EU y aliados anuncian que comenzó el fin del proceso diplomático y el principio del bélico
Fiasco, las pruebas contra Irak; el Consejo de Seguridad, dividido aún
Powell presentó grabaciones y fotografías para tratar de demostrar que Bagdad amenaza al mundo
Tres de cinco miembros permanentes insisten en que debe continuar el proceso de inspecciones
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Nueva York y Washington, 5 de febrero. El secretario de Estado estadunidense, Colin Powell, ofreció hoy grabaciones de conversaciones interceptadas y fotografías captadas por satélites espía para comprobar las acusaciones de su país de que Irak representa una amenaza in-minente para el mundo, pero ante la renuencia de otros países miembros del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) Washington no solicitó una nueva resolución que autorizara la acción militar.
"El tema no es cuánto tiempo más ofrecemos a los inspectores, el asunto es cuánto más estamos dispuestos a aguantar el incumplimiento de Irak antes de decir, basta -declaró Powell en una presentación transmitida en vivo por los principales canales estadunidenses de televisión-. Saddam Hussein no se detendrá ante nada hasta que algo lo detenga a él".
En una sesión del Consejo de Seguridad donde participaron 13 cancilleres de los 15 países miembros, incluyendo al mexicano Luis Ernesto Derbez, el jefe de la diplomacia estadunidense ofreció una presentación multimedia de 90 minutos que en público no logró realizar grandes cambios en el debate en torno a la guerra o paz contra Irak.
Pero sin duda fue una gran escalada de la presión de Washington sobre los países miembros del Consejo de Seguridad y un paso decisivo en el enfrentamiento con el país petrolero.
Presiones en la ONU
Antes y después de su presentación, Powell mantuvo reuniones bilaterales privadas con sus contrapartes del Consejo de Seguridad, incluyendo una con Derbez, como parte de la campaña estadunidense para generar un consenso hacia la adopción de una segunda resolución del mecanismo.
Muchos observadores creen que después del próximo informe al Consejo de Seguridad de los inspectores de armas de destrucción masiva de la ONU en Irak, previsto para el 14 de febrero, Estados Unidos y sus aliados tratarán de presentar esa segunda resolución para que se autorice la acción militar contra Bagdad.
Hoy fue el día que Estados Unidos anunció que ofrecería todas las pruebas necesarias para justificar su acusación de que el presidente Saddam Hussein representa una de las amenazas más peligrosas en el mundo.
Powell dio a conocer una serie de supuestas conversaciones interceptadas entre oficiales iraquíes discutiendo cómo ocultar y engañar a los inspectores. "Los inspectores son inspectores, no son de-tectives... Estamos viendo una campaña deliberada para evitar una inspección real", dijo.
Ofreció, con base en fuentes de inteligencia, declaraciones de de-sertores iraquíes y prisioneros in-terrogados, evidencias de unidades móviles de fabricación de ar-mas químicas, montadas y ocultadas en camiones de carga, esfuerzos recientes, como hace un mes, para conseguir materiales prohibidos, e intentos personales del propio Hussein para engañar a los inspectores de la ONU.
"Dejar a Saddam Hussein en posesión de armas de destrucción masiva unos meses o unos años más no es una opción, no en un mundo posterior al 11 de septiembre", advirtió el funcionario.
Señaló que todas sus pruebas sólo pueden llevar a una conclusión: "Irak ahora está en violación material mayor de sus obligaciones" con la ONU.
Powell, reconocen todos, es un gran orador. No fue por nada que después de la Guerra del Golfo Pérsico ganaba 50 mil dólares por cada discurso que pronunciaba. Pero hoy, a primera vista, este talento oratorio no logró su objetivo, por lo menos hasta ahora.
Inmediatamente después de su intervención, tres de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad reiteraron sus posturas a favor de la continuación del proceso de inspecciones y contra una acción militar antes de agotar todas las vías para una solución política.
"Por qué ir a la guerra si aún existe espacio no utilizado dentro de la resolución 1441", preguntó el canciller francés, Dominique de Villepin, al referirse a la resolución aprobada en noviembre para reiniciar las inspecciones.
"Tenemos que avanzar hacia una nueva etapa y fortalecer las inspecciones... dupliquemos, tripliquemos los números de inspectores", insistió el diplomático.
Los cancilleres de China y Ru-sia también reiteraron su posición en favor de fortalecer el trabajo de los inspectores y permitir que sean ellos los que definan si Irak está cumpliendo o no, así como las fe-chas límites para este proceso. Junto con Alemania, se pronunciaron por una solución política y pacífica del conflicto.
Gran Bretaña y España encabezaron la defensa de la postura estadunidense. Jack Straw, canciller británico, afirmó ante el Consejo de Seguridad que "Irak ha reprobado este examen", y señaló que lo presentado por Powell "confirmó nuestros peores temores, de que Irak no tiene ninguna intención de renunciar a sus armas de destrucción masiva".
Posición cautelosa de Derbez
Derbez intentó ofrecer una po-sición cautelosa: "La presentación del secretario Powell refuerza la convicción de México sobre la necesidad de avanzar hacia un desarme efectivo. México ratifica su confianza en las actividades de inspección que se encuentran en curso, como la vía idónea para detectar, destruir y verificar la eliminación de armas de destrucción masiva en Irak".
Reiteró Derbez que México fa-vorece una "vía pacífica" a través de la "concertación multilateral" para abordar este conflicto.
Al término de la sesión, la presidencia del Consejo de Seguridad ofreció al representante iraquí un tiempo breve para responder.
"Los pronunciamientos del se-ñor Powell fueron completamente no relacionados con la verdad", declaró el embajador iraquí, Mo-hammed Aldouri.
"Ninguna nueva información fue presentada, sólo grabaciones de sonido que no pueden ser sustentadas", dijo, y prometió que su gobierno respondería punto por punto para refutar las acusaciones.
Pero la parte menos convincente de la presentación de Powell fueron las "pruebas" ofrecidas para vincular a Hussein con Al Qaeda. Una de sus acusaciones podría resultar hasta contradictoria al caso que argumentaba.
Powell sostuvo que, por satélite espía, Estados Unidos ha detectado un campamento de entrenamiento de Al Qaeda operando en el norte de Irak, y que "hoy permanecen ahí". Pero como él mis-mo lo dijo, el campamento está "operando en áreas kurdas en el norte, fuera del Irak controlado por Saddam Hussein".
Aunque no amplió esto, esa par-te de Irak está bajo control de los grupos kurdos contrarios a Hussein, aliados de Estados Unidos.
Al concluir este tan esperado y anunciado día, todo indica que poco cambió en el ámbito mundial en torno a qué hacer con Irak. Las posiciones, por lo menos en público, en la cúpula de la comunidad internacional no variaron.
Pero también el anuncio de que Estados Unidos y sus aliados consideran que hoy fue el comienzo del fin del proceso diplomático y el principio del bélico ante Irak.
Por ahora todos aquí están a la espera del Día del Amor y la Amistad -el 14 de febrero- para ver el próximo paso en este teatro internacional.
Powell "no nos dijo algo más de lo que
sabíamos": senador Edward Kennedy
Pide la mayoría de los estadunidenses "más
pruebas" para un ataque a Irak
78 por ciento de los consultados cree que su país
estará en guerra con Irak el mes próximo
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 5 de febrero. Aunque el secretario
de Estado estadunidense, Colin Powell, presentó hoy su mensaje a
la comunidad internacional en el Consejo de Seguridad de la Organización
de Naciones Unidas (ONU), también estaba destinado a otro público
cla-ve, el pueblo estadunidense.
El
apoyo a la guerra está creciendo en este país, pero la opinión
pública sigue manifestando preferencia por "mayores pruebas" y el
apoyo de la ONU para el objetivo estadunidense de atacar Irak.
De hecho, quieran guerra o no, 78 por ciento de los encuestados
esta semana por CNN-Gallup espera que Estados Unidos estará en guerra
contra Irak el próximo mes.
Así, el discurso de Powell, trasmitido este miércoles
en vivo por los principales me-dios electrónicos locales, tenía
el objetivo de consolidar el consenso estadunidense para la política
bélica hacia Bagdad, con o sin el apoyo de la ONU.
Pero al acudir ante este foro, lo que se demostró
es que la Casa Blanca está por lo menos solicitando el respaldo
de la comunidad internacional.
La Casa Blanca sabe bien que Powell es una figura que
goza de amplio respeto en el país. Una encuesta de Gallup emitida
hoy registró que 63 por ciento de los estadunidenses confiaba en
las palabras del secretario de Estado sobre Irak, comparado con el 24 por
ciento obtenido por el presidente George W. Bush.
Por lo tanto, no fue accidente que haya sido Powell quien
presentara el argumento estadunidense ante la ONU.
Después de su presentación, los medios de
comunicación se dedicaron a debatir el punto principal: ¿logró
Powell convencer a los estadunidenses de que Irak es una amenaza para la
civilización que tiene que ser enfrentada lo más pronto posible?
Las encuestas instantáneas por Internet, que no
son científicas y menos precisas, indicaron que entre 60 y 80 por
ciento de los que contestaron le creyó a Powell. Pero en la encuesta
de CNN por Internet se registraba que 40 por ciento de estadunidenses no
fue convencido.
Una analista independiente liberal dijo a este diario,
después de escuchar a Powell, que había logrado convencerla
de que Irak sí representa una amenaza preocupante.
Pero un veterano periodista dijo que él y sus colegas
no percibieron nada nuevo en la presentación de Powell, y que esperaban
mucho más de lo que ofreció.
Algunos miembros de la cúpula política de
este país optaron por expresar su escepticismo ante las afirmaciones
del gobierno.
Poco después de escuchar el argumento presentado
por Powell a la ONU, el veterano senador demócrata Edward Kennedy,
comentó que "no nos dijo algo más de lo que ya sabíamos",
y agregó que "la pregunta no es si desarmar a Saddam Hussein, sino
la mejor forma de lograrlo".
Pero esta presentación, junto con el informe presidencial
del martes pasado, forman parte de una intensa campaña para consolidar
la opinión pública en favor de una posible guerra contra
Irak, o por lo menos la destitución de Hussein, y continuará
con una serie de entrevistas de Powell y otros miembros del gabinete en
los medios electrónicos. La idea es empapar a la opinión
pública con estos argumentos.
Pero esto no es tan fácil. En la encuesta de USA
Today-Gallup aproximadamente la mitad de los estadunidenses consultados
dijo que "es probable" que el gobierno del presidente Bush presente pruebas
sabiendo que no son precisas.
Además, 58 por ciento admitió que "es probable"
que el gobierno republicano oculte pruebas que no sustentan sus argumentos
contra Irak.