TOROS
Revelan otra escandalosa estafa durante la corrida
de aniversario de la México
Con guaruras, Herrerías y Ponce alteraron el
sorteo aprobado por el juez
Ayer, toros muy bien presentados de San Marcos; tres
mansos Gustó El Conde
LUMBRERA CHICO
Cinco días después de la corrida por el
57 aniversario de la Monumental Plaza Muerta (antes México), muchos
aficionados aún se preguntan cómo fue posible que el segundo
toro de la tarde, en vez de un ejemplar de la ganadería de Reyes
Huerta, que por sorteo le había tocado al valenciano Enrique Ponce,
saliera el que había sido encajonado como primer reserva, correspondiente
al hierro de Julio Delgado. Una investigación periodística
realizada ayer acabó con el misterio.
De
acuerdo con los datos recabados por La Jornada, el pasado miércoles,
después de la una de la tarde, cuando finalizó el encajonamiento
de los 10 bovinos, la zona de toriles de la plaza fue tomada por
ocho personas que se presentaron como "personal de seguridad". Cuando murió
el primero de la tarde, estos individuos -por instrucciones de Victoriano
Valencia, apoderado de Enrique Ponce, y Juan Castañeda, empleado
de Rafael Herrerías- abrieron la puerta del cajón del toro
de Julio Delgado, lo metieron al calentadero, le clavaron la divisa de
Reyes Huerta y lo dejaron listo para saltar a la arena.
Los torileros encargados de realizar esta maniobra y que
se disponían a soltar al de Reyes Huerta nada pudieron hacer ante
los guaruras de Herrerías y Ponce. En la puerta de toriles, mientras
tanto, fue colgada la pizarra que anunciaba el nombre, el peso y el número
del animal de Reyes Huerta que había aprobado el juez, pero en cambio
irrumpió el de Julio Delgado y nadie protestó en el momento.
No lo hizo el juez de callejón, que tiene la obligación
de cotejar que el número marcado a fuego sobre el costado del toro
sea el mismo que exhibe la pizarra y la tarjeta de sorteo. Tampoco reclamó
el apoderado de Ponce, ni Eulalio López El Zotoluco, quien
pudo hacerlo como director de lidia que era. Tampoco dijeron nada El
Juli ni Luévano, a quienes les correspondía el derecho
de inconformarse dado que Ponce estaba burlándose de ellos y actuando
con alevosía y ventaja. Pero el principal responsable, sin duda,
fue el juez Ricardo Balderas, quien al darse cuenta del atropello debió
ordenar que el rumiante de Julio Delgado fuese devuelto al corral y sustituido
por el de Reyes Huerta.
Ante esta situación, la Comisión Taurina
del Distrito Federal externó que multaría a la empresa de
Herrerías con una cantidad que hasta ayer no había sido determinada.
Sin embargo, a la luz de estas revelaciones, debería sancionar por
igual a Victoriano Valencia por su complicidad en esta estafa, a Ricardo
Balderas, al inspector de callejón, a El Zotoluco, El Juli
y Luévano como corresponsables. Entre el personal de toriles, trascendió,
hay un profundo sentimiento de agravio porque "vinieron a humillarnos y
a burlarse de nuestra plaza justo en el día del aniversario".
Mientras tanto, durante el decimosexto festejo de la Estafa
Grande 2002-2003, en el que hicieron el paseíllo Mariano Ramos,
el madrileño Roberto Antolín y el tapatío Alfredo
Ríos El Conde, los seis toros de San Marcos fueron aplaudidos
por su hermosa lámina y sus imponentes cornamentas. Empero, sólo
mostraron bravura el primero, Trapecista, cárdeno de 472,
y el segundo, Payaso, cárdeno nevado precioso de 470.
Mariano Ramos estuvo empeñoso, Antolín desperdició
su lote y El Conde mostró afición y avances con la
muleta.
Utilidades y pérdidas
Domingo 9 de febrero de 2003
IEspectadores |
4,000 |
Ingresos netos |
280,000 |
Egresos |
|
Mariano Ramos |
100,000 |
El
Millonario |
70,000 |
El
Conde |
40,000 |
Ganado |
200,000 |
Otros |
1,000,000 |
Subtotal |
1,410,000 |
Utilidades |
------------- |
Pérdidas |
1,130,000 |
Pérdidas anteriores |
10,856,000 |
Pérdidas acumuladas |
11,986,000 |
|