LETRA S
Febrero 6 de 2003

Noviazgo: amor y violencia

María de la Luz Estrada Cuando pensamos en el amor durante el noviazgo, ¿a qué nos remite?... quizá se nos vendría la imagen de alguna persona especial, de momentos gratos o de experiencias que nos han dejado huella, pero pocas veces pensamos que el amor como se nos ha enseñado nos puede conducir también a relaciones destructivas. ¿Qué es lo que hace que se viva de una manera creativa o dolorosa la relación afectiva del noviazgo? A lo largo de nuestras vidas hemos ido aprendiendo qué debemos y podemos hacer según nuestro sexo, lo que conlleva a pensar que nuestra conducta afectiva, diferenciada entre hombres y mujeres, es natural.

Pero no es así, sino aprendida a través de un proceso de socialización en donde se nos trasmiten una serie de creencias y valores que comienza en la familia, continúa en la escuela, en nuestro grupo de amigos, en la religión, los medios de comunicación, etc. En el aprendizaje de los vínculos afectivos, llámese uno de ellos amor, esta diferencia también está presente en tanto introyecta una serie de códigos precisos para cada uno de los sexos: los varones aprenden a ejercer las artes de la conquista y las mujeres las de la seducción; a los hombres se les enseña el amor sólo como una parte de su vida, mientras que a las mujeres se les enseña como el sentido y el fin último de su vida.

El concepto de amor, entendido como entrega total, ha sido cargado de múltiples sentidos generando con ello abuso, manipulación, posesión y dependencia por la falta de individuación de las personas. Como nos podemos dar cuenta, la parte afectiva y la idea que tenemos del amor tienen significados y pesos distintos para cada sexo, ya que su contenido, sus lenguajes y manifestaciones son también particulares. Así, en nombre del amor se cometen una serie de abusos de tipo físico y emocional, sobre todo de los varones hacia las mujeres, aunque habrá de reconocerse que también se da a la inversa.

Algunas de las conductas frecuentes que pueden ser consideradas signos de violencia en el noviazgo son:

 Amenazar con terminar la relación, pero no hacerlo.

 Prohibir que continúe relaciones de amistad, por completo o parcialmente, con su familia, compañeros de estudio o trabajo.

 Negarle la posibilidad de iniciar o continuar su pertenencia a grupos culturales, artísticos o políticos.

En Católicas por el Derecho a Decidir consideramos que debemos desaprender los códigos afectivos que asignan comportamientos diferenciados para cada sexo generando relaciones inequitativas. También creemos que el amor no debe ser fuente de violencia ni sinónimo de sacrificio y pérdida de la persona, porque no es cierto que ama más la persona que da todo y soporta todo sin pedir nada a cambio.

El amor que debemos promover es aquel que nos dé vida y no muerte, es el amor inteligente en las relaciones de noviazgo que promueve libertad y respeto, ya que incorpora el deseo de que la persona amada crezca y desarrolle su potencial y eleve su autoestima.
 
 

Coordinadora del Área de Jóvenes de Católicas por el Derecho a Decidir, A.C.