmente estamos
en un nivel de barbarie impresionante, y todo en nombre del negocio del
petróleo y de los medios de comunicación, porque también
éstos necesitan la guerra para elevar ratings y tarifas de
publicidad."
A unos pasos, El Fisgón coincidía
con esta visión. "De todas las guerras que hemos vivido en los años
recientes ésta es la más siniestra, porque ha sido planeada
y el móvil es inocultable: el petróleo. Es clásico
ejemplo del libre comercio. Por eso toda acción que sea en su contra
es bienvenida y hay que apoyarla. Quisiera vehementemente que el gobierno
de México mantenga una posición en contra; sería una
vergüenza nacional que no fuera así. Si Estados Unidos decide
emprender la guerra, que quede claro que es una acción unilateral,
sin nuestra anuencia. Por eso hay que convocar a toda la ciudadanía
a participar convencidamente en la marcha en contra de la guerra este sábado".
El caricaturista José Hernández señaló
que toda guerra es absurda, estúpida e injustificable, pero en este
caso es peor, porque las razones que esgrimen los guerreristas son hipócritas
y no hablan de su verdadero móvil, que es el petróleo. Como
aportación a la colectiva, Hernández elaboró una caricatura
de George W. Bush enfundado en una gabardina, de la que sobresalía,
en un sitio estratégico, un enorme misil. "Porque el gobierno de
Estados Unidos presume de lo que carece: inteligencia, obviamente."
La actriz Sasha Sokol advirtió: "No creemos en
el terrorismo, que es el pretexto que Estados Unidos ha manifestado, pero
tampoco creemos que la violencia acabará con la violencia. Una agresión
armada lo único que va a provocar es que muchas personas quieran
suicidarse por sus ideales. Creo que se le debe seguir dando tiempo a los
inspectores de la ONU y que hay que regirnos por esta organización".
Respecto a la poca participación de los actores en las protestas
fue concisa: "No sé si haya un poco de miedo o algo peor: ignorancia.
Pero me parece fundamental que nos unamos como gremio ante este conflicto".
Astrid Hadad resumió el por qué de esta
protesta: "Muchas personas han de pensar que estamos demasiado lejanos
del lugar del conflicto, pero una guerra de esta magnitud nos afectaría
a todos. Si se permite esta agresión cualquier país puede
ser sujeto de una intervención armada en cualquier momento. Por
eso esta guerra nos concierne a todos".