Colgaron una manta en el Angel de la Independencia
Reprime la policía a opositores al TLCAN
A golpes, los uniformados desalojaron a 19 activistas Nadie puede entrar por la fuerza a un monumento histórico, advierte el titular de la SSP
SUSANA GONZALEZ Y ANGEL BOLAÑOS
En el aniversario 86 de la promulgación de la Carta Magna, un grupo de manifestantes se introdujo en la columna del Angel de la Independencia para colgar en el balcón superior una manta contra el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), antes de ser desalojado por la policía capitalina a golpes y empujones.
Unos 200 granaderos, policías turísticos y sectoriales de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) se desplazaron a la zona y detuvieron a 19 jóvenes, la mayoría estudiantes universitarios, entre ellos una mujer y el abogado laboral Héctor de la Cueva. Cinco de los detenidos subieron hasta el mirador de la columna, tras romper con un mazo y una varilla la chapa de la puerta. Luego, colgaron del balcón una manta negra, de la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio; los demás fueron aprehendidos en la parte baja del monumento o cuando trataron de impedir que sus compañeros fueran subidos a las patrullas y páneles de la SSP.
Sin embargo, el agente 50 del Ministerio Público no encontró elementos para tipificar esos actos como un delito, por lo que fueron trasladados al séptimo juzgado cívico, donde se les impondría una sanción administrativa consistente en una multa o varias horas de arresto.
La trifulca se inició cerca del mediodía, y los golpes y empujones abundaron entre manifestantes y granaderos, quienes utilizaron sus escudos y toletes para imponerse; aun así ninguna persona resultó herida ni requirió ser hospitalizada, aunque varias sufrieron lesiones leves.
Desde el martes la policía tuvo conocimiento de que el Comité Mexicano de la Campaña Continental Contra la Creación del Area de Libre Comercio de las Américas y otras organizaciones realizarían un mitin en la glorieta del Angel.
El zafarrancho motivó el cierre de Paseo de la Reforma y las calles Florencia y Río Tíber durante 20 minutos. Decenas de manifestantes fueron correteados por los granaderos y otros huyeron ante el operativo, encabezado por el subsecretario Raymundo Collins.
Participante en la protesta y esposa del abogado detenido, la actriz Ana Colchero denunció que a pesar de que los jóvenes ya habían sido bajados del monumento, el resto de los manifestantes fueron agredidos por la policía cuando ya estaba todo tranquilo y se había descolgado la manta. Inclusive los granaderos asignados a la vigilancia de la embajada de Estados Unidos dejaron sus puestos para dispersar y empujar con sus escudos a los manifestantes, mientras una camioneta de la SSP amagaba con atropellarlos.
Por su parte, el secretario de Seguridad Pública, Marcelo Ebrard, afirmó en una conferencia de prensa luego del enfrentamiento, que lo que ocurrió en el Angel no fue una manifestación pacífica y se tuvo que utilizar la fuerza pública porque se violentaron las leyes Federal de Monumentos y la de Justicia Cívica del Distrito Federal, entre otras.
"Eso no se permite en ningún lugar del mundo (...) Se trata de que respetemos las reglas y un monumento nacional de primer orden y símbolo para la ciudad. Un movimiento pacifista no puede andar haciendo las cosas por la fuerza, eso es contradictorio", señaló, y aseguró que antes de actuar, la policía pidió a los manifestantes retirarse pacíficamente, pero no lo hicieron.
El funcionario refrendó que el gobierno del Distrito Federal y la SSP siempre respetarán el derecho de manifestación y las libertades de los ciudadanos pero advirtió que no permitirá el ingreso por la fuerza a un monumento histórico.
Sin embargo, De la Cueva aseguró que la manifestación se llevaba a cabo de manera pacífica, acusó a los policías de agredirlos y rechazó que hayan cometido daños al monumento: "Estábamos respetando el patrimonio nacional, no hicimos ningún daño al Angel de la Independencia; las autoridades policiacas propiciaron este acto de violencia".
En el Angel quedaron rotos un cristal y la chapa de la puerta superior del recinto; también se observó la varilla y el mazo utilizados para forzar la entrada, que al parecer pertenecen a un albañil que realizaba labores de mantenimiento en el monumento; hasta anoche no se había evaluado el monto de los daños.
Trascendió que dos policías auxiliares asignados a resguardar el lugar permitieron el acceso a tres jóvenes que se hicieron pasar como turistas y les pidieron permiso para visitar el museo, pese a que por ser día festivo estaba cerrado, pero tras ellos se metieron otros jóvenes.